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—Mmm… ¿Qué te parece Lindy Morgan?
—Posesiva. No necesito una lapa encima de mí.
—Ahm… ¿Chloe? ¿No te atrae Chloe?
Austin no había agotado ninguna de las opciones en todo lo que llevaba de mañana. Necesitaba hallar con urgencia una chica con la que su mejor amigo pudiera salir y así ayudarlo con su mal de amores.
Bradley guardó el celular en el bolsillo de su pantalón, luego se apoyó en el respaldo de la silla para ponerse más cómodo, se cruzó de brazos y reparó a Chloe de pies a cabeza.
—Mmm…
—Mira ese cabello, esas… —Las palabras de Austin quedaron interrumpidas cuando Daniel llegó para unírseles en la mesa.
—Para su información ella tiene novio.
Austin y Bradley parecían desilusionados.
—¿Y esa? —señaló Austin con la mirada a otra chica que entraba al cafetín.
—¿Amy? —inquirió Daniel.
—¿Así se llama? —quiso saber Austin.
—Si —respondió Daniel y luego dirigió su atención hacia Brad—. Brad, no creo que quieras salir con la Señorita Perfecta.
—¿Señorita Perfecta? —Brad lo miró inquisitivo.
—Así le dicen algunos. —Daniel dirigió la mirada nuevamente hacia Amy—. Vi con ella un par de materias el semestre pasado y siempre solía entregar sus trabajos al día y absolutamente perfectos. Nos hacía quedar al resto como unos mediocres —dijo Daniel con tono de desdén, para luego darle una mordida a su sándwich.
Los ojos de Bradley se centraron en la pelirroja.
—Es bonita… pero no quiero tener nada que ver con las estudiositas. Creen que se las saben todas. Además, tengo un repelente contra esas.
—Ella y Chloe son muy buenas amigas —agregó Daniel, mientras las observaba con disimulo en una de las mesas diagonal a la de ellos.
—¿Cómo es que sé de Chloe y no sabía nada de esa tal Amber? —se preguntó Austin.
—Amy —corrigió Daniel.
—Como sea —dijo Austin, encogiéndose de hombros con indiferencia.
De pronto el sonido del repiqueteo de varios tacones atrajo la atención de los chicos.
Austin apoyó los codos sobre la mesa y en tono provocador dijo:
—Brad, ¿qué te parece Megan?
—¡Hey! Ni se atrevan a mirar a mi novia, par de imbéciles —amenazó Daniel.
La carcajada que soltaron los muchachos en ese momento se pudo escuchar por todo el cafetín.
—Cálmate amigo —dijo Brad al tiempo que le daba un par de palmadas en el hombro al rubio.
—Allí viene con Las Primas. Veamos con qué cuentos nos salen ahora —comentó Austin.
—¡Bum! —susurró Brad, mientras colocaba los dedos índice y medio en su sien haciendo que pareciera una pistola.
Candace y Charlotte eran las primas de Brad. Las únicas que tenía. Charlotte era mayor que su hermana Candace por la diferencia de un año, pero a los ojos de los demás se veían como gemelas. Eran de una belleza envidiable: lindas cabelleras negras y brillantes, y largas piernas. Para Bradley eran un dolor de cabeza, pues siempre estaban detrás de un chisme. El calificativo de Las Primas fue acuñado por los chicos (Bradley, Daniel y Austin), pues se les había hecho costumbre etiquetar a las personas.
—Hola primito —saludó Candace canturreando, al tiempo acercaba sus labios a la mejilla de Brad, dejándola bien marcada con su labial rojo.
Megan repartió besos en el aire para ellos, a excepción de su novio Daniel a quien besó en los labios.
Charlotte también se acercó a Bradley y depositó un beso en la mejilla libre del labial de su hermana e igualmente dejó su marca roja en ella. Luego tomó asiento al lado de su primo.
Por un momento todos se concentraron en sus respectivos celulares, hasta que Charlotte rompió el silencio, comunicándoles:
—Pero miren quien viene allí.
El resto del grupo levantó la mirada de sus teléfonos.
—¡Oh my God! —exclamó Candace.
—Uh… —expresó Daniel, luego intercambió miradas de asombro con Austin.
—Sharon ya te encontró reemplazo primito. —Las palabras de Charlotte estaba impregnadas de burla.
Sharon Smith fue la novia de Bradley durante dos años. De acuerdo con los rumores ella lo habría estado engañando con Jason Conrad mientras fueron novios, pero nunca pudo ser probado.
En un microsegundo ya Brad tenía el ceño fruncido y los ojos desbordados de ira. Ver pasar a la que hasta hacía poco fue su novia, frente a sus narices y tomada de la mano de Jason, era una total desfachatez.
—Apenas hace dos meses atrás estaba contigo Brad. Ahora no puede negar que te estuvo engañando con Jason — señaló Candace.