No Necesito Tu Amor

01

—No puedo creer que quieras deshacer este matrimonio por un capricho tuyo

—Como puedes decir que es un capricho, llevo años remando sola, llevo años gritando al vacío en esta casa, ¿qué soy para ti?, y quiero la verdad.

—Eres mi esposa, eso eres.

—Solo tu esposa, te digo que esto no tiene solución, espero pronto enviarte los papales del divorcio.

—¿Es por él?

—No sé de qué me hablas. Si es por alguien, es por ti.

—Siempre traje el sustento a esa casa y nada te faltó ni a ti ni al niño.

—Un niño con quien no juegas, un niño de quien no sabes absolutamente nada, a la justa sabrás su fecha de cumpleaños ¿Por qué eso sabes verdad?

—Claro, si es el primero de —un ápice de duda apareció en él, esa fecha era la peor fecha en que un niño podría nacer y mucho más un niño que lleve su sangre.

—Que no me ames a mí es una cosa, pero no que no te sepas algo de tu propio hijo, eso es lo peor y lo último que pensé escuchar.

—Eso no es importante.

—¿En qué mundo vives?, es un niño de cuatro años que vive sin el amor de su padre porque este cree que no es importante. Él te adora sin imaginar que tú no eres capaz de amar ni a tu propia sangre.

—Mi padre fue así conmigo y crecí muy normal. El amor no es un acto no importante.

—Y ¿por qué te casaste conmigo entonces?

—No te entiendo, Mariana, tienes una bonita casa, una familia y piensas echarlo todo a la basura por alguien más.

—No has respondido mi pregunta, Derek, pero yo sí responderé la tuya, no tiene nada que ver si hay alguien más o no, es el hecho que este matrimonio nunca debió ser. Tú no me amas y yo creo que nunca te amé.

Derek se acerca a ella y la toma por los hombros; sus ojos destilaban furia.

—No importa eso, Mariana, podemos hacerlo funcionar

Mariana no tuvo tiempo de responder porque todo empezó a darle vueltas hasta que perdió el conocimiento y cayó en los brazos de Derek

Cuando ella despertó, se encontró en una habitación, todo de blanco sobre una cama, con un velador a un lado y un cabizbajo Derek sentado sobre un sofá delante de ella. Cuando vio que despertó presuroso, se paró y fue hasta ella. Tomó su mano y le dijo

—¿Cómo te sientes?

Ella no entendía nada de cuándo estaba él tan preocupado por ella y qué hacía ella en un lugar así.

—No entiendo qué hago aquí, me duele mucho la cabeza

—Te desmayaste en mis brazos y tuve que traerte al hospital. Vanesa está afuera con Bryan que no ha dejado de preguntar por ti.

—Tengo que ver a mi hijo, seguramente está preocupado por mí.

Intento salir de la cama, pero en cuando puso un pie fuera de ella otra vez todo empezó a darle vueltas y sintió como si el aire le faltara.

—Será mejor que no te muevas, el médico vendrá a hablar con nosotros.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.