No Somos

La Reunión

En cuanto me aparecí en la puerta del salón, la chica, que estaba sentada en el centro de la primera fila, volteo a verme, seria. De inmediato me di cuenta de que había otros dos chicos en un rincón que daba hacia las ventanas. Uno de ellos, el que estaba de pie, parecía molesto con los brazos cruzados. Su acompañante, sentado en una banca, lucía nervioso y movía con ansiedad los dedos de sus manos. Me parecía que habían discutido antes de que yo llegara.

Pasé de largo, directamente hacia ella como si no me importara la presencia de los otros dos. Me pregunté si era una clase de club y de qué tipo.

—Bueno, ¿y ahora qué hacemos?

─ Nosotros somos un pequeño grupo que se encarga de mantener el orden en la noche —dijo de manera despreocupada. Me pareció una frase un tanto ridícula. Sonaba a esos fanáticos de las historietas tratando de ser héroes como en sus caricaturas, sin embargo, traté de darles una oportunidad.

— ¿Hacen vigilancia nocturna? ¿Algo parecido a las guardias vecinales?

— No —dijo después de una risa burlona. El chico, que al inicio nos miraba, se giró hacia la ventana. Su cara mostraba una molestia a lo que había mencionado, como si mi respuesta hubiera sido tonta. Después la chica se levantó. Y camino hacia mí.

— Sabes que hay gente muy mala en este mundo y que tiene que pagar por lo que hace, ¿no? Lo que único que hacemos es llevarlos a saldar esas cuentas.

— ¿Y los entregan a la policía?

Ella cruzó sus brazos y me miró fijamente.

— No —dijo entre risas.

— Esperamos el momento preciso y los matamos… — contestó aquel chico, mirándome con seriedad. El otro muchacho lo miró con intención de callarlo.

— ¿Son asesinos? — pregunté aunque sabía que no me responderían. — Eso no está bien, no podemos rebajarnos y ser como ellos. Solo generaríamos más violencia. Gracias por su “ofrecimiento” — mencioné mientras dibujaba comillas en el aire— pero no estoy interesada y no se preocupen, no se lo diré a nadie.

Me empecé a retirar cuando la chica respondió.

— ¿No te da curiosidad? Tal vez si vas, nos puedas detener y convencer de que las cosas no son como nosotros creemos.

Me detuve en seco. Me imaginé la situación. Un par de locos sale de cacería en la noche a combatir, según ellos, el crimen y juzgándolos bajo sus propios valores sin tener algún efecto positivo en la sociedad. Sin embargo, una chica con mayor conocimiento, o al menos una visión más amplia del mundo, los detiene gracias a que les muestra que la violencia no es la solución, se hace viral y...

— Entonces, ¿vienes o no? ¿Miedo?

— Vale, lo haré. —contesté decidida.

La chica hizo una mueca que simulaba una sonrisa y volteó a mirar a su compañero el cual se retiró, con cara de disgusto y rapidez, del salón. Su compañero lo siguió no sin antes pedirle una disculpa a Ella. Me sentí más alivida porque el ambiente, al menos para mí, se volvió más ligero. Se notaba que no le caía nada bien.

— Te veré esta noche. Te dan permiso, ¿no?

— Claro, no soy tan niña com crees— dije. De hecho, ella parecía más chica que yo, sobre todo por esa cara que, independiente a la expresión que tenía, lucía infantil e ingenua. Aunque, cuando hablaba con seriedad y segura, me hacía sentir que era alguien distinta a la que tenía enfrente. — Siendo tú menor, la pregunta sería si a ti te dan permiso.

—Te veo en este lugar —me dijo molesta. Me dejó una pedazo de papel mal cortado en una butaca. Venía la dirección, el punto exacto de reunión y la hora. Después, se marchó.



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En el texto hay: decisiones, adultos jovenes y mas, violenta

Editado: 28.08.2020

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