No quiero dejarte ir

Capítulo 2

Por fin medio día, voy camino a la cafetería para comer algo ya que es increíble lo mucho que se abre tu apetito luego de una hora de historia del arte grecorromano y dos horas de geografía artística. Cuando llego, tomo  una bandeja y voy por mi comida. La comida es bastante variada, lo que dificulta un poco decidir, pero al final agarro un plato de pasta, pan, una manzana y un juego de durazno.

Miro alrededor de la cafetería para ver si encuentro un sitio libre y cuando por fin veo una mesa vacía pienso que voy a poder estar tranquilo por el resto de mi almuerzo, tomo asiento y le mando un mensaje a Tommy para ver si quiere hacer algo esta tarde, luego de enviar el mensaje, fui a dejar el celular sobre la mesa y entonces me di cuenta de que alguien se había sentado en frente mío, al levantar la vista pude ver que era la chica que estaba en las gradas, a quien tuve la decencia de no molestar y quien evidentemente no está teniendo la misma consideración. Hicimos contacto visual casi al segundo, puesto que ella ya me estaba mirando.

- ¿Por qué el pan? - soltó de repente haciendo que me sobresaltara lo que le pareció bastante divertido - tranquilo tigre, no muerdo.

- Me gusta acompañar un plato de pasta con un poco de pan. - dije sin tomarle importancia al “tigre”, solo quería que se fuera.

- Eso tendría sentido si fuera un plato de pasta con salsa a la boloñesa, pero lo que tienes en tu plato, es pasta con salsa a la carbonara - señala mi plato - en ese caso, la presencia del pan no aporta nada.

-Como tu presencia en esta mesa- pensé. Se quedo mirándome fijamente durante unos minutos más, luego se levantó y se despidió con una sonrisa. Sin duda eso fue raro, pero no voy a darle muchas vueltas a este asunto.

Cuando termino de comer, dejo mi bandeja y abandono la cafetería dirigiéndome hacia mi casillero para dejar un par de libros antes de irme a mi última clase. Recibo la respuesta de Tommy, nos juntaremos en el lugar de siempre con el resto, me toca llevar parte del alcohol. Le mando un mensaje a Mía para preguntarle si se puede ir con alguien más porque necesito el auto. Me contesta a los minutos, saldrá a comer con unos compañeros de clases asique no tiene problema en dejarme el auto, ahora tiene la hora libre pero igual me dijo que yo  pase por su clase a buscar las llaves.

Luego de ir a por las llaves, logro llegar a mi última clase con la suerte de que la profesora todavía no vino y me preparo para las dos horas de dibujo arquitectónico que tengo que enfrentar, tomo asiento en una mesa vacía que encuentro a mitad del salón y cinco minutos después alguien toma asiento a mi lado, veo por el rabillo del ojo y maldigo para mi adentros al notar que es la chica que hace solo minutos interrumpió mi comida. Voltea hacia mí y me mira directo a los ojos.

- Eres hermano de Mía. 

- ¿Cómo... - me interrumpe.

-Estaba en adentro del salón cuando pasaste a buscar algo pero no te diste cuenta, si que eres despistado chiquitín.

- ¿Disculpa? – dije incrédulo, esta vez siendo incapaz de dejar pasar el “chiquitín”.

- Estas disculpado. – dice mostrándome otra vez una enorme sonrisa.

-Muy graciosa.- fue lo único que le respondí. Por suerte, la profesora llegó haciéndole imposible que me siguiera hablando, puede que seamos nuevos pero es sabido que si hablas en la clase de esta profesora, te obliga a re-cursar su materia.

 

 



#25799 en Novela romántica

En el texto hay: tragedia, desamor, amor

Editado: 10.01.2021

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