Roel el chico de cabello color amarillo comenzó a relatarme la historia donde Logan es el protagonista en tierras de Corea del Sur, comentando la inútil creación de un restaurante por un arrebato propio de superar los más lujosos en el lugar y que en poco tiempo pudo lograr su objetivo personal. En ese punto de la historia fue interrumpido por Logan, el castaño expresó con palabras propias que deseaba patear traseros en su país con Rumex, nombre explicado por Andrew, el chico de la copa de vino quién salvó el honor de Logan cuando pensaba nombrar su línea de restaurantes soy poderoso porque soy hermoso y bautizando el primer restaurante con ese nombre al ser la flor de nacimiento del mayor.
Jay, el otro chico de cabello blanco me explicó la importancia dentro del loquito cerebro de Logan sobre tener dos redes sociales como dos números de teléfono, el problema recae cuando olvida cambiar de dispositivo o cuenta. Eso aclara la perspectiva de Logan en su fin de semana de reencuentro, esta parte contada por Jake, relatando que el castaño estaba triste de que no viera ninguna de las fotos que subió a las historias de Instagram como las mismas en el feed. Justin el chico de cabello largo negro, se tomó el tiempo de explicarme que su hermano mayor es algo olvidadizo en esos aspectos y que principalmente Roel lleva el control de sus pasos en el mundo.
Desde el punto de vista de todo, Roel siendo del mayor en el grupo, fue el principal pilar para que Logan triunfará en el mundo de la cocina.
Y Logan los amenazó con sacarlos por la puerta trasera con ayuda del personal de seguridad del local si seguían entregándole todos los créditos al mayor.
Las risas no faltaron, los siete chicos son increíblemente graciosos, burlones y hambrientos, no estoy de broma cuando digo que la mesa fue tapizada por grandes platos de comida coreana y que desapareció en pocos minutos. No comí tanto, de solo verlos devorar todo a una velocidad alucinante mi estómago calmó sus gruñidos a diferencia de los múltiples platos que comió Jake, Mateo y Justin, el último buscando entre los platos si había quedado algo por ahí sin comer.
—Entonces, ¿Logan también es estilista? —pregunto mirando a cada uno de los presentes en la mesa.
—Exacto. —asegura el mencionado bebiendo de su copa de vino.
—No. —le corta Andrew—. Si me quedo calvo te voy a demandar.
—Tendré que denunciar con los oficiales la presencia de un extraño en mi departamento todos los días. —responde el castaño mirando con los ojos entrecerrados al chico de cabello blanco.
Río por lo bajo notando la pequeña batalla de miradas que se ha instalado en la mesa entre ambos, el postre es dejado en la mesa luego de que los empleados pasaran a recoger todos los platos vacíos. Tomo una pequeña porción con la cuchara del tiramisú de chocolate y la llevo a mi boca saboreando el pastel frío en mi boca. Bien puede que no sea un postre coreano, pero no pude luchar contra la tentación de probarlo. Tomo otra pequeña porción cuando me percato de que Mateo no pidió ningún postre para él y me giro acercando la cuchara a sus labios.
—Pruébalo. —le digo por lo bajo escuchando la discusión entre los demás chicos.
Él obedece abriendo la boca y comiendo de mi cuchara, le sonrío gustosa mirando la bonita expresión en su rostro y miro el plato para comer otro pedazo del pastel.
—¡Prácticamente viven en mi departamento! —se queja Logan con un puchero en sus labios gruesos.
—¡Nos diste copia de las llaves! —responde de regreso Jake con un puchero igual al del mayor.
—Hyung, nos dejaste quedarnos en el departamento porque queda cerca del instituto. —añade Justin con los labios manchados de helado de fresa.
Tomo otro trozo entregándoselo a Mateo, él parece muy contento con la atención que le brindo al alimentarlo como las pequeñas sonrisas que compartimos.
—Y no pienso agregar a esta conversación la parte donde te ayudamos con las primeras cuotas del préstamo del restaurante. —dice Andrew mirando de reojo al castaño antes de limpiar los labios de Justin con una servilleta.
—Basta. —silencia Roel—. Agradezcan que pueden vivir en el departamento, también que vinimos a Londres porque pagó todo y las universidades de ambos —noto que señala con su índice a Jake y Justin, tomo otro trozo para dejarlo en la boca de Mateo— va a ser pagada por Logan.
—Si hyung. —responden ambos al unísono.
—Por eso te amo Roel. —Logan le sonríe ampliamente y el mayor le guiña un ojo haciendo que desvíe sus ojos a otro lugar de la mesa luciendo avergonzado.
—¿Es habitual esa discusión? —le pregunto a Mateo girándome para comer el último trozo.
—Solo cuando quieren fastidiar a Logan. —susurra atrayendo mi cuerpo al suyo, mi espalda queda recargada contra su pecho.
Me acomodo disfrutando de la cercanía de ambos, las caricias del rubio en mi estómago sobre la tela del vestido negro o el choque de su respiración contra mi cabello que provoca escalofríos en mi espalda.
—¿Haremos otra reunión en el departamento? —indaga Jay con su voz emocionada.
De nuevo he perdido el hilo de la conversación por enfocarme en Mateo.