No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Cuarenta y Uno

"¿Extrañar a alguien que te hizo daño está mal?"

—Señores Adams, los tres estudiantes han sido suspendidos por una semana mientras el joven Cowell sigue bajo investigación para realizar su expulsión definitiva del instituto y a Garry se le expulso del equipo de lacrosse. —termina de explicar el directo Bryan mientras mis padres escuchan atentamente sus palabras—. Es cuestión de tiempo para que sus problemas con el joven Cowell acaben con usted y el joven Jefferson. —asegura mirándome en esta ocasión.

Asiento bajando mi mirada a mis muñecas todavía enrojecidas. Los padres de Blue se mostraron muy apenados con toda la situación cuando me vieron llegar a la oficina, los padres de Cole lucían molestos y los de Simon también, en comparación a los señores Jefferson que querían encontrar una respuesta a este problema que viene desde inicio de año. El director habla un par de cosas más con mis padres y nos deja salir de la oficina permitiendome ir a casa para regresar mañana con mayor tranquilidad. La necesitaba, en este momento lo único que deseo es acurrucarme con Rj para aclarar mis pensamientos desordenados.

Salgo de la oficina en completo silencio y me encuentro con Mateo deteniendo sus pasos de golpe, me acerco a él sintiendo mis ojos arder y lo abrazo con fuerza. Tengo la sensación de que mi cuerpo se rompe en mil pedazos, la sola imagen de Sophie golpeandome me destruye, le abrí las puertas de mi hogar, mi familia, mi vida y mi corazón, y ¿este es su modo de pagarme todo lo que hemos vivido juntas? ¿Cambiandome por un chico? Los brazos de Mateo se aferran a mi cuerpo con fuerza cuando un sollozo se escapa de mis labios, pero me alejo limpiando las lágrimas de mis mejillas sin obtener un resultado definido, ellas siguen su recorrido sin ánimos de detenerse.

—¿Podemos ir a casa? —le pregunto a mis padres que se mantienen unos pasos lejos hablando con los señores Jefferson.

—Claro amor. —responde papá al instante despidiéndose de los padres de Mateo y ambos se acercan—. Vamos a casa Vero. —dice con una pequeña sonrisa.

—Nos vemos luego. —me despido de los señores Jefferson y salgo acompañada de mis padres fuera de la oficina.

...

Me cubro con la frazada que mi padre vino a dejarme antes de salir de casa con mamá rumbo a la cafetería. Ninguno de ellos deseaba dejarme en completa soledad en la casa, pero papá tenía asuntos que arreglar con respecto a la actualización del menú y sus cocineros, y mamá tenía que revisar el cuaderno de las cuentas para realizar los pagos correspondientes este viernes.

Ignoro las multiples notificaciones que llegan a mi móvil abrazando a Rj con fuerza ignorando el ataque de emociones que recibo al ver una foto de Blue y yo abrazadas sobre la mesa de noche. Fue un regalo de aniversario de nuestra amistad, un 25 de diciembre celebramos un año más de amistad. Supongo que cabe la posibilidad de que este año no sea de ese modo si continua con esa actitud, no soy ninguna tonta, no voy a estar en un lugar donde no me tratan como merezco. Me tomó años amarme a mí misma con ayuda de BTS y no permitiría que sus palabras me dañaran de ese modo.

Escucho el móvil vibrar de nuevo. ¿Puede existir la posibilidad de que sea un mensaje de su parte? ¿Una disculpa de ella? Estiro mi mano tomando el teléfono, doy dos toques sobre la pantalla para revelar mi tierno fondo de pantalla de los chicos y esbozo una sonrisa contagiandome de la felicidad que emanan en esa foto, deslizo mi dedo para ver las notificaciones con mayor detalle, pero una llamada entrante no me lo permite.

Mateo c:

Dejo la llamada seguir hasta que finaliza, pronto una nueva aparece y la respondo sin ánimos poniéndola en altavoz.

¿Puedes ir a mirar la puerta de tu casa? Te dejé una sorpresa.

—Mateo...

Tan solo ve Mini.

Suspiro cansada cuando cuelga la llamada sin permitirme negarme a su propuesta, me siento sobre la cama metiendo el teléfono en el bolsillo de mi pantalón de pijama decorado con pequeñas Minnie Mouse y subo el tirante de la blusa delgada blanca cuando se baja, me calzo las pantuflas de un panda y avanzo lentamente a la puerta principal encendiendo luces en el proceso, la noche cayó mientras estaba hundiendome en la depresión en mi cama. Abro la puerta encontrándome una pequeña caja negra en la entrada, me pongo de cuclillas para mirarla más de cerca y leo lo que dice en la tapa en color blanco.

Ábreme =)

Si te encuentras una caja en la entrada de tu casa que dice "ábreme" claramente tienes que hacerlo. Así que obedeciendo a esa lógica, tomo la tapa entre mis manos y abro la caja observando su contenido maravillada. Dentro de ella hay un paquete con chocolates con relleno de caramelo, un pastelito con cobertura morada, dos latas de coca cola, dos paquetes de papas tostadas y dos palomitas de mantequilla. Elevo mi ceja confundida cuando en la tapa de la caja hay una flecha que marca a la izquierda por simple curiosidad giro mi cabeza en esa dirección sacandome una pantufla y la sostengo como arma en dirección de los arbustos que se agitan.

—¿Eres tu Pancho? —indago mirando el arbusto— Pancho —musito dudosa nombrando al gato del vecino.

De pronto unas estruendosas carcajadas resuenan en el área de los arbustos y cuando menos lo espero, observo el cuerpo de Mateo caer a un costado donde se ve su rostro riendo con intensidad. Dejo la caja a un lado caminando en su dirección con la pantufla todavía en la mano y sus carcajadas aumentan cuando me ve detenerme a su lado, sostiene su estómago y su parte de su rostro está cubierto por sus rulos.

—¿Pancho? —pregunta deteniendo un poco sus carcajadas— ¿quién es? —poco a poco su risa va disminuyendo a tal punto que puede sentarse en el césped.

—El gato del vecino. —respondo señalando la casa de al lado con mi pantufla.



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En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

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