—Hola ¿Qué tal? ¿Cómo están?, Bienvenidos adelanten están en su casa.
—Si pasen adelante
—Podrías tratar de sonreír un poco más, son gente importante. No me hagas quedar en ridículo.
—Te dije que me dolía la espalda por cargas las cajas de la mudanza, pero no creo que me hayas prestado atención.
—Encima que te doy la casa con la que cualquier mujer soñaría, te estás quejando como niña pequeña.
—Como tú digas Derek, seré el perfecto adorno y sonreiré más
—¿Qué dices?
—Nada, tienes razón voy a sonreír más.