No somos los únicos.

Capítulo 7

Asher

Ya ha pasado casi una semana desde que me cambiaron de colegio, y desde que conocí a Maddie, hice amistad con ella, aunque me resultó difícil por qué es demasiado tímida, no se da a conocer fácilmente, y bueno, igual no tiene mucho que nos conocimos, y es comprensible.
 

Hoy que es sábado debo de ir a la base para avisar al mando mayor, mi padre, sobre aquella energía que yace en Maddie.
 

No le pude avisar antes por qué solo voy los fines de semana, a  entrenamientos, aunque aún no me resigno a eso, yo ya no debería de entrenar, sino poner en práctica todo lo que sé, en el centro de entretenimiento de mi mundo yo era el mejor,  bueno, casi el mejor, sé utilizar todos los poderes a la perfección, a excepción de el poder de leer mentes, en cuanto lo desarrolle seré el mejor en todo.
 

Llegué a tierra hace algún tiempo, aproximadamente hace 8 años, tuve que cambiar el aspecto de mi cuerpo a un niño de 6 años en ese entonces, pues en mi planeta yo tenía 19, aunque allá tener 19 sería como tener en tierra unos 190 años, pues allá 10 años de aquí cuentan como solo 1 año, en cada planeta se maneja un tiempo de acuerdo a su rotación.
 

Vivo con mis tíos, que igual cambiaron su apariencia, y se hacen pasar por mis padres.
 

No soy el único que habita aquí, hay más como yo y no solo de mi mundo, llegamos con la misión de hacer que nuestra especie se conserve, ¿Y por qué o como sucedió esto?...

Desde hace tiempo en el espacio los mundos estaban en conflicto, pero se había hecho un acuerdo de paz, pero hace 9 años se destruyó ese acuerdo y comenzaron las guerras, y como tierra  no sabía de la existencia de vida extraterrestre, salió librada al igual que algunos otros mundos.
Tierra era el planeta más cercano al mío, así que para preservar mi especie me mandaron a el.
Varios de mi planeta murieron, pocos fueron los sobrevivientes, los que sobrevivieron están aquí en tierra, en unos cuantos años más volveremos a nuestro planeta, mientras tanto lo están restaurando algunos de los trabajadores que sobrevivieron de mi padre.
Si, van y vienen.
 

Le he dicho a mi padre que quiero ayudar, soy mayor de edad, aquí solo tengo otra apariencia, pero siempre que hablo de ese tema me responde lo mismo, ya hasta tengo grabadas sus palabras.
 

"Eres mayor de edad y lo sé, pero ya te eh dicho que es peligroso aún, eres el hijo del mando mayor y serías un blanco perfecto para los mandos de los demás mundos"
 

Se que lo hace para protegerme, pero ya no soy un niño pequeño que apenas está aprendiendo a caminar, sabría protegerme solo, desde los 15 años tuve las misiones de alto rango.
 

No me había dado cuenta de que ya habíamos llegado a la base por estar envuelto en mis pensamientos.

 

Bajo del auto con saymon y nos adentramos a la base.

La base es una instalación donde se reclutan solo "Extraterrestres" como yo, aunque hay algunos humanos que son de nuestra máxima confianza que trabajan aquí. Es un edificio extenso de un color totalmente blanco, consta de varios cuartos, donde se realizan algunos experimentos científicos, o bien, objetos; cuartos de enfermería, cuartos donde se archiva mucha información súper secreta de mi planeta, sin mencionar que igual hay un cuarto de castigo o tortura para aquellos que cometen crímenes, no se dan muchos casos, pero con los pocos es suficiente. En la parte trasera del edificio hay un terreno muy extenso donde se hacen los entrenamientos para desarrollar nuestros poderes al máximo, y aprender a pelear con ellos, y también a controlarlos.

¿Quien pensaría que dentro de un bosque hay una instalación extraterrestre? Todos piensan que somos humanos.

Y por estar de nuevo en mis pensamientos no me había dado cuenta que ya había llegado al final de algún pasillo, donde se encuentra la oficina de mi padre, me paro en seco y doy dos pequeños golpes a la puerta.

Al otro lado de la puerta habla una voz gruesa e imponente que reconozco muy bien.

Adelante —mi padre.

hago caso y entro. Una oficina de un tono grisáceo pálido, en su interior hay 2 estantes de metal que abarcan cada lado, ambos llenos de carpetas, al fondo, donde sería en frente de la puerta, hay una mesa de despacho de un tono negro donde encima hay un portátil, enfrente de esta, del lado donde me encuentro hay dos, y detrás de la misma hay solo una, donde se encuentra mi padre sentado, un hombre de cuerpo robusto muy bien trabajado, cabello negro oscuro, con un rostro donde apenas si se le notan algunas arrugas, con un poco de barba y unos ojos azules algo oscuros, mi padre tiene una mirada muy penetrante, está vestido completamente de negro, como acostumbra.

 

Sientate hijo, ¿Qué tal tu nuevo colegio?  — me pregunta.


Pues, supongo que, me gusta — me mira interrogante, sabe que nunca ni en lo más mínimo me había interesado algún colegio desde que vivimos aquí, pues me parecen algo aburridos.


Con que te gusta ¡eh! — me mira incrédulo — ¿Que o quién ha hecho que tengas interés? — dice algo burlón.


En realidad... De eso quería hablar contigo — no deja su aspecto burlón.


Bueno pues... Continúa — dice un poco más serio.


Es sobre una compañera de clase — me detengo para ver su rostro, y justo como lo pensé, me mira con algo de picardía, si será burlón. Agradezco que no esté leyendo mi mente — No empieces a crear tus propias conclusiones papá. Bueno, seré breve, hay una compañera llamada Maddie, en su interior habita una energía demasiado débil pero notable.


Ok, tenemos que investigarla — ahora tiene su rostro neutro.


Vale, ¿Hay algo que yo pueda hacer? — interrogo.


Por el momento solo trata de mantener una cercanía entre ella y tú, quizás provenga de otro planeta que no es el nuestro — Se detiene y se pone pensativo — ¿Crees que tenga conocimiento de qué es?.




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