No somos iguales

Capítulo 8: No eres Clarisa

Alison
Me quedo en total silencio, no sé de qué habla este sujeto, y no sé qué decirle en cuanto a sus sospechas.
- No sé de qué hablas - suelto y es verdad, no conozco nada de esta familia, él me mira extraño y luego sonríe
- Cínica - Grita dando un fuerte golpe en la mesa que hace que de un salto en la silla
- Vete de mi oficina Dante - Le digo poniéndome de pie y cuando voy a abrir la puerta él pone sus brazos a mis costados dejándome atrapada entre la puerta y él
- Confiesa Clarisa, falsificaron ese testamento verdad?
- Te juro que no se nada de testamento o de la muerte de tu padre- Le digo mirando esos ojos verdes que se han vuelto oscuros por el odio, yo trago en seco cuando él acerca su rostro al mío y puedo sentir hasta su respiración
-y yo te juro que voy a descubrir la verdad y cuando lo haga te voy a sacar a patadas de mi empresa y ambas irán a la cárcel Clarisa Wilson. Me tienes miedo, puedo sentirlo- Me dice con una sonrisa que me derrite porque debo admitir que todo en él me atrae
- No tengo miedo de nada- Yo lo empujo y lo alejo de mí, vuelvo a mi silla y luego de mirarme él se va. Respiro profundo cuando lo hace, yo saco mi móvil.
- Maria, ¿cómo está Christopher? - pregunto a la chica cuando toma mi llamada
- vuelve a tener fiebre Clarisa- responde la chica
- por qué no me avisaste?
- Anthony me dijo que no te molestara
- Iré para allá
Yo cojo mi bolso y salgo de la oficina, busco a Anthony, pero no lo encuentro y a quien veo es a Dante fuera del edificio
- Ya te vas? Qué sorpresa - Dice de forma sarcástica y ya me estoy hartando, me doy la vuelta y me acerco a él.
- Déjame en paz Dante Ferrer, no me conoces y no sabes nada de mí, déjame vivir, pareces estar obsesionado conmigo
- Te conozco Clarisa, eres mala, hipócrita, cínica y arrogante - espeta cerca de mi rostro y yo le lanzo una bofetada que impacta en su rostro, él me mira ahora con más rabia que nunca y a la vez sorprendido, su mirada me da tanto miedo que retrocedo unos pasos y cada vez que retrocedo él se acerca a mí. Yo le doy la espalda y sin mirar comienzo a caminar para cruzar la calle, no me fijo en el auto que viene hacia mí y cuando lo hago ya es demasiado tarde porque impacta contra mí y caigo al suelo, lo último que veo es a Dante agachándose a mi lado y luego, luego solo veo oscuridad.
☆☆☆
Dante
No lo vi venir y esta chiquilla me dio una bofetada, tengo ganas de matarla en este momento, es la primera persona que logra golpearme en mi vida, la miro con tanto odio que siento que ella se asusta y retrocede, yo me acerco a ella, solo tengo ganas de devolverle la bofetada, pero recuerdo que aunque sea Clarisa sigue siendo una mujer y no lo hago. Ella parece estar temblando de miedo, me da la espalda y camina a toda velocidad, tan rápido que aunque intento llegar a ella antes que el auto que ella no ve, no lo logro y este, aunque frena, la golpea haciendo que caiga al suelo.
- Clarisa - Le digo tomando su rostro en mis manos, pero ella pierde la conciencia, la tomo entre mis brazos y la monto en mi auto, conduzco a toda velocidad hasta el hospital más cercano
- Christopher - la oigo decir y la miro confundido, de quién estará hablando? No dudaría que fuera uno de sus amantes.
Entro con ella en mis brazos al hospital y enseguida la suben a una camilla y se la llevan.
Pasan los minutos y desearía irme de ahí, pero cuando lo voy a hacer la voz del doctor me detiene
- Señor Ferrer
- Si doctor?
- La señora Clarisa está bien, solo se torció el tobillo
- Gracias doctor - Le digo y le doy la espalda para irme
- No va a entrar a verla? Ya está despierta y se puede ir, debería llevarla, ya que no puede caminar bien
- por supuesto que la llevaré doctor - Digo suspirando y voy hasta donde ella está que intenta ponerse de pie y tengo que sujetarla para evitar que caiga al suelo
- Tienes el pie torcido- Le digo y ella me mira, no me quito de la cabeza la sensación de que esos ojos que me miran son otros, tiene una mirada distinta, una mirada pura y sincera
- Suéltame - Me dice y yo la ayudo a sentarse en la cama
- Eres tonta- Le digo - Acaso no viste el auto, aunque eres más tonta por darme una bofetada.
- Siento lo de la bofetada- Me dice y me sorprende que don orgullo pida disculpas - Lo siento, estaba - Ella se queda callada y me mira asustada - Debo ir a casa - Dice y trata de levantarse, pero luego de quejarse del dolor se sienta
- Has dicho lo siento?
- Tienes algún problema en los oídos?
- No, claro que no, el problema parece tenerlo usted, y no hablo porque me hubieras pegado, hablo así porque estás muy distinta desde ese accidente
Ella baja la mirada y luego niega con la cabeza
- No sé de qué hablas Dante, ahora ayúdame a levantarme, por favor, tengo que llegar a casa, es importante.
- Ves? Todo esto es raro, la Clarisa que yo conozco no pide disculpas, no pide ayuda y no dice por favor, la Clarisa que conozco le grita a las personas y jamás se atrevería a darme una bofetada
- Las personas cambian - Dice ella sin mirarme, yo pongo mis manos en su rostro y hago que me mire, me pierdo en esos ojos azules como el cielo que me miran sorprendidos
- Tú no eres Clarisa - Le digo y puedo sentir como su respiración se agita.



#1276 en Novela romántica
#450 en Otros

En el texto hay: secretos, amor, niño

Editado: 07.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.