No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Seis

Las decisiones marcan diferencias en las vidas. Buenas o malas, eso dependerá de cuales sean tus intenciones.

Mantuve mi palabra desde el lunes hasta el viernes en la tarde, no pensaba pasar tiempo extra dentro del instituto con Simon alias el sin neuronas. Me entraban unas ganas de asesinarlo cada vez que nos cruzábamos en los pasillos del instituto y para agregar a mi furia contenida, él se tomaba el atrevimiento de guiñarme el ojo, me sangre hervía y cuando estaba lista para ir a asesinarlo con mis propias manos Blue me detenía tratando de hacerme entrar en razón, recordándome que ese tipo de personas eran una verdadera pérdida de tiempo.

Luego estaba Mateo, ninguna de las dos lo perdíamos de vista, no permitiríamos que Simon le hiciera daño con sus comentarios mal intencionados. Okay, sí, estábamos tratando a Mateo como si fuera el niño del pasado, pero él no merecía sufrir por una discusión que ni conocía. Esa era mi misión hasta terminar este último año, proteger a Mateo de Simon, eso lograría que el peso en mis hombros desapareciera.

En la noche le comente la idea a Blue sobre proteger a Mateo, siendo sus ángeles guardianes secretos en los pasillos del instituto Lorge y ella se mostró entusiasmada por seguirme. Ambas teníamos claro el plan.

Blue me mira preocupada porque debíamos de separarnos. Ella iría a Fotografía y yo a Letras.

—Prometeme que no permitirás que se pase de listo contigo. —dice preocupada, caminamos al piso donde se encuentran nuestros salones.

—No Blue, de ser así, lo golpeare. —me alzo de hombros.

Ambas llegamos a nuestra separación. Ingresé al salón encontrandome con los demás compañeros en sus respectivos asientos y yo decidí tomar el mío de la primera vez, no paso mucho tiempo para que Simon apareciera y me guiñase su feo ojo color miel. Se deja caer en el asiento a mi lado, tomando su falsa faceta de tutor.

—Veronica, no asististe a las tutorías. —dice en tono triste.

Giro mi ojos y le doy mi mejor mirada de callete imbécil, no pienso hablar contigo y mucho menos perder mi valioso tiempo.

—Te deje en claro que me las arreglaría por mi cuenta. —gruño mirando a la profesora Ofelia ingresar por la puerta.

Simon se sienta correctamente en su lugar, ya que se encontraba algo inclinado para poder charlar conmigo como el gran hipócrita que era. Tomo una fuerte respiración concentrandome en no perder la paciencia tan rápido.

—¡Buenas tardes estudiantes! Hoy comenzaremos a trabajar con sus borradores para el concurso de AC, por lo tanto, tomaremos estas clases para trabajar en una lluvia de ideas. —deja su bolso sobre el escritorio y escribe el tema en el pizarrón—. El tema es libertad. Es extenso cuando hablamos de escribir, se puede interpretar de tantos modos que estoy entusiasmada de conocer sus extraordinarias ideas.

Todos sacan sus cuadernos listos para comenzar con la lluvia de ideas y hasta la redacción de ser posible de su borrador. La profesora va hasta el fondo de la clase, comenzando a atender dudas o iluminar a algunos.

—¿Necesitas ayuda? —me pregunta Simon.

—Viniendo de ti lo único que necesito es que te alejes. —respondo sacando mi cuaderno y lápiz.

—¡Veronica, Simón! —la profesora aparece de pronto y provoca que salte en mi lugar sorprendida—. Pude ver que estaban charlando, eso me da indicios que de pueden trabajar en conjunto para el concurso, ¿les gusta la idea?

—Suena genial profesora. —responde automáticamente Simon con una sonrisa que me provocan ganas de quitársela de un golpe.

—Yo la verdad profesora, prefiero trabajar sola para dar mi mayor enfuerzo. —respondo con tota la sinceridad que me es posible de expresar.

—Bueno, por lo que veo, esa es una decisión que deben de tomar en conjunto, los dejo para que hablen al respecto. —se aleja la profesora sentadose en su escritorio, comenzando a escribir en su libreta.

Aparto mis ojos de la tierna profesora para plantarlos sobre el payaso sin neuronas de Simon, cambiando mi rostro feliz por una mueca de desagrado.

—No trabajaré contigo. —artículo entre dientes, como una clara amenaza.

—Realmente me hace ilusión trabajar en algún evento inesperado para el día de San Valentín. —suspira soñador Simon.

—No te atrevas Simon, no te metas con él. —musito, manteniendo mi tono amenazante.

La sola idea de Mateo siendo perjudicado ese día o cualquier otro no me agradaba nada.

—Te di la opción donde ambos salimos por unos días para pasar el rato. —se alza de hombros tranquilo.

—Si aceptase, ¿dejaras en paz a Mateo? —me cruzo de brazos alzando una ceja.

Mateo no merecia sufrir de nuevo por mi culpa.

—Correcto.

No podía simplemente ignorar el hecho que de Simon iba muy en serio con su amenaza de fastidiar la vida de Mateo y en consecuencia la mía. Me dolía pensar que podría ser la causa de un nuevo sufrimiento en su presente, pero salir con alguien tan falto de neuronas no me entusiasmaba demasiado.

Me levanto de mi asiento bajo la atenta mirada de Simon, rumbo al escritorio de la profesora, ella levanta la mirada de su libreta y me da un linda sonrisa.



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En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

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