DIECISEIS

CAPITULO 16

Abbey

Desde el día de ayer en la tarde no la he vuelto a ver, no responde mis llamadas, puede que aun este ocupada con lo de sus padres, dijo que eran importantes o ¿me equivoco? 

En fin, esperando que me conteste, aunque sea antes de que el día termine, me preparo para la cena con los padres de Teresa, tuve que ayudarla con los preparativos porque, no mentía al decir que ahora todo la mareaba demasiado, tuve que sostenerla un millón de veces y otro par cuando el vómito la apoderaba por oler cualquier cosita que este a kilómetros de nosotros. 

Ahora estamos en su casa a unos momentos de recibirlos con semejante banquete que compro la madre de mi hijo para todos nosotros, quería invitar por lo menos a Letty, pero Teresa insistió en que solo nosotros y además de que a mi hermana no le apetecía pasar tiempo con “la estirada” de mi ex.

–Ya llegaron 

Dice atravesando su habitación en donde me preparaba, me acomoda la corbata que estaba a nada de quitarme porque, ósea, yo no me visto así, es una mera pendejada, pero tuve que. 

–Te ves muy guapo, baby –me besa la mejilla, se escucha la puerta y ella se tensa

–Tranquilízate, todo saldrá bien –la abrazo –tu también te ves linda

Y no miento, se ve bien, pero no me causa nada como…

–Vamos –me jala hasta el comedor donde sus padres nos esperan

Ella corre a abrazarlos, estos hacen lo mismo haciéndola soltar lágrimas de felicidad.

–Pero mi amor, esto lo hacemos siempre, ¿por qué lloras? –le dice su madre

–Yo… solo… los extrañe

–Y nosotros a ti –su padre me mira –Zac, hace tiempo que no te veía

–Lo mismo digo, señor Ferreti –estiro mi mano en forma de saludo que recibe con gusto apretando 

–Podemos pasar a cenar –dice Teresa limpiando sus lágrimas –les dije que tenía que contarles algo

–Oh cierto –le besa la mejilla a su hija –espero no sea algo grabe, cariño

–Para nada, mamá, de hecho, es una super mega noticia que a mí, bueno –toma mi mano –, a los dos nos emociona, pero primero comamos 

La cena esta deliciosa, tuvimos que recorrer miles de restaurantes porque casi todo le daba nauseas a Teresa hasta que por fin pudimos encontrar uno que…

–Ya nos dirán esa cosa que es taaann importante –cuestiona el padre de mi ex

–Bueno –se limpia las esquinas de su boca –lo que pasa es que –toma aire y lo suelta –uff… no quiero que se molesten ni con él ni conmigo que ando un poco, pues, sensible

–¿Sensible? –dice su madre frunciendo el ceño –dinos ya, Teresa, me asustas

–Estoy embarazada

–…

– …

–…

–Y llevo apenas unos cuantos meses, pero –se levanta quitándose el abrigo que le camuflajea el vientre –ya se nota –dice con una sonrisa de preocupada

–¿Están enojados? –cuestiono por tanto silencio de su parte

Su padre me da una mirada penetrante, se levanta lentamente de su asiento yendo al mío donde me toma bruscamente del saco poniéndome a su nivel y…

–Felicidades –me abraza golpeando fuerte la espalda –no quería que se formalizaran así, pero… me agrada 

–Oh mi cielito –la señora Ferreti se va con su hija sintiendo a nuestro bebé en su vientre –¿Por qué rayos no nos dijeron desde el principio?

–Fue porque tenía miedo decirles, tenía miedo de que me echaran de casa o me hicieran sentirme la peor hija del mundo –hace puchero

–Claro que no hija –ahora su padre la abraza y yo le doy un trago a mi soda tratando de no voltear los ojos –eres nuestra princesa –Teresa sonríe aliviada porque todo salió bien –¿Y para cuando la boda?

No sé si fue un trozo de hielo escapando por mi garganta o la soda con su gas ahogándome, pero la tos se hizo presente sin saber cómo calmarla.

Casi todo estaba saliendo bien, maldición, lo presentía. 

–¿B-boda? –digo muy apenas

–Claro, no esperes que mi hija tenga un bebé sin haberse casado primero

–Pero, pero somos jóvenes, aun no…

–Ja, cuando les conviene –dice la mamá con mirada picara

Ahora no señora, su esposo me quiere casar y usted haciendo bromas.