Desde niños nos llenan la cabeza de cuentos de hadas. Nos bombardean con historias falsas de un primer amor perfecto, del hombre perfecto, de la vida perfecta, crecemos y nos damos cuenta de que todo fue una mentira. No existe el primer amor perfecto, no existe el hombre perfecto ni existe la vida perfecta. Sin embargo, ahí estaba yo, esperando....
Esperando al hombre perfecto a tener mi primer amor perfecto.
Pero, eso no empezó de la nada, así como todas las personas tiene una historia, nuestras decisiones, personalidades, gustos y disgustos tiene una razón de ser. Para conocer la razón detrás de mi historia debemos volver unos once años atrás.
Era una mañana soleada, tranquila y cálida, una niña de 9 estaba sentada en su escritorio escuchando a su maestra quien en ese momento estaba impartiendo las clases, su día transcurría normal, como todos los otros días, juntarse con sus compañeras, compartir la merienda y estar atenta a las clases.
Poco se imaginaba que ese día conocería a la razón por la que esta historia comenzó.
Eran las doce en punto, el día pasaba lento y aburrido, la niña no pensaba en nada más que en escuchar esa campana y poder irse a casa, pero no había terminado de procesar sus propios pensamientos cuando por la puerta entro el niño más lindo que había visto hasta ese momento, un niño delgado, alto entre los niños de su edad, cabello negro bien peinado con un interesante y un poco cómico rulo en el centro de su frente, unos ojos negros muy grandes con unas pestañas maravillosas y una voz que la conquisto en un segundo. Entro se detuvo en el centro y se presentó.
-Hola! Me llamo Ray, un gusto conocerlos.
El día dejo de ser aburrido no solo para esa niña, si no para todos en esa aula, Ray no solo resulto ser muy lindo si no que era muy carismática, se la pasaba riendo y tenía una sonrisa maravillosa. La niña que simplemente estaba intentando matar el tiempo para poder irse, ahora deseaba que nunca llegara la hora de salida, anhelaba solo un segundo de interacción con Ray, pero era demasiado tímida para atreverse a saludar, no solo era tímida, era una niña muy callada y con pocos amigos, siempre considero que era lo suficientemente invisible como para poder tener amigos, aunque, a decir verdad, no todo era su culpa.
Todo seguía como siempre a diferencia de que ahora en vez de ver hacia la profesora no podía dejar de ver a Ray, pero a la gente buena le pasan cosas buenas y para la suerte de esta niña, la profesora decidió cambiarlo de asiento a un lugar muy cerca de ella. Ese día fue el día más feliz en mucho tiempo, pero no todo acababa ahí.
Llegó la hora del recreo y como de costumbre la niña se reunió con su mejor amiga, mejor dicho, su única amiga, pero en ese momento.
-Hola!
Era Ray, tenia una voz muy dulce, pero la niña quedo paralizada, no sabia como actuar, ni que decir. Además es necesario decir que las experiencias de esta niña en el amor a su corta edad de nueve años no fueron las mejores y para empeorar la situación, no solo sus nervios le estaban jugando en contra sino también sus recuerdos...
Aun cuando todas sus compañeras habían recibido aunque sea una confesión o una carta o un regalo, ella no, todas sus amigas y compañeras habían tenido éxito en sus confesiones, ella no , aunque debería decir que nunca se confeso ya que nunca le había gustado ningún niño, resulta que estaba muy consiente de que no era una niña tierna o linda como para poder gustarle a alguien así que nunca se atrevió siquiera a pensar en gustarle alguien en su tierna e inocente mentecita. Pero entonces Ray volvió a interrumpir sus pensamientos.
-Soy el nuevo me llamo Ray!
-Hola! (dijo la otra niña muy simpática)
-Como se llaman? (preguntó Ray)
-Yareni (respondió la otra niña)
- Y ella? (Ray refiriéndose a la niña totalmente enamorada y nerviosa que no podía ni respirar bien)
Su amiga la golpea con el hombro y eso la lleva fuera de sus pensamientos.
-Yo? ah yo me llamo Rose (respondió la niña muy tartamudeando)
El problema con Rose es que era una niña de nueve años a la que nunca le había gustado un niño y ni siquiera había tenido amigos varones antes, y la ultima vez que alguien pensó que rose gustaba de el se burlo tanto de ella que mato su poca vida social existente en ese entonces.
Lo peor? lo peor es que a Rose ni siquiera le gustaba este niño pero gracias a una de sus amigas termino malentendiendo la situación, la reacción de este niño fue llamarla fea y decirle que el nunca tendría novia y que las niñas le daban asco en especial Rose por lo fea que era (típico de todos cuando estábamos pequeños).
Pero en este caso a Rose si que le gustaba este niño y se moriría si la trataba de la misma manera, así que no estaba dispuesta a que Ray se diera cuenta o al menos sospechara que a ella le gustaba.
-QUE? crees que mi nombre es feo o por que te ríes de mi? (dijo Rose después de que Ray sonriera al escuchar su respuesta)
-EH? no no para nada solo que...
-Que? eh? que pasa?
Ray se asusto tanto que solo les dijo:
-Tu nombre es lindo, pero mejor me voy jeje
Esa fue la peor primera impresión que pudo haber dado pero Rose no estaba dispuesta a recibir un mal trato de parte de Ray si se enteraba de que gustaba de el, no lo soportaría, después de todo era su primer amor.
Ray era un niño lindo y muy dulce, además de gracioso y carismático, todas las niñas en el salón estaban tras el, que tipo de oportunidad tendría Rose si las niñas mas lidas están siempre cerca de el. Para la suerte de Rose, aprendió bastante bien a ocultar sus sentimientos y resulto que logro arreglar su mal comportamiento hacia Ray.
-Unos meses después del primer encuentro-
Todo en el salón estaban jugando, riendo y hablando cuando de repente se escucha un golpe fuerte y todos voltean.