No Quiero Amar

Capítulo 18

Shadday

No sé porque tengo ganas de llorar. Verlo despues de lo que pareció una eternidad me hace feliz y mis ojos no lo pueden ocultar. Una lagrima brota de ellos.

-Los dejaremos un rato a solas- habla mi madre- mi padre no parece muy convencido pero acepta salir.

Mi madre abraza a Damían y sale.

-Hola, cuernudo- trato de sonar divertida y parece que resultó ya que Damian suelta una pequeña risa nostalgica.

-Hola, machito- doblo mis ojos y él ríe otro poco.

Se acerca a mi para abrazarme con mucho cuidado. Sus labios rozan mi oreja y me pongo nerviosa.

-Te extrañé tanto- dice y mi corazon se quiere salir de mi pecho.

-Lo sé, lo he escuchado un par de veces de ti.- se separa y parece estar nervioso.

-Ah sí, qué más... escuchaste?

- Mmm - finjo pensar- algo de usar tu moto todo lo que yo quiera.

Él ríe y es lo más hermoso que puedo ver, creo que ya puedo morirme en paz.

- ¿Por qué me ves así? - aparto mi mirada sintiendome avergonzada.

- Solo que tambien te eché de menos, cuernudo.- él besa mi frente y se sienta en la silla en la que se encontraba mi madre.

Ahora todo es claro en mi mente, recuerdo que iba a mi encuentro con Damian y por estar tan nerviosa no me fijé en la calle a la hora de cruzar y un vehiculo me arrolló dejandome postrada en esta cama. Ahora entiendo el dolor en todo mi cuerpo.

-Damían- le llamo y el esta atento a mi, sostiene mi mano con tanta delicadeza. Es como si pensara que en cualquier momento he de quebrarme.

-Dime, Shadd. - me dijo Shadd que raro.

-Mi nombre suena lindo en tus labios.

¿Qué carajos acabo de decir? soné como una tonta. Mis labios estan adquiriendo vida propia.

-Todo lo que sale de mi es lindo- alza las cejas en modo altivo y agradezco que se lo tome así, tan arrogante como suele ser.

- Tan creido como siempre- digo en un fingido fastidio, ambos reimos.

-Oye Cuernudo, qué tiempo tengo aquí?

- Tienes casi un mes de estar aquí mi Machito.

Casi un mes aquí acostada, posiblemente me veo horrible.

-Oh por dios entonces eso quiere decir que estoy... horrible?

Damían se ríe.

-De que hablas? Estas preciosa- lo dice sonriendo

- me estas diciendo que en un mes o casi un mes no me peino?

-Tú nunca te peinas- punto a su favor.

Me siento cómoda junto a él, es fantastica la forma en la que nos llevamos.

Damian Valencia facilmente podría destruirme y yo estaria satisfecha por el dolor que me causaria despues de tanta dicha.

Entra Carlos y veo como Damian se levanta sin siquiera saludarlo.

-Shadd, cómo te sientes?

-De maravilla, pronto estaré en casa disfrutando de las peliculas que me recomiendes, amigo - le digo entusiasta, Damian hace que me sienta así.

- Me alegra que ya estes bien, nos distes un gran susto.

- Lo sé... y lo siento- sé que fue mi culpa, pero no lo diré - y mis queridas amigas ¿donde estan?

-Loreth esta afuera esperando su turno de visita ya que alguien no ha querido salir

- Ok, si es por mi entonces me voy, mi ma... digo Shadday paso luego cuando el ambiente esté más... agradable- se acerca y besa mi frente, me mira a los ojos y saca su sexi sonrisa para luego guiñarme un ojo e irse.

Este hombre va a enloquecerme. Me encanta como guiña su ojo, es demasiado para mi. Mi pobre corazón no aguantaría tanto.

- Tambien me iré, para que pueda entrar Loreth ah y tus amigas de la Universidas aún no saben nada. Será una sospresa. Luz me dijo que vendran mañana despues de clase debido a un trabajo que estan haciendo. - Carlos habla y hace que deje a un lado a Damian, bueno solo un poco, él ocupa gran parte de mis pensamientos.

- Adiós... la próxima vez me traes algo, ¡Tácaño!

******

Estoy llorando, no puedo parar de llorar.

- ¿Por qué tuvo que morir? -Sollozo con una mano en mis labios.

- Ya, no sigas, por favor- Damian da pequeños golpes en mi espalda. Está preocupado.

- No es justo

- La vida no es justa mi querida Machito. Mira esto, tú estas aquí llorando por algo que es ficción y esos protagonistas estan ganando dinero por causar esto.

Sí, estamos viendo una pelicula que me he visto unas mil veces pero aún me hace llorar, se llama Bajo la misma estrella.

- Vamos por un helado, quieres?

- Esta bien, solo porque insistes - limpio mis ojos- me lavaré la cara, ya vuelvo.

Él se queda en medio de sala de mi casa sentado en el sofá en espera de mi venida, mamá y papá han estado echando ojitos para estar pendiente de que no hagamos nada malo.

-Mamá, papá daré una vuelta con Damian, puedo? Si, ah bueno adiós.

-No he dicho que si, Shadday- habla mi padre.

-Ay Pa, no he salido de esta casa desde que llegué del hospital, por favor. - suplico.

-Esta bien, no tarden - mira a Damian - y recuerden que yo tengo ojos en todos lados.

Damian traga grueso. -No se preocupe, Señor. No haremos nada indebido, lo prometo.

Mi padre le sonríe, y le da un apreton de mano - Me da gusto escuchar eso, ya, vayan y no tarden.



#26241 en Otros
#3905 en Humor
#39833 en Novela romántica

En el texto hay: comedia romantica, guerraromancedesamor

Editado: 28.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.