No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Veintisiete

"Stand by me."

—¿Vamos por un café para celebrar este gran momento? —pregunta Cole abrazando a Blue desde su espalda, posando su barbilla sobre su hombro.

—Es una gran idea amor. —responde ella mirándolo con una gran sonrisa para luego mirarnos.

Mi lado fangirl chilla en mi interior representado por una Veronica pequeña celebrando este día y añadiendo el punto que ella lo ha llamado amor, siempre he sabido que se dirije a él de ese modo por mensajes, pero nunca había tenido la oportunidad de escucharlo hasta hoy. Novios oficialmente, how do you feel?

Abro mi boca, pero la cierro de inmediato cuando la presencia de Mateo aparece en mi campo visual posandose a mi lado con su cachorro en brazos.

—Muchas felicidades Blue —le dice a mi mejor amiga con una pequeña sonrisa, pero esa curva desaparece cuando sus ojos conectan con los del capitán— e igualmente para el capitán.

—Gracias Mateo, ¿nos acompañas a tomar un café? —lo invita Blue señalando con su dedo una pequeña cafetería al otro lado de la carretera.

—No deseo molestar. —responde al instante y agita un poco sus manos reafirmando su posición.

—Vamos, ¿qué puede salir mal Moni? —me giro para tratar de convencerlo.

(...)

Esto es incómodo. Muy incómodo, ¿existe otra palabra que pueda definir mi incomodidad en este momento? No lo creo, tengo que investigar en Google para encontrar alguna interesante.

No esta bien juzgar un libro por su portada y en este caso se trata de la mirada aburrida de Mateo posada sobre el asombroso capitán Cole que ha tratado de mantener una conversación interesante con él, pero las monosílabos que resumen sus respuestas no ayudan mucho. ¿Es cosa mía o a Mateo no le agrada Cole? Desde un principio el chico no me agradaba mucho por vivir bajo el estereotipo de popular dolor de culo, pero después de pasar un tiempo me ha caído bien. ¿Será por esa misma razón que Mateo no le habla? Aunque no se puede tratar de un cambio de humor, no cuando se nota su entusiasmo al hablar con la rubia de cualquier tema.

—Recuerdo aquella ocasión en donde salvé el partido de clasificatoria en el último minuto. Ese día fui nombrado capitán. —recuerda emocionado Cole.

—¡Es una de mis historias favoritas! —chilla Blue mirando interesada a su novio.

—¿Les gustaría escucharla?

—Sí.

—No.

Miro un poco alarmada a Mateo al escuchar su respuesta al unísono con la mía. Aclaro mi garganta cuando Cole me mira a la espera de una respuesta a su pregunta y yo asiento rápidamente.

—Fue una noche de... —ignoro su relato cuando miro a Mateo girar su rostro en dirección a la carretera rechazando a Cole.

—¿Todo bien? —le pregunto en un susurro suave, inclinandome hacia su costado para que solo él me pueda escuchar.

—Ya me aburrí. Nos vemos mañana. —se levanta tomando con firmeza la correa de Tete—. Gracias por la invitación, pero debo de irme.

Cole y Blue rompen su burbuja de amor acompañada de su asombrosa historia que no he escuchado para detener sus ojos en el pelinegro. Asienten y lo despiden con un movimiento de mano, él se aleja tranquilo a casa. Me levanto rápidamente de mi lugar.

—Yo debo de irme. Mamá me espera en casa para ayudarla con la cena. —me acerco a Blue besando su mejilla sin perder de vista la espalda de Mateo—. Me avisas cuando estés en casa.

Y salgo corriendo en su búsqueda entre la acera repleta de personas, él cruza la calle a la siguiente cuadra y yo me quedo estancada esperando a que el semáforo me de la indicación de que puedo cruzar. Una vez cambia de color, echo a correr interponiendome en su camino, justo al frente posando ambas manos sobre mis rodillas tratando de recuperar el aire que falta en mis pulmones. Tomo fuertes bocadas de aire logrando controlar mi respiración poco a poco hasta lograr componer mi postura.

—¿Veronica? ¿qué haces? —cuestiona Mateo cuando tomo su mano y lo arrastro al otro lado de la carretera.

Rumbo al parque sumido en una hermosa y mágica oscuridad, lo obligo a seguirme dentro de él. Puedo escuchar las voces de las personas que se encuentran sentadas en las bancas pasando el rato con sus parejas, familias y amigos. Diviso un lindo lugar entre los árboles y tiro de él a ese sitio, me dejo caer sobre el césped bien cortado palmeando el sitio a mi lado.

—¿Por qué me trajiste a este lugar? —pregunta Mateo al sentarse a mi lado.

—Tan solo quiero que te quedes a mi lado, por un pequeño tiempo, solo tú y yo, ¿puedes? —musito por bajo, mirando el cielo nocturno.

Pocas estrellas se pueden distinguir en él, pero son hermosas, la luna brilla con intensidad en medio del inmenso mar oscuro que la envuelve. Mateo suspira a mi lado mientras dirije su mirada al mismo sitio que yo observo. Solo él y yo.

—¿Te agrada Cole? —le pregunto sin dejar de mirar el cielo.

Mateo no responde, permanece con su mirada perdida oscuridad bañada por pequeños destellos en él.

—No te agrada. —aseguro y esta vez lo miro.



#3620 en Novela romántica
#218 en Joven Adulto

En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.