No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Sesenta y Cuatro

—Logan, no debí de...

—No Vero, está bien. —asegura tomando una profunda respiración y señala el asiento al frente suyo—. ¿Por qué no hablamos de la cena que tienes en mente?

Asiento caminando rápidamente al sitio y me siento al frente suyo mirándolo con atención. Logan deja de lado el papeleo que estaba estudiando, carraspea su garganta y se dispone a hablar.

—Me comentaste que un espacio en la terraza estará bien, así que voy a ordenar que suban todo lo necesario para mayor comodidad. —me explica mirándome atento y con cada palabra de su parte afirmo moviendo la cabeza—. La comida no será un problema, pero la distracción sí que lo será.

—¿Los chicos no pueden?

—¡Son prácticamente vecinos! Va a encontrar el modo de escaparse para ir a verte, ¿no tienes ningún lugar al que ir? —indaga pensativo.

—No realmente. —susurro mirando mis manos meditando todas mis opciones—. Puedo agendar una cita en algún salón e irme a vestir en la cafetería. —propongo alzando la mirada.

—Le diré a alguno que te acompañe. —asiento de nuevo—. Tendré que encontrar la excusa perfecta para que se ponga el traje, pero lo hará.

—Quiero a mi chico acorde al tema. —bromeo obteniendo risas de su parte.

—¿Te quedas a cenar? —cuestiona tomando de nuevo el teléfono de su escritorio.

—Será un placer. —digo con una sonrisa en mis labios que Logan responde.

Mi móvil vibra anunciando un mensaje de Mateo, deslizo la pestaña mirando que se trata del documento que prometió y le respondo con un emoji para hacerle saber que he leído el mensaje. Ya me pondré al día con esa historia. La cabeza de Moni tiene una imaginación increíble, una capacidad abrumadora del talento que posee para crear mundos inigualables hasta hacerte llegar al punto de dudar de tus propios pensamientos, eso fue exactamente lo que me pasó con Carnival. Mateo Jefferson, ¿cómo pudiste dejarme dudar de la realidad que leí en esa obra de arte?

Y pensar en esta nueva, solo me hace pensar que va a acabar con mi propio razonamiento, tal vez con mis emociones, pero ¿ese no es el objetivo de una historia? Hacer que tus emociones lleguen al límite con todo lo descrito en esas hojas de papel, hacerte reír, llorar y sonreír. Ese es el sentimiento más significativo en una historia, cuando el autor logra conectar con el lector para hacerlo vivir esos momentos en carne propia, es ahí cuando el autor cumple con su objetivo. Y es un gran sentimiento de orgullo cuando se logra.

La comida llega en poco tiempo, Logan me guía de regreso al sofá donde aparta las fotografías y la comida es dejada. Le agradezco cuando me sirve una porción de fideos coreanos bañados en una salsa oscura, muevo los palillos notando trozos de carne y verduras.

—Este plato se conoce como jajangmyeon. —me explica sirviéndose en su plato—. ¿Alguna vez lo probaste?

—No, solo he visto a los idols comerlo. —respondo llevando un bocado a mi boca.

Un suave sonido se escapa de mis labios al sentir el delicioso sabor en mi boca, la textura de los fideos, el sabor de la carne y el de la salsa mezclarse en mi paladar de una manera exquisita. Logan ríe mirándome devorar la comida emocionada, olvidando por completo beber la coca cola que se encuentra servida en una copa de vidrio. Él come en silencio lanzándome miradas de orgullo cuando ve que sirvo otro poco en mi plato y lo acabo rápidamente. La comida es terminaba en minutos, ambos luciendo completamente satisfechos con lo devorado y los platos descansan limpios sobre la mesa ratona.

Logan suspira recargando su espalda por completo en el sofá dándole una mirada a todas las fotografías que decoran su oficina para robarle una enorme sonrisa cuando lo necesite. Imito su acción apoyando mi cabeza en su hombro y le presto atención desde esta posición cuando lo escucho aclarar su garganta.

—Cuando veo la relación que tienes con tus padres y el mismo Mateo con los suyos un pequeño sentimiento de envidia me invade, pero no suelo pensar en ese amargo sentir cuando veo la felicidad en sus rostros. —comenta suavemente, su voz siendo como el toque de la misma seda a pesar del rumbo que está tomando la conversación—. Mis padres no supieron como sobrellevar mi confesión y desde ese día fingen que jamás tuvieron un hijo, el único que pudieron concebir y al verme lo único que hacen es ver esa mancha que me define ante sus ojos.

Mis brazos rodean su cintura atrayéndolo todo lo que me es posible a mí para hacerle saber que estoy aquí, justo a su lado para no dejarlo caer y mostrarle que al revivir estos dolorosos recuerdos estoy sosteniendo su mano.

—La historia que te contamos aquella noche sobre la creación de mi línea de restaurantes es falsa, los chicos la hicieron para protegernos. Siempre solemos contarla para evitar malos ratos con las personas que nos rodean y no ser juzgados. Lo hicieron contigo porque es casi una costumbre, pero no fue por desconfianza, confiamos en ti Veronica. —aclara acariciando los mechones de mi cabello con cuidado y yo siento un ligero nudo en mi garganta —. La realidad es que decidí llevar a cabo esto para conseguir la aceptación de mis padres, ellos también son dueños de un par de restaurantes, pero yo quería mostrarles que podía hacer más y llegar al extranjero, lo logré y cuando los fui a ver para mostrarles mis logros solo me cerraron la puerta en la cara después de gritarme que fui el error más grande que cometieron en sus vidas.



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En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

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