Yacía tiempo que no soñaba algo distinto, hasta hoy, a la ves me alegra que ya no haya soñado lo mismo, pero ahora me ha dejado desconcertada el que haya soñado con aquel lugar raro y con aquellas personas, especialmente el que haya soñado con Asher.
Quiero creer que ese lugar no existe, pero algo me dice que sí, que ese sueño va más allá de ser solo eso, un sueño.
****
Una clase más y al fin toca el descanso, y después otra ves más clases, ¡genial! (Irónicamente).
Mi parte favorita será cuando ya nos vayamos a casa.
Estaba tranquilamente pensando y viendo hacia el exterior en la ventana que está a mi lado cuando una voz me hace salir de mis pensamientos.
¡Señorita Watson! — Volteo y dirigo mi vista hacia la aburrida profesora — Si no le interesa mi clase se puede salir, pero ya sabe las consecuencias.
"Quisiera hacerle caso, suena tentador, pero no quiero que vengan mis papás por algo absurdo" — lo pienso, no lo digo.
Al ver que no le respondo nada regresa a su explicación sobre algún tema, no se cual, pues no le puse atención desde un principio.
No entiendo el por qué le caigo mal a esta profesora si tengo buenas notas en su clase, (al igual que en todas), pero siempre busca hasta la más mínima excusa para llamarme la atención, me cae mal.
Al fin suena aquel ruido indicando el receso.
— Recuerden que para mañana es la maqueta que pedí hace una semana, quienes la traigan con el más mínimo error tendrán consecuencias — dice la profesora con una mirada amenazadora — y peor para quiénes no la traigan; pueden salir.
Apenas termina de pronunciar aquellas últimas palabras salgo a la velocidad de un rayo del aula.
Y como imaginé, Asher iba a unos cuantos pasos detrás de mí...
—"Que no me hable, por favor que no me hable" — Rogaba mentalmente.
¡Hey, mad! — volteo despacio y cuando lo veo ya está a un lado de mí, a mi derecha.
~ "Vale, dije que tendría que salir de mi nube antisocial ¿No?" - pensé.
—Hola — saludo tranquilamente viendo de nuevo hacía al frente.
— ¿Estás bien? — pregunta — ¿En clase acaso estabas en un viaje astral? — dice burlón.
— Estoy bien... Solo... Las clases se me hicieron aburridas — respondo y dejo salir un suspiro.
— Igual a mí — responde e igual deja salir un suspiro.
— Iré al baño ¿Nos vemos en la cafetería? — le digo.
— Me parece bien, ahí te espero.
Sin más, me dirigo rápidamente al sanitario. Entro, y... En realidad no tenía ganas de hacer del baño, solo quería escapar de Asher un poco. Me lavo las manos, me veo al espejo y me acomodo mi cabello con un poco de agua, salgo y me dirijo a la cafetería.
Busco a Asher con la mirada, está sentado en una de las mesas, hasta el otro lado de donde me encuentro yo, cuando me encamino hacia donde está, un grupo de chicas de nuestra misma clase se acercan a el, y se sientan en los asientos desocupados a sus alrededor, me paro en seco.
Supongo que será mejor que vaya a otro lado y que mejor lugar para mí que la biblioteca.
***
Asher
Estás chicas me parecen tan irrelevantes, y tan absurdas.
Hace un momento Maddie ya se dirigía hacia mí, pero al ver que estás chicas que ahora se encuentran a mi lado se acercaron, se dió media vuelta y se fue, será mejor que vaya a buscarla, prefiero estar con ella; las que ahora se encuentran conmigo no paran de hablar.
— ¿Por qué siempre estás con la rara? — dice una de ellas.
— ¿Que? — respondo, fingiendo no saber a quién se refiere, pero claramente se que habla de Maddie — ¿Quien? — arqueo una ceja.
— La rara, ¿Maddie? así se llama ¿No? — respondió la misma que hizo la primera pregunta.
— Exacto, se llama Maddie, no la rara — sonrío sin gracia alguna — y si siempre estoy con ella no es de su incumbencia.
— Vale, está bien, solo era una pregunta — hace una mueca de desagrado y rueda los ojos.
— Estas muy guapo — dice otra de ellas, si se nota que no es nada penosa, que atrevida, ni siquiera me conoce.
— Lo sé — respondo un tanto egocéntrico, les sonrío, me pongo en pie y me voy.
Supuse que Mad se dirigió hacia la biblioteca, así que me dirigiré hacía allá.
Y si, ahí está, leyendo un libro mientras muerde una manzana, se ve hermosa.
Sin más me dirigo hacía allá, me siento en una silla frente a ella, está tan concentrada en su lectura que creo que aún no se ha dado cuenta de mi presencia.
— Mad — se sobresalta un poco.
— A-asher, me asustaste — claro, justo como lo pensé, ni se percató cuando llegué.
— Lo noté — le sonrío.
— ¿Que... Qué haces aquí?
— ¿Que qué hago aquí? — arqueo una ceja — ¿Tú qué haces aquí?.
— Es que... Pues... Pensé que estarías con las chicas — sus mejillas se tornan rosadas — así que vine aquí.
— Ah, ellas, solo se acercaron — me encogo de hombros restándole importancia — pero se supone yo estaría contigo así que decidí irme de ahí y venir aquí, a estar contigo.
— Mm bueno... — me sonríe y le devuelvo la sonrisa.
Ya no sé qué decir, soy un asco para mantener una conversación a flote.
— ¿En qué equipo estás? — La miro interrogante — de la maqueta — finaliza.
— En el equipo 3 — respondo — ¿Y tú?.
— Yo en el 1 — apenas termina de decir eso, suena el ruidoso timbre indicando fin al receso.
— Bueno... hora de regresar a clases — me levanto de la silla y ella hace lo mismo.