Salí corriendo de la habitación de mi machito en busca de un doctor pero al no ver ninguno llegué hasta la sala de espera a darle la noticia a todos los que ahí se encontraban.
- Por qué corres? QUÉ LE PASÓ A MI HIJA- alza la voz la Señora Sanez, angustiada por una posible mala noticia.
Tomo aire y digo a todos
- Shadday a movido su mano, creo que pronto despertará.
Todos se alegran por la noticia. los padres de Shadday no caben de la emoción por lo que sus ojos dejan caer unas pequeñas gotas. Ellos van en busca del médico de cabecera para que revice a mi Machito.
Sé que pronto va a despertar y quiero ser lo primero que ella vea al abrir esos ojos que tanto me encantan. Haré que su sexualidad vuelva a lo normal. Para ser más claro, haré que Shadday, alias mi Machito se enamore de mi.
Todos estamos atentos a la voz del médico que atiende a Shadday y aunque no entendemos absolutamente nada y debido a la cara de confusión que todos tenemos el médico es más claro y dice
- la Señorita Shadday en cualquier momento abrirá sus ojos. Estén atentos, hasta luego.
Con una sonrisa de labio cerrado se marcha el médico dejándonos a todos muy contentos por la noticia de mi querida macho.
Deja de decirle así, con eso no la conquistaras, tarado.
Me río en lo más bajo y vuelvo mi mirada a todos los presentes.
- Pasaré a despedirme de Shadd- dice Carlos y camina en dirección de la habitación de Shadday.
Tan confianzudo el Carlos ese, se llama Shadday Sanez, no Shadd.
Las amigas de Shadday lo siguen porque también se van a despedir de ella y volverán mañana, yo no quiero irme, deseo quedarme toda la noche con ella.
- Damián, hijo, deberías de ir a descansar, mañana vienes nuevamente, mi hija te necesita fuerte, si? - la señora Sanez me dice con una dulce voz que me da pena negarme, pero tampoco quiero irme.
- Mejor usted y su esposo van a descansar un rato y luego que ustedes hayan descansado cambiamos de turno.
- Eres un jovencito adorable Damián- me pellizca las mejillas- espero que tú y mi hija se lleguen a amar sinceramente. Ella es toda terca pero tiene un bello corazón.
No sé qué decir ante eso, me ha dejado sin palabras, solo le doy una sonrisa con la cual le agradezco su "aprobación" para salir con su hija.
Te has ganado a la suegra Damián, falta a la novia.
Porqué esta hermosa mujer, que nació mujer y parece mujer también le gusta las mujeres? Que injusto de la naturaleza.
Supongo que soy el único enterado en que a Shadday le gustan las mujeres, despues de su amiga.
La Señora Sanez me saca de mis pensamientos.
- Damián, mi esposo y yo te agradecemos todo el apoyo que nos has tenido con toda esta situación- me abraza fuerte y el Señor Sanez me da un apretón de mano por agradecimiento.
- Nos iremos a casa por unos instantes y tú podrás ir a descansar.
- tómese el tiempo que necesite - miro al papá de Shadday - usted también Señor Sanez.
Ambos se despiden y prometen que no tardarán.
Me voy a la habitación de mi Machi... Digo, de Shadday a contarle historias que sé que escuchará.
- Hola, machito de mi corazón. Sabes, te he extrañado tanto. No tengo con quien pelear y tampoco conversar, básicamente mi único amigo eres tú, así que vuelve del más allá para estar conmigo en el hoy, en el mañana y en todos los días de mi vida- se me sale una carcajada triste - no sé porqué contigo me pongo en modo sensible y cursi, será porque te amo - abro mis ojos al saber la palabra que se me escapó de mi boca - digo pues que que te amo como ese mejor amigo - rasco la parte de atrás de mi cabeza.
El amor te tiene vuelto un baboso, Damián.
Tiene razón la voz de mi cabeza, estoy hecho un estúpido por amor a Shadday.
Han pasado aproximadamente una hora y media cuando los padres de mi Machito llegan y me dicen que me vaya a descansar, a pesar de que me negué en irme, ellos prácticamente me sacaron a la fuerza del hospital. Ni modo vendré mañana después de clase.
*****
Shadday
- Mmm ma...- mi voz está pesada, no logro pronunciar lo que quiero. Deseo ver a mis padres, preguntarles qué pasó y como llegué hasta aquí.
Logro abrir con mucho esfuerzo mis ojos, demasiado lentos debido a la fuerte luz blanca que hay en esta habitación, veo un poco borroso. Sé que si los vuelvo a cerrar y abrir podré ver más claro. Parpadeos varias veces hasta obtener una vista más clara y efectivamente estoy en un hospital.
¿Qué caramba pasó conmigo?
Escuché muchas voces cuando estaba dormida, para ser más exacta, escuché la voz de Carlos, mi amigo de toda la vida, de mis padres, en varias ocasiones llorando. También escuché la voz de Amparito, Luz, Loreth, Damián y también escuché la voz de...
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose por lo cual pongo mis ojos en ella. Le da paso al último hombre que imaginé ver y que sé que ha estado pendiente de mi porque lo he escuchado y él me ha dicho su nombre.