No quiero dejarte ir

Capítulo 3

Salgo con los ojos tan pegados que ni siquiera reparo en si puedo chocarme algo o no, cuando no llevo más de 4 pasos, alguien entrelaza su brazo con el mío y me guía por el pasillo. En ese momento estaba tan grogui que tranquilamente podrían haberme llevado a un precipicio y yo los habría seguido. Nos detenemos y antes de abrir los ojos para ver a donde me llevaron o quien me llevó, una voz femenina me saca de cualquier estado de sonambulismo que haya presentado con anterioridad.

-No es muy inteligente caminar con los ojos cerrados – me dice con esa sonrisa que ya reconozco como algo característico en ella – pero que suerte que me tienes a mí para guiarte, sin más preámbulos, le presento su casillero señor zombi. – finaliza señalando con ambas manos mi casillero.

-Gracias. – estoy tan cansado que no tengo ganas de preguntarle absolutamente nada, y menos si se que ella ya sabe más cosas de mi que lo que yo estoy averiguando de ella.

-Vaya, eres amable en modo sonámbulo. – la ignoro y me limito a tomar mis cosas.

-Se nota que estas cansado pero, ¿tanto como para no hablarme? – pregunta haciendo un mohín. Continúo ignorándola y me giro tratando de enfocar el pasillo para dirigirme a mi primera clase. Ella se posiciona a mi lado y vuelve a entrelazar su brazo con el mío.

-¿Qué estás...?- me interrumpe.

-Te llevo a tu próxima clase, si dejo que te vayas así vas a chocarte con algo o con alguien – se queda mirándome por unos segundos y después añade – me gusta este lado tuyo, te hace incapaz de rechazarme.

Tenía razón, mis neuronas ni siquiera conectaban para poder ver con claridad los pasillos, por lo tanto, tampoco harían un esfuerzo para rechazar a la persona que estaba haciendo su trabajo más fácil. Caminamos por dos pasillos hasta que se frenó bruscamente haciendo que me vaya hacia adelante, pero ella rápidamente tironeó de mí para que me vuelva a hacer para atrás, aunque este prácticamente inconsciente, estoy casi seguro de que acabo de hacer el efecto “punching ball”.

-Tengo un problema… - por primera vez soy yo quien la interrumpe.

-¿Tú tienes un problema? ¡Mis dientes casi quedan clavados en el piso! – le digo.

-Cierto, pero todavía más importante, no tengo ni idea de a donde se supone que tengo que llevarte. – la miro y me tranquilizo al notar que tal vez no sea una acosadora, puesto que una acosadora ya sabría hasta las contraseñas de mis redes sociales, entonces no tiene lógica que no sepa sobre mi siguiente clase.

-Pasillo 5E, segunda puerta del lado derecho.

Siguió mis indicaciones, y como prometió, me llevó hasta mi clase. Separó su brazo del mío y se fue saludándome con la mano.



#25793 en Novela romántica

En el texto hay: tragedia, desamor, amor

Editado: 10.01.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.