—Buenas tardes, saluda la mujer al entrar, mi mirada esta perdida en busca de unos papeles, sumamente importantes, que necesito firmar y no encuentro, mañana regreso a mi país y debo dejar todo listo aquí.
—Buenas tardes, contesto aún sin levantar la mirada. Bienvenida, señorita Neyva, mis hombres están a su disposición a partir de este momento, digo todavía sin mirarla.
Realmente necesito encontrar esos papeles.
—¿Es todo?— Digo molesta.
El tono de voz de la mujer, me hace darme cuenta que estoy siendo sumamente grosero al nisiquiera mirarla, por lo que dejo de revolver mi escritorio y decido levantar la mirada, para encontrarme con unos ojos verdes, enigmáticos y amenazantes, que me miran furiosos.
—Sí es todo, contesto hipnotizado por la mirada verdosa de la mujer que en estos momentos, va saliendo de mi oficina.
Media hora después y aún en mi despacho, no entiendo porque, pero no he podido sacarme esos ojos verdes de mi cabeza, es que cuando ella me miró, un frío recorrió mi cuerpo, jamás había experimentado algo así, estando frente a ninguna otra mujer. Seguramente necesito un trago o puede ser el exceso de trabajo, tal vez la falta de sueño lo que me esté afectando, sí eso debe ser".