Un mes después
Estoy harta de mis vacaciones, que aburrido es ser la sirvienta a tiempo completo de mi mamá, todos los días hago el aseo, lavo los platos y otras cosas, agradezco que no me ponga a cocinar. No salgo a ningún lado, Loreth se fue para la playa con su tía Betty, Luz y Amparito se fueron con sus familias de paseo y yo ¡y yo! Haciendo prácticas para hacer un buen aseo en caso de casarme.
-Si así es la vida del casado, mejor no me caso, en serio haré mi mayor esfuerzo para estudiar y obtener un buen trabajo para así pagarle bien a alguien que me haga el aseo y vivir sola, solin solita- digo mientras tengo la super esponja en mi mano derecha y un plato en la mano izquierda. Si, estoy lavando los platos.
-Deja de quejarte que tú no haces nada. Pasas todo el día con el teléfono en la mano y a duras penas levantas los pies cuando estoy barriendo- dice mi mamá con su teléfono en la oreja hablando con mi tía Esther.
-Ajooo mami, cualquier persona la escucha y pensará que es cierto.
Termino mis aseos y me dirijo a mi habitación para mirar las redes sociales, bueno realmente vengo a mi cueva para pensar en la escultura andante, en mi cuernudo.
-¿Qué fue eso?- pregunta Damián apenas nos separamos.
Estoy apenada, no se qué responder pero ya no me puedo echar para atrás, ésto sucedió y fue provocado por mi. Tomo aire y lo miro a los ojos con seguridad.
-Eso es para que sepas que yo también puedo besar sin avisar- digo tratando de sonar fría y sin emoción -Digo pues para que no te ilusiones, sabes que no eres mi tipo, cierto?- río y le golpeó el brazo izquierdo.
-Oye Machito, tú no sabes hablar sin golpear? -dice quejándose por el leve golpecito que le di.
-No aguantas nada, cuernudo.
Me río y continuo caminando. Cómo he podido seguir hablando con él como si nada hubiera pasado? Definitivamente esta no soy yo. Nunca pensé que sería tan fascinante dar besos, en serio esto me ha gustado, quiero hacerlo más de seguido.
Mi teléfono suena sacándome de mis pensamientos, oh por favor es Damián, me está llamando, pensé que no me llamaría nunca.
-¿Qué quieres? - contesto tratando de ocultar la emoción en mi voz.
-Uy machito, cálmate, te llamo porque te extraño y quería escuchar tu bella voz -trato de reprimir mis sonrisa, aunque él no está viendo me parece horrible sonreír así solo por palabras estúpidas.
-Ja, ja, ja en serio Damián que quieres, es muy raro que me llames, nunca lo haces. Tienes un mes con doce horas y 35 minutos que salimos de la Universidad y nunca me llamaste, cuéntame qué favor necesitas.
Él se ríe del otro lado de la línea.
-Calmate mi querida Machito, no te llamé para no molestar pero de saber que me extrañabas lo hubiese hecho a diario.
-Extrañarte yo? ni te recordaba.
-Que dura eres conmigo, bueno en fin si quiero un favor tuyo.
-Lo sabía, cuernudo, suelta rápido el favor.
-Necesito que salgas de tu casa- esto se me hace familiar. -pero rápido Machito linda.
-¡Cuernudo imbécil!
-Me amas, lo sé. -le cuelgo y salgo para ver a un Damián más buenote de lo que lo recordaba encima de su también sexy moto con sus brazos cruzados en su pecho. Cómo pudo nacer alguien tan sexy.
Estoy emocionada, lo digo en serio no sé porqué ni cómo pero mis pies comienzan a correr a su dirección atrapándolo de su cuello para darle un fuerte abrazo. Lo extrañe demasiado.
-Sabia que me extrañabas -dice él muy arrogante.
-Acepto que fue así.
Aún no lo suelto teniendo su perfume impregnado en mi nariz , me encanta este olor, me encanta estos brazos, me encanta este hombre.
-Oye, te dejaría en mi pecho todo el día si así lo deseas pero sería mejor que te cambiarás para poder salir a dar un paseo.
-Oh lo siento, es que hueles rico. No creas que es por ti eh - lo digo con mucha vergüenza. Me retiro y me cambio rápido, ya había mencionado que no me maquillo y todo lo que uso es muy casual.
Salgo y me encuentro con un Damián mirando su teléfono muy concentrado por lo cual no nota mi presencia.
-¡Buuh!- grito y él da un pequeño salto el cual provoca que su teléfono caiga al suelo. Lo tomo me manera rápida y sin querer observo en la pantalla un chat que dice "me encantas" el cual va dirigido a la que parece ser una pelirroja. Siento náuseas y ya no quiero salir.
-Siento lo del teléfono Damián, no debí asustarte.
-No te preocupes, no pasó nada.
-¿Ella es tu novia?- no sé cómo salió esa pregunta, a mí que me importa.
-Ah ella- señala la foto del perfil de la que dice "Ariadna" -no, no es mi novia, nos estamos conociendo, me agrada.
Oh por favor, quería dejar mis miedos al amor y resulta que él ya está saliendo con alguien.
-No me siento bien Damián, debo entrar a casa.