Ya es de noche, estoy en la casa a punto de llevar a los niños a la cama cuando suena el timbre, imagino que es Sulen que se fue hace poco y olvidó su agenda sobre la mesa. Pues estaba cuidando de los niños hasta que llegara.
—A que volviste por esto—pronuncio abriendo la puerta y dejando caer la agenda al suelo sorprendida de que no se trata de Sulen más bien de Marcos. Cómo primera reacción intento cerrar la puerta en su cara, pero pone su brazo en el medio y empuja la puerta abriendo y colándose en mi casa.
—¡Vete de aquí o llamaré a la policía! —exclamo y él cierra la puerta.
—Solo quiero hablar. —se excusa.
—Son casi las 10 de la noche y no quiero hablar contigo, si no te marchas presentaré una demanda—agrego y el corazón casi se me sale del pecho cuando veo a mis dos niños entrar en la sala y miran al sujeto con curiosidad.
—¡Vayan a su cuarto! —les ordeno
—¿Te casaste? —pregunta él.
—Sí—respondo.
—No—dicen los niños a la vez y él me mira con cierto grado de duda.
—Pequeños ¿dónde está su papá? —pregunta mientras me cubro los labios que me tiemblan con la mano, Dios esto no me puede estar pasando.
—No tenemos—dice Hasly.
—Murió, no lo vimos nunca. —responde Hasher.
—Epa—dice él dando unos pasos hacia los niños. Es un hombre muy inteligente y obvio va a sospechar de que esos niños son sus hijos si ya tenía tres meses de embarazo cuando nos divorciamos.
—Vete Marcos—exclamo y él me ignora completamente.
—¿Qué edad tienen? —cuestiona mirando a los chicos con detenimiento mientras intento disuadir su pregunta.
—7 Años—responden ambos a la vez.
—¿Y qué día nacieron? —termina preguntando.
—Niños a su cuarto, ¡ahora!—exclamo y ambos pequeños se toman de la mano y se voltean.
—El 11 de agosto—termina pronunciando Hasly y Marcos me mira con asombro.
—Estos niños ¿son mis hijos? —cuestiona y ambos niños se voltean sorprendidos a mirar. Yo me quedo muda mirándolo a los tres que se parecen bastante.
—Nos divorciamos el 15 de febrero—pronuncia quedándose pensativo—hasta el 11 de agosto...ya tenías 3 meses de embarazo—agrega pasando ambas manos por su cabeza.
—Mamá—pronuncia Hasly—nuestro papá murió ¿verdad?
—Sí—respondo a la misma vez que Marcos:
—No—exclama y los niños me miran a mí y luego a él. Marcos y yo nos cruzamos miradas, no puedo negar que estoy nerviosa y asustada.
—¡No! Yo soy su papá—termina argumentando Marcos— ¿verdad Daniela? ¿Son mis hijos? No puede haber otra explicación a menos que... que tuvieras un amante—dice Marcos y lo interrumpo.
—No, no tuve ningún amante.
—Entonces ¿son mis hijos? —pregunta agachándose frente a los niños y mirándolos fijamente —Responde por favor ¿son mis hijos?
—Si—digo y unas lágrimas ruedan por mis mejillas, llevo 7 años intentando escapar de esta realidad, de esta pesadilla que ahora está ocurriendo.
—¿Ustedes dos son mis hijos? —cuestiona acariciando el rostro de los niños—es que no lo puedo creer—dice abrazando a los niños que se han quedado en silenvio ante la noticia extraña y sorpreneente que acaban de recibier—Daniela, después de todo si somos una familia. Tú y yo siempre estuvimos destinados a estar juntos.
—Hasly, Hasher, él es su papá y se llama Marcos—una sonrisa de felicidad se dibuja en el rostro de los chicos al escucharme confesar toda la verdad.
—Pero dijiste que papá había muerto—pronuncia Hasher.
—Lo sé, discúlpenme, es que no sabía donde estaba su papá, no le vi más después del divorcio y pensé que había muerto. —miento, obvio que si sabía donde estaba pero lo que menos quería era estar cerca de alguien como Marcos y de haber sabido que esperaba dos hijos de él nunca me hubiese dejado alejarme de su lado.
—Lo importante es que ahora estamos juntos—afirma Marcos—y ya nadie jamás nos va a separar—agrega mirándome a los ojos—vamos a estar juntos los 4 para siempre.
—Papá—dice Hasly mirando de arriba a abajo a su padre—¿vas a ir mañana con nosotros a la escuela?
—Es el día del padre y todos los niños van con su papá—interviene Hasher.
—Si, por supuesto que sí, iría por ustedes a donde fuera y su madre también—explica mirando con ternura a los niños. —me dan un abrazo—dice sin apartar la vista de ambos pequeños que se acercan y lo abrazan.
—Tú y yo tenemos muchas cosas de que hablar—dice Marcos dirigiéndose a mí a la vez que se pone de pie y los niños no dejan de mirarlo.
—Niños, vayan a su habitación, su padre y yo tenemos muchas cosas de que hablar—les digo a los chicos y Hasly se acerca y toma la mano de Marcos.
—Papá—lo llama captando su atención, cosa que me rompe el corazón—no te vas a ir verdad.
—Te prometo que nunca volveré a estar lejos de ustedes mi princesita—dice besando la frente de los niños y abrazándolos de nuevo. —Ahora vayan a su cuarto para que mamá y yo podamos hablar. —agrega y los niños caminan hacia su habitación, mirando debes en cuando hacia atrás como si no quisieran que su padre se fuera.
—Tenía derecho a saberlo—me reclama desajustándose un poco el nudo de la corbata—tengo dos hijos, dos niños de ya siete años. No conozco a mis hijos, no sé que color le gusta o que comida prefieren. No sé nada de mis hijos y todo por tu maldito egoísmo.
—Lo siento. Pero creí que sería lo mejor para todos... —intento justificarme mientras él me interrumpe.
—¿Lo mejor para todos? ¿estás segura? o lo mejor para ti—dice y unas lágrimas ruedan por mis mejillas .
—Sabes que nuestro matrimonio no terminó en buenos términos.
—Nuestro matrimonio nunca debió terminar. Alis, te das cuenta como tus decisiones nos han afectado a todos. Pero te perdonaré, eres la mujer que amo y te perdonaré. Vamos a hacer las cosas bien, tú, nuestros hijos y yo vamos a estar juntos y a ser la familia que siempre debimos ser. —dice dejándome un tanto confundida, no puedo creer que después de todo lo que sucedió entre nosotros él crea que exista una ínfima posibilidad de que podamos estar juntos.
—Marcos, dejaré que veas a nuestros hijos y formes parte de su vida, podrás verlo los fines de semana...
—¿Qué? ¿Los fines de semana? —pregunta incrédulo—parece que no me estás entendiendo Daniela, tú y yo volveremos a estar juntos como pareja y le daremos a nuestros hijos el hogar que se merecen. —exclama dejándome asombrada, por lo visto Marcos no ha cambiado nada y está completamente loco si cree que él y yo volveremos a estar juntos.