No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Treinta y Nueve

La verdad es subjetiva al depender de los sentimientos de la persona.

Mateo abre la puerta de su casa sediendome el espacio para ingresar de primera, lo hago caminando al interior de la casa escuchando ruidos en la sala de estar y me quedo quieta en mi lugar mirando a Logan. Lleva una camisa ancha blanca, un chándal gris, va descalzo y su cabello está desordenado, lo más sorprendente es verlo bailar Baby Shark frente a la pantalla sosteniendo el mando del Wii. Mateo se detiene a mi lado mirando al chico que lo cuidó por algún tiempo en el pasado, ¿realmente es el adulto de la casa? Intercambio una mirada rápida con Moni y a juzgar por su expresión creo que piensa lo mismo, también pueda que se este reemplanteando la idea de venir a hablar en su casa y no en el parque.

Aunque eso no evita que Logan se vea muy tierno bailando.

—Estoy en casa. —avisa cuando la canción está por terminar.

Logan se gira sorprendido por la presencia del pelinegro, pero relaja su expresión cuando nos ve. Agita el mando como saludo, le devuelvo el gesto con una sonrisa tierna mirándolo elegir otra canción.

—¿Cómo estuvo el instituto? —pregunta mirando seriamente el televisor con su mano libre sosteniendo su mentón.

—El director me citó a su oficina. —responde Mateo caminando hacia su habitación y agita su mano para que lo siga.

—¿Necesitas que vaya a hablar con él de la situación? —sus ojos se separan de la pantalla mirando al chico preocupado.

—No es necesario, tengo todo bajo control. —responde y toma mi mano bajo la atenta mirada del chico. Me siento pequeña cuando sus ojos miran el agarre entre nuestras manos y mis mejillas se sienten calientes—. Hablaré con Veronica.

—No cierren la puerta de la habitación. —sentencia regresando lentamente la mirada al televisor.

Mateo asiente tirando de mí para que lo siga arriba de las escaleras, lo sigo escuchando alguna canción de Blackpink reproducirse con fuerza. Al llegar arriba Mateo camina a la habitación al final del pasillo, abre la puerta y Tete salta sobre los brazos del amor de su vida ladrando de la emoción. Miro la escena de ambos con ternura. Mateo trata de sostenerlo con cuidado para que no se caiga porque el cachorro no deja de moverse mientras ladra, escucho al pelinegro soltar una risa tierna cuando Tete lame su rostro inquieto.

—¿Logan te cuidó bien? —el cachorro ladra como si respondiera la pregunta de su amo.

Mateo deja a Tete en el suelo ingresando a la habitación seguido del perro y luego yo. Miro curiosa su habitación, después de tanto tiempo creyendo que jamás volvería a ver el interior de este lugar el destino me sorprende con este momento. Es obvio que las cosas han cambiado, Moni ya no es un niño, las cosas a su alrededor están más ordenadas que en su adolescencia. La cama está situada en medio de la habitación, en la ventana derecha está su escritorio a un lado, a la izquierda su clóset con la maleta de Logan abierta en el suelo, un librero y la cama de Tete.

Me acerco a su cama y miro debajo de ella escuchando la fuerte carcajada del chico.

—Ya no hay ropa debajo de la cama. —digo sorprendida enderezando mi espalda.

—No, pero deberías de tener cuidado puedes encontrar papel higiénico. —comenta desinteresado caminando hacia la puerta y cerrandola.

—¿Limpio? —indago con la esperanza de obtener una negativa de su parte.

Mateo niega y mis mejillas se encienden con fuerza alejándome de la cama bajo la atenta mirada de Tete que salta sobre ella tranquilo. Volteo a mirar ofendida al pelinegro cuando ríe con fuerza dejándose caer en la silla frente a su escritorio despreocupado.

—¡Mateo! No es gracioso. —gruño girando mis ojos.

Él solo se alza de hombros restándole importancia al tema.

—Tranquila, no encontrarás nada extraño en esta habitación.

Mis sentidos se tranquilizan y me siento en el borde de su cama tomando a Tete en el proceso. Verlo tan tranquilo y no acariciar su suave pelaje es difícil ir en contra de esa tentación. Tomo una fuerte respiración preparándome mentalmente para la discusión que se avecina y alzo mis ojos hacia Mateo decidida de iniciar con la ronda de preguntas.

—¿Por qué le mentiste a Blue sobre su relación con Cole? —le pregunto sin darle más espera al tema.

Tan solo deseo que los días de incertidumbre se acaben de inmediato y poder arreglar el tema.

—Dos días antes de que le dijera a Blue la verdad, los escuché hablando en el pasillo del instituto junto a los casilleros. Simon y Cole pensaron que nadie los escuchaba, grabé su conversación para que Blue me creyera, pero en ese momento ella pensó que hablaban de alguien más porque no mencionaron sus nombres cuando los grabé. —explica Mateo sacando el móvil de su bolsillo y acercándose sobre la silla—. Es ese. —me muestra un chat de WhatsApp donde solo se encuentra él y me tiende su móvil.

Tomo el teléfono con el corazón acelerado. Blue me mintió diciendo que Mateo nunca le presentó pruebas sobre lo que le dijo, ¿por qué lo hizo? Miro al pelinegro un momento antes de presionar el botón de reproducción para escuchar el audio.

"—¿Jugaras con ella?



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En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

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