No quiero una vida sin volver a verte

QUINCE

CAPITULO 15

 

–Ya me voy

–¿Por? –digo

 

Han pasado 4 meses de todo lo ocurrido, una chica nueva en mi escuela que me dieron a encargar sin saber que está ciega y que dejaría de lado todo lo que era para estar con ella, los problemas en casa, la situación con Teresa, todo eso y más. 

 

Me encuentro en un parque aislado con mi chica, la que me ha sacado mil y un dolores de cabeza, pero que me hace feliz a más no poder.

 

–Porque… tengo unas cosas que hacer –dice con duda

–¿Qué cosas?

–Cosas equis, pero importantes… para mis padres, eso –me da un pequeño golpe con su índice –deja de molestarme, tontito

–Estábamos tan cómodos, loca –suspiro desganado –¿A dónde iras?

–A unos lados, mis padres me llevaran

–De acuerdo, ¿te llevo a casa? –asiente –¿estas segura que solo es eso?

–Ehmm… si, si, solo eso –medio sonríe 

 

¿Esa es mi novia?, ¿mi Abbey?

 

–Pero… te tienes que ir, ¿ya, ya?

–Amm… si, no, bueno… no en este momento, así que

–Así que podemos hacer otras cositas –subo y bajo las cejas como si lograra ver eso

–¿Qué no soy yo la loca? –dice con una enorme carcajada entendiendo lo que digo

–Oh, vamos, no seas la aburrida que ese es mi papel

–Me da penita –se acomoda sus lentes oscuros

–A Abbey Fisher le da vergüenza unos besos, wow –dramatizo 

 

Esta loca me acaba de dar una cachetada 

 

¿A MI?

 

No fue tan fuerte de todos modos, pero… creo que volvió a su papel de loca.

 

–¿Qué te pasa?

–A mí no me da pena nada, Zac

–Ahora te enojas –la tomo de la cintura pegándola a mi cuerpo –¿cómo me convencerás de eso? ¿Ah?

–Puedo hacerlo ahora

–¿Y después? –le beso el cuello

–Y después… –jadea –no puedo pensar si…

 

Mi mano sube por uno de sus pechos apretándolo mientras muerdo su mandíbula.

 

–Zac –dice con dificultad –no podemos

–Si, si podemos –le susurro en el oído –toca

 

Tomo su mano llevándola a mi erección ya dura, lo aprieta y yo me voy a sus labios devorándolos a mas no poder, la succión de su labio inferior se demuestra en cuanto suena el “plof” al soltarlo.

 

Sus manos se posan en mi pecho y lo que hace es empujarme hasta que quede completamente acostado en el césped del parque mientras ella se sube a horcajadas en mi sin dejarme de besar ni yo a ella. 

 

Se supone que aquí siempre está solo o en su mayoría, pero al parecer hoy no es de esos días.

 

–Ejem… disculpen niñitos, pero está prohibido hacer esas demostraciones sexuales en público, me temo que debo de llamar a sus padres 

 

Nuestros labios se separan sintiendo la mirada del hombre gordo y calvo vestido de “policía”.

 

–Señor, arruino todo –digo y suelto un suspiro –ya tenía tiempo viéndonos ¿verdad?

–Tenía que vigilar que no hicieran nada ilegal, así que los detuvo en el momento indicado

 

La risa de Abbey de hace presente importándole poco lo que vaya a hacer este… este señor con disfraz de disque autoridad.

 

–Viejo cochino –dice mi novia de manera baja

–¿Encuentra gracioso lo que digo, señorita?

–Diría que divertido, pero si, eso también –nos acomodamos de manera que yo me enderezo con ella encima de mi aún –tengo entendido que no hay nadie en este parque, de hecho, ni escucho nada alrededor, no sé porque es un problema y le puedo asegurar que usted no es policía de nada, más que un simple guardia que debe de checar que no dejen basura por ahí 

–Mira, escuincla, no sé si puedes ver esta placa que tengo aquí –veo la mini estrella con letras que ni son legibles –en este momento soy autoridad y te digo que las cosas que hacían no pueden ser exhibidas en publico 

–Señor, ya bájele dos rayitas a su jodido tono de voz, no queremos problemas, solo le pido respeto hacia mi novia

–Perfecto, pues háganlo y rápido –truena los dedos –, que ya no los quiero por aquí




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.