No salgas

Parte 6

Los señores sin rostro nos llevaron a todos los niños a una habitación muy grande, blanca, con dibujos coloridos en las paredes y después de unas horas nos dividieron por edades, y me dejaron con los más pequeños.

Pero con el paso de los días, los niños iban desapareciendo. Ellos vienen, los agarran y nunca más
los vuelvo a ver.

Eso me da miedo, porque a mis ojos ellos son los malos, ellos nos sacaron de nuestro hogar, se llevaron a mi tío y también a los otros niños, y nunca dicen a dónde van.

Solo los agarran y ellos desaparecen.

A los pocos días, en la habitación quedamos solo cinco niños. Y un día… me tocó a mí.

Vinieron por mí, personas vestidas de blanco entraron y me tomaron en brazos. No me opuse, pero tenía claro que no debía hablar ni decir nada.

Me llevaron a otra habitación, esa tenía dibujos bonitos en las paredes, era un cuarto lindo, muy colorido y me sentaron frente a una chica con un pequeño cuaderno en las manos y una mirada cálida.

—Hola, preciosa. ¿Cómo estás? —me pregunta la chica, pero yo me niego a responder.

Mantengo la mirada en el suelo y a Nancy apretada contra mí.

La chica se mueve un poco incómoda, pero enseguida me sonríe de forma gentil.

—Qué linda muñequita tienes —dice mirando a Nancy—. ¿Cómo se llama?

No respondo.

—Yo también tenía una muñequita como la tuya cuando era niña —continúa—. Se llamaba Daysi.

Era mi mejor amiga cuando era pequeña, y siempre íbamos a todos lados juntas.

Levanto la mirada. Daysi es igual que Nancy, Nancy también es mi mejor amiga y me acompaña a todos lados.

—¿Y qué le pasó… a Daysi? —pregunto en un susurro después de unos minutos.

La chica sonríe.

—Aún está conmigo —dice, levantándose despacio de su asiento.

El miedo me hace cosquillas en el cuerpo, pero cuando saca una muñeca casi igual a Nancy de una caja, me calmo.

—¿Ves? Ella es Daysi —me dice, mostrándomela—. ¿Quieres verla?

Asiento con la cabeza, un poco dudosa.

Me la entrega, la tomo con cuidado y la observo. Es casi igual a Nancy, solo que Daysi se ve más nueva, Nancy está un poco sucia y desgastada.

—Si quieres, puedes quedártela, para que tu muñequita tenga una amiga —dice con una sonrisa.

—Se llama Nancy —respondo en voz baja.

—Nancy es un bonito nombre —asiente ella.



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En el texto hay: suspenso, niñez

Editado: 20.11.2025

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