Esto me lo contó mi doctor. Cuando estaba en preparatoria, un día que me sentía muy enfermo, mi madre me llevó al doctor, creo que el día anterior comí algo que no me cayó bien y por eso me dolía el estómago. Era uno de esos consultorios de farmacias similares muy conocidos, el doctor me atendió, me revisó y me recetó un medicamento, ya saben lo típico.
En un momento el doctor me preguntó si ya había decidido una carrera para estudiar, la verdad no recuerdo como llegamos a ese tema, pero supongo que solo quería hacer plática, le respondí que aún no estaba seguro, pero que quería que fuera una carrera relacionada con la ciencia y la física, el doctor me contó que antes de ser médico era estudiante de ingeniería y practicaba en extraer petróleo. Como intentando cambiar de tema me preguntó sobre mis alergias, para saber si era alérgico a algún medicamento, le respondí que no tenía ninguna alergia hacia alguna medicina, le dije que a lo único que era alérgico era a los gatos: "Solo soy alérgico a los gatos, aunque tenemos muchos en casa, pues me gustan mucho" le dije. Y el doctor me contó una historia que nunca voy a olvidar.
"La verdad, a mí no me gustan nada los gatos, no los odio ni tampoco soy alérgico, pero es que simplemente me siento muy incómodo junto a uno. Nunca me han gustado, yo siempre preferí los perros, pero hace unos años me pasó algo que me hizo que no vea a los gatos de igual manera".
"Cuando estudiaba medicina, yo realizaba mis prácticas profesionales en un hospital, me tocó apoyar a los médicos en la morgue. No me daba miedo, era un lugar muy tranquilo y me gustaba mucho mi trabajo. Un día mi superior me pidió bajar a la morgue para traerle unos papeles que había dejado ahí olvidados, así que lo hice. Cuando abrí la puerta de la morgue todo estaba oscuro y no lograba ver dada, y cuando intenté encender la luz fue cuando escuché algo raro, era como si alguien estuviera ahí comiendo algo como pollo e hiciera mucho ruido al masticar".
"En la negrura logré reconocer una figura, era oscura, pero se lograba resaltar. Estaba sobre una de las camillas, no logré distinguir nada de inmediato, pero logré ver que se movía de una forma un tanto errática. Por fin encendí la luz y lo pude ver, recostado sobre la camilla estaba el cuerpo de un hombre ya avanzado de edad con el pecho abierto y encima de él había una gran jauría de gatos, los gatos se estaban devorando los órganos de aquel hombre, la escena me paralizó, pude ver la sangre que salía de sus hocicos, arrancaban la carne y los órganos con sus colmillos y lo comían, conté al menos 5 gatos que desgarraban la carne del cadáver de forma ansiosa y feroz. De inmediato corrí y encontré al conserje y entre los dos corrimos a los gatos a escobazos, nunca volví a ver a los gatos igual que antes, sé que actuaron por puro instinto, pero cada vez que veo a un gato viene a mi memoria esa horrible imagen y me siento muy incómodo."
Cuando salí de esa revisión me sentí muy incómodo, no estaba asustado ni nada por el estilo, simplemente me sentía raro, por lo que el médico me acababa de contar, tanto así que mi mente se había desviado por completo de mi dolor de estómago y ya hasta casi lo había olvidado.
Quiero aclarar que no tengo forma de asegurar que esa historia fue real. El doctor no era conocido de la familia ni nada para que yo pueda decir que él no mentiría, además de que analizando la historia hay un par de cosas que resultan dudosas. En cualquier caso, esta es en definitiva la visita al médico más extraña que he tenido y, aunque no termino de creer esa historia de los gatos, la más mínima posibilidad de que lo que me contó sobre la manada de gatos devorando el cuerpo sin vida de un hombre fuera verdad me genera una sensación muy extraña.