—Amor—escuché la voz de Marcos cerca de mí, estaba sentado al lado de mi cama sonriéndome con una bandeja con el desayuno y unas rosas rojas. No sé a qué hora me dormí llorando, me senté en la cama, sentía mi rostro hinchado por las lágrimas y lo miré con dolor, rabia y no sé cuantos sentimientos encontrados tenía—¿cómo te sientes? —cuestionó entregándome un sobre.
—¿Eso qué es? —pregunté y sonrió.
—Ábrelo y descúbrelo princesa—dijo y tomé el sobre que contenía una hermosa cadenita, me quedé mirándola. Y saqué del sobre dos boletos de avión a París.
—Marcos tenemos que hablar y lo sabes. Esto no soluciona nada...
—Perdóname—me interrumpió besando mi mano—te amo Daniela, eres lo único que me importa en esta vida, dame otra oportunidad.
—Me pegaste—exclamé tragando en seco.
—Lo sé y me arrepiento terriblemente. No sé que me pasó, sabes que no soy así. Por favor no puedes terminar con un amor tan bonito como el nuestro solo por una equivocación—dijo abrazándome y besando mi rostro. Yo me mantuve en silencio. —No te imaginas el miedo que tengo a perderte, si me quisieras igual que yo lo entenderías.
—Si te quiero—me atreví a decir.
—Amor—dijo acariciando mis manos—te quiero, pero el miedo a que me dejes y te vayas está acabando conmigo.
—No me voy a ir, pero no me vuelvas a tratar así—terminé cediendo ante mis estúpidos sentimientos.
—Hagamos algo—intervino besando mi rostro y poniéndome la cadenita—te ayudaré a elegir la ropa que vas a usar, si yo soy tu mayor admirador y te pones bonita solo para mí entonces que tiene de malo que sea yo quien elija tu ropa.
—Vale—respondí y una sonrisa dudosa se dibujó en mi rostro pensando que tenía a mi lado al hombre más bueno y detallista del mundo. Creí que el problema había terminado y la verdad nuestros problemas acababan de empezar.
************
Presente:
—Mamá —pronuncia Hasly acercándose a mí y me limpio las lágrimas poniéndome de pie—¿estabas llorando?
—No, no, no mi niña, por qué lloraría—respondí limpiándome nuevamente el rostro, pues imaginé que mis hijos no se merecían que creara una imagen tan mala de sus padre, solo tenían siete años. Los problemas eran entre Marcos y yo, mis pequeños no merecían sufrir las secuelas de nuestras malas decisiones y nuestros problemas.
—Mamá, estoy muy feliz de que apareciera nuestro padre—dice y me agacho y la abrazo y beso su frente.
—Ahora podremos ser una familia feliz, vivir los cuatro juntos—pronuncia y frunzo el seño—podremos ir a la playa y ver pelis y...
—Hasly cariño, yo no voy a regresar con su papá—la interrumpo—podremos hacer algunas cosas juntos y ustedes podrán pasar tiempo con él porque es su padre, pero no vivirá con nosotros.
—¿Por qué? él dijo que seríamos una familia y tú no estás casada. —responde la pequeña y la verdad es la más inteligente de los dos
—Cariño, yo los adoro y siempre haré lo mejor que pueda por ustedes, pero jamás volveré con su padre, él es... —trago en seco y me detengo,es un mal hombre,una mala persona, pero arruinar su imagen delante de los niños solo los dañaría por eso cambio mis palabras—es su padre... pero ya no estamos enamorados.
—Él dijo que si quiere que estemos juntos.
—Pero no de esa forma, nunca volveré con él, no lo quiero. Ya ve a tu habitación. —termino diciendo pues el mero hecho de que Marcos haya aparecido y haya descubierto que tenemos dos hijos ya me afecta bastante.
—Pero mamá...—me interrumpe.
—Que vayas a tu habitación a dormir—le ordené señalando su cuarto.
—Eres una egoísta—exclamó cruzándose de brazos—Dijiste que papá estaba muerto y era mentira y ahora no quieres que viva con nosotros—terminó diciendo y marchándose hasta su habitación. Cubrí mis labios con mi mano y sentí que me dolía el corazón. Mis hijos querían que volviera con su papá y eso que apenas lo habían conocido, pero pasara lo que pasara yo nunca iba a regresar con un hombre tan cruel. El problema es que ahora que él había vuelto yo sabía perfectamente que iba a usar a los niños para que regresara con él. Ya me demostró que no ha cambiado absolutamente nada, no es la primera vez que me engaña y que intenta manipularme pero no soy la misma de antes y no dejaré que mis hijos crezcan viendo a su padre golpear a su madre y viendo a su madre soportar por miedo los malos tratos de su papá, no es lo que quiero, quiero darles un ejemplo y una vida diferente, libres de traumas, de peleas, de discusiones.