Damían está como una estatua.
-Hey Damían, di algo- sacudo mis manos cerca a sus ojo para que me responda.
El solo parpadea y de un momento rápido me jala de un brazo y me besa.
DAMIAN.
Ella me acaba de decir que... en serio que no es medio macho? digo un hombrecito? es decir, no le gustan las niñas o ese tal Luis?
Ella me observa esperando algún tipo de respuesta. Ni siquiera puedo pronunciar una sola palabra.
<¿Qué me pasa?>
Realmente esta mujer frente a mi es demasiado especial. Jamas una mujer me había dejado pasmado, yo soy el que causa ese efecto en ellas, pero lo juro que ella es distinta e incluso veo un aura a su alrededor y es preciosa, me encanta en todos los sentidos.
No aguanto más verla esperando alguna respuesta y aprovechando que no puedo articular ni un mínimo sonido la tomo del brazo acercandola aún más a mi y la beso. Espero que mis labios hagan un buen trabajo y ella pueda entender el idioma de los besos.
<Te amo, machito. Te amo mi machito. Te amo Shadday Sanez>
Lentamente nos vamos separando con nuestras respiraciones agitadas y ella con sus ojos cerrados aún, está con su rostro rojo. En serio ella es desenfrenadamente hermosa.
-Esto signifi...
-Toc toc.
Ambos miramos a la puerta de entrada.
-Oh, por Dios- Shadday se pone ambas manos en su boca una encima de la otra- quizás es mi padre.
-No lo creo o acaso crees que te vigila?
Niega con la cabeza.
- Si quieres te escondes, yo iré a ver quien nos ha interrumpido-se tapa su cara roja con las manos. me río.
Shadday se levanta y se coloca detrás de la puerta de la cocina, ella puede ver hacia fuera pero nadie puede ver hacia dentro, debido a los vidrios polarizados.
Abro la puerta y no conozco a este hombre frente a mi.
-Disculpe, le puedo ayudar en algo?
-Claro, Señor King, puedo pasar?- no espera respuesta y se adentra a mi hogar.
Espera? Cómo este hombre conoce mi antiguo apellido?
- ¿Quién es usted y por qué está aquí?- le exijo y cierro la puerta.
- Verá Señor King, ya que estoy en su humilde morada, sin la presencia de un testigo, le confieso que vengo a darle paz por la eternidad- me apunta con un arma justo en mi cabeza, empiezo a sudar - Oh, cuanto lo siento Señor King, usted no puede tener paz eterna, o usted fue un buen muchacho?- ríe.
- ¿Quién lo envió?- pregunto ignorando el arma que me apunta.
- Estoy cobrando una deuda, no digo nombres.
Este hombre habla demasiado lento para mi gusto, me está irritando su manera de hablar.
-De echo pensé que estaría con la señorita Sanez- eso me deja congelado- si los mato a los dos me ganaría un buen dinero, que lastima que se haya marchado antes- se rasca su sien con el arma- si ella estaría aquí posiblemente quedarían como los nuevo Romeo y Julieta. Sería fantástico señor King- ríe nuevamente y me vuelve a apuntar.
- Si de todas formas me va a matar porque no me dice el nombre del cobarde que lo mandó.
- Ya le dije que nada de nombres, te iras al infierno sin saber el nombre del que me envió- una sonrisa se apodera de mi rostro- Por lo menos te iras riendo, hasta nunca Se...
-¡PUM!- mi Shadday le dio un fuerte sartenazo en la cabeza a este desagradable sujeto- que manera de hablar tan irritable, no crees? - le sonrío queriendo decir gracias.
El hombre está tendido en el suelo.
《si que le dio fuerte, espero nunca pelear con Shadday》
Shadday lo comienza a requisar
-¿Qué haces?- le pregunto
- Averiguo de quien se trata, pero no trae nada, no hay identificación, no hay una tarjeta, este hombre es meticuloso en su trabajo.
- Qué haremos con él?
- Lo que hacen todos, un tiro en la frente y lo tiramos al río- abro los ojos y ella ríe- mentiras, llamemos a la policía- ella toma su teléfono y comienza a teclear.
-Espera, no- la detengo- No tenemos de que acusarlo.
-cierto- se sienta y coloca sus manos en la cabeza- del momento átalo, es peligroso que esté suelto, en cualquier momento puede despertar.
Lo ato de manos y pies alejándolo del arma de juego.
-¡Ya sé! - me asustó - tiremos algunas cosas de tu apartamento y le decimos a la policía que este hombre estaba buscando dinero y al no encontrarlo quiso matarte- esta buena la idea- y que luego llegó tu hada madrina y te salvó- ella ríe- no, no, llegó la mujer maravilla y te salvó del malvado hombre.
- Si preciosa, diremos que llegó mi salvadora, la mejor de todas- le guiño un ojo.
Shadday comienza a lanzar cojín por un lado, tiró dos floreros, dobló un sofá, básicamente ella hizo todo sola, hasta creo que se divirtió haciendo daños en mi apartamento.
-Oye ¿Cómo es que sabes todo esto?- pregunto intrigado.
- Documentales, series, novelas, básicamente la televisión te enseña a asesinar como si fuera lo mas de normal, todo lo indevido lo encuentras en ese aparato- tira la mesa de sala- ya está, llama a la policía.
- Estas segura?
- Si, llama.
A los 10 minutos la policía está en mi apartamento.
Shadday se encuentra en el suelo llorando, con su cabeza pegada a las rodillas.
-Puede decirnos que sucedió?- pregunta uno de los policías
- Ese hombre que está atado irrumpió mi hogar y quiso dinero y al no obtenerlo me iba a disparar, afortunadamente mi novia estaba escondida y lo golpeó en la cabeza- el hombre aún estaba inconsciente.
-Señorita tranquilícese, ya todo pasó- la anima uno de los policías.
Luego de dar toda una declaración con un micrófono frente a mi los policías se marcharon con el hombre esposado, aun inconsciente.
Shadday quería matarlo.
-Ya se fueron, levanta tu cabeza y deja de llorar.
- Damián mis ojos me duelen, eso fue demasiado fuerte.