—¿Dayan, estás bien? —pregunto preocupada.
Ella asiente con una sonrisa forzada.
—Sí —responde—. El chico que me llamó es mi compañero de trabajo y me entregó esto.
Mete la mano en el bolsillo de su bata.
—¡Mi collar de mariposa! —grito emocionada al verlo y me levanto rápidamente—. ¿Me lo puedes poner, por favor?
Dayan asiente, y me doy la vuelta, levantando mi cabello para que me lo coloque.
—Ciento seis… —la escucho murmurar.
—¿Qué dijiste? —pregunto, girándome a verla.
—No, nada —responde con una sonrisa suave.
Una vez que tengo el collar puesto, me vuelvo a sentar para seguir jugando.
—Alix —me llama, y levanto la mirada—, pronto irás a una casa donde habrá muchos niños para jugar. Debes llevarte bien con ellos y portarte bonito.
—¿Y mis papás y mi tío? —pregunto sin apartar la vista de ella.
—Tus papás siguen luchando contra los monstruos… y tu tío, por ahora, no vas a verlo —dice con cuidado.
Al ver mi rostro entristecerse, añade rápidamente:
—No te pongas así, tus papitos siempre van a estar contigo. Y yo también. Siempre puedes venir a jugar con Daysi y conmigo todas las veces que quieras.
Pensar en eso me alegra. Me gusta venir a jugar con Dayan, ella me trata bonito y me divierto mucho.
Asiento con una sonrisa.
—¿Te gusta esa idea? —me pregunta, y asiento otra vez. —Bien. Entonces juega, solo enfócate en jugar y divertirte. Todo estará bien.
Fin.
Editado: 20.11.2025