No somos iguales

Capítulo 33: Perfecta y única

Hola queridos lectores, a partir de hoy estaré actualizando todos los días, espero les esté gustando esta historia, bueno, ahora los dejo con Clarisa, ya luego me dicen qué creen de ella. Saludos

 

Clarisa
Escucho la voz de Dante y grito para que nos encuentre, a los pocos minutos él entra a la habitación, está tan guapo como siempre y siento hasta mi corazón latir más fuerte que antes. Él se queda de pie, mirándonos a ambas y sé que intenta identificar quien es cuál, pero me deja asombrada cuando en pocos segundos corre hasta Alison y la besa y la abraza, me doy cuenta de que tienen alguna relación y una bastante fuerte, ya que pudo identificarnos sin dudarlo ni un segundo y eso me molesta bastante. La tonta de mi hermana se lo ha ganado y lo ha enamorado. Veo como la acaricia mientras a mí me ignora por completo, las cosas que le dice me ponen celosa, no busqué a esta chica para qué me quitara a Dante aunque bueno, me lo merezco, ya que hasta quise matarlo. Los paramédicos llegan y se la llevan, a mí me desatan y montamos todos en las ambulancias, Dante, por supuesto que se va junto a ella. Llegamos al hospital y nos atienden, yo estoy bastante bien, soy fuerte, soy perfecta y luego de todos los análisis y todas las pruebas me dicen que estoy muy bien. Salgo al pasillo y ahí lo veo, dando vueltas, al parecer mi débil hermana no está tan bien y yo sonrío.

- Hermanito, te eché de menos- Le digo y él voltea a verme

- No puedo decir lo mismo Clarisa

- cómo nos has identificado?

- Fue fácil, tú tienes esa mirada de demonio que ella no- responde y yo río a carcajadas

- La amas, amas a alguien con mi físico Dante, lo que me hace pensar que ya sentías algo por mí - Le digo y ahora es él quien se ríe

- Por ti si sentía Clarisa y siento, siento odio, rabia, decepción y muchas cosas más, no me enamoré de ella por su físico, fue por sus cualidades, ella tiene todo lo que a ti te falta

- Eso son estupideces que te dices a ti mismo Dante, además, del odio al amor dicen que hay muy poco

- Sabes de sobra por qué te odio Clarisa y fue por lo que le hicieron a mi padre. Ahora aléjate de mí, estaba muy feliz cuando estabas en coma, debiste haberte quedado así. No te acerques a mí o a Alison, ella es el amor de mi vida y te conozco, no dejaré que le hagas daño.

Dante se aleja de mí y entra a una habitación, me quedo pensando en sus palabras, las cuales odio, siempre lo he amado yo a él, pero he hecho las cosas mal, pero no voy a dejar que mi hermanita abandonada me quite lo que me pertenece, haré lo que iba a hacer cuando la busqué, porque claro, no la busqué para jugar a ser hermanas, yo debo ser única y odio tener a una falsificación de mí por ahí derrochando amor y bondad.

- Hija, cómo estás? - pregunta mi madre cuando llego a la casa, la tonta apuesto a que nunca se dio cuenta de que aquella boba no era yo

- Casandra, estoy bien, ahora, dime, sabías que todo este tiempo he estado encerrada y secuestrada por el idiota de mi esposo que se volvió loco?- su cara de incredulidad me dan hasta ganas de reír.

- De qué hablas hija? te he visto muy bien

- esa no era yo, esa era mi hermana, la hija a la que abandonaste

- Cómo? - pregunta confundida, le explico todo y su ridícula cara hace que me pregunte si esta mujer es mi madre, aveces creo que no, cómo puede ser tan poco inteligente? Solo sirve para engañar a hombres como el padre de Dante, hombres desesperados

- Ahora ya entiendes todo Casandra?

- No puede ser - Dice sentándose y pongo los ojos en blanco- esa chica, esa

- si, tu otra hija, pero no te preocupes, de ella voy a encargarme

- por qué nunca me hablaste de eso? y para qué la buscaste?

- Para qué tú crees Casandra?- pregunto y sus ojos se abren como platos, ahora es que ella entiende y yo suspiro, definitivamente esta mujer no debería ser mi madre, es tonta.

Subo a mi habitación y todo esta como antes, bueno, excepto por un poco de polvo y es que al parecer como lo mismo dormía aquí que en casa de Anthony las empleadas no se preocupan mucho por la limpieza, además de que seguramente mi hermanita nunca estuvo por aquí.

- Silvia- grito bien fuerte - Silvia

- Si señorita?- la empleada entra a toda velocidad, parece asustada, odio hablar con estas cosas que se dicen llamar personas, pero no me queda otro remedio hoy

- Por qué mi habitación tiene polvo?

- No puede ser señorita, yo hoy he

- Silvia, me estás llamando mentirosa?- la interrumpo y veo ya gotas de sudor en su rostro

- No señorita

- Muy bien, ahora dime por qué?

- Hacia mucho que no venía por aquí

- Si, luego verás en las redes el por qué, aunque no creo que tú tengas redes, bueno, que más da- Digo mirándola fijamente, tengo pronto que aclarar que tengo una hermana, no quiero que usen mi precioso nombre en esa persona

- Ya voy a limpiar señorita

- No Silvia, te he llamado, y he malgastado mi valioso tiempo en algo como tú porque llego a mi casa y mi habitación está sucia, eso no puede volver a pasar así que estás despedida

- Me despide por un poco de polvo? señorita, tengo hijos y llevo años trabajando aquí, yo..

- Bla bla bla - Digo interrumpiéndola- Crees que me importan tus hijos o tus años? pues no, no me interesa, y te despido por hacerme perder el tiempo, ahora vete y no esperes una carta de recomendación de mi parte. Ella se queda de piedra, que lenta para obedecer es, dios mío, como sufro- Ya hemos terminado Silvia, vete - Le digo en voz alta sacándola de su trance y ella se va con la cabeza baja.



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En el texto hay: secretos, amor, niño

Editado: 07.12.2022

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