Parte 2

Apenas alcanzo a mirar por las rejas de la ventana a los niños que salen acompañados de sus padres.

Salen asustados y llorando, supongo que a ellos también les dicen que no deben salir y que saben del peligro del exterior.

Yo prefiero quedarme dentro. Con todo lo que me explica tío César, me da miedo el afuera, así que espero el día jugando con mi muñeca de trapo.

Mis padres la trajeron para mí, tío César me contó que una noche, cuando ellos salieron, encontraron una juguetería abandonada y me trajeron la muñeca.

Ahora es mía, se llama Nancy.

Siempre juego con ella en la pequeña sala de mi nueva casa, junto a mi collar de mariposa, el que mi mami me dejó las primeras noches que llegamos al refugio. Es un collar plateado con un colgante de mariposa y unos números detrás, creo que es la fecha cuando nací.

—Hola, pequeña. Ya regresé.

—¡Tío César! —corro hacia la puerta para abrazarlo—. ¡Por fin regresaste, te demoraste mucho!

Mi tío me alza en brazos y cierra la puerta mientras caminamos hacia la cocina.

—Lo siento, pequeña, pero estaba en una reunión con Camil. Hay muchas personas que crean disturbios en el refugio y debemos controlarlas.

—Está bien —respondo bajando al suelo—. ¿Qué son esas fundas? —pregunto mirando las bolsas que trae.

—Traje comida y vitaminas, las necesitas —me explica, dejando las bolsas en el comedor—. Y también te traje un chocolate.

—¡Sí! —doy pequeños saltos de emoción.

No puedo evitarlo, hace mucho tiempo no comía chocolate.

—Tío —lo llamo mientras acomoda la comida en el refrigerador—, si tú trajiste la comida... ¿entonces mis papás vendrán temprano a casa? —pregunto emocionada, deseando verlos.

—No lo creo, Alix. La comida que traje no nos durará mucho. Tus padres deben conseguir más.

—De acuerdo… —respondo triste.

—No te pongas así. Si quieres verlos, trata de permanecer despierta en la noche para que los veas.

—Lo he intentado, pero no puedo. Siempre me quedo dormida muy profundo —me quejo frustrada, recordando todas las veces que he intentado quedarme despierta para verlos y no he podido

Mi tío se ríe. Él es muy burlón conmigo.

—Entonces será para la próxima —dice antes de salir por la cocina.