Me levanté del suelo aun con todo este dolor en mis costillas; no pude ver el vehículo que me embistió, tal vez por las copas de mas que bebi esta noche.
Al llegar noté que eran las 3 de la mañana, subí por las escaleras con cuidado para no despertar a los niños, por el silencio supuse que estaban bien dormidos; me dirigí hacia mi habitación; entre, mi mujer dormía en su lado de la cama.
Observé su sereno rostro, tan hermosa como siempre, pero toda tranquilidad se desvaneció al ver mi lado de la cama; alguien dormía, me acerqué, destapé la sabana y lo que vi a continuación no tiene explicación.
Era yo, no tengo palabras para explicarlo, pero, era yo; era igual a mí, como verse en un espejo, me desequilibre por la conmoción, grave error; despertó y al verme rápidamente me hizo una llave en el cuello, con la cual perdí el conocimiento.
No puedo moverme, estoy encadenado y amordazado, por lo estrecho del lugar supongo que estoy en la maletera de mi auto; la compuerta se abre y puedo ver mejor, el lleva un hacha y, mientras cierra la compuerta, con mi propia voz me dice lo siguiente:
-No se supone que llegaras a casa hoy-
Editado: 30.10.2021