CAPÍTULO 3

Kate, Lou y Jen estaban sentadas en una cafetería donde habían quedado con el chico de compañía. Serían fáciles de reconocer pues no había ninguna mesa más con tres chicas juntas en todo el local.

—Sigo pensando que esto no es una buena idea—se quejó Kate mientras saboreaba su cappuccino.

—Pues siento decirte que ya estamos aquí y no hay vuelta atrás—la puerta se abrió y un hombre muy atractivo con mirada felina hizo acto de presencia—¡Es él!—cuchicheó Lou—¡Joder que suerte tiene Lia!

—Está muy bueno—babeó Kate—Si Lia pasa de él, yo me lo quedo.

—Chicas—Jen intentó calmar a sus amigas—Callaos puede escucharos.

—¿Alguna de vosotras es Lou?—preguntó con una voz grave e hipnótica.

—Em... Sí, yo soy Lou—respondió la aludida—Ellas son Jen y Kate, por favor siéntate—las tres lo miraban con cara de bobas.

—Mi nombre es Ethan—se sentó ante la atenta mirada de aquellas tres mujeres que lo observaban como si quisieran comérselo—Bueno, contadme ¿Qué queréis de mí? Espero que no fuera una broma que queréis un servicio de todo un mes.

—No, no es broma. Verás, tenemos una amiga que se llama Lia que está pasando por una mala racha…—empezó a contarle Kate pero Lou la interrumpió.

—En realidad, toda su vida ha sido una mala racha—le sonrió con descaro—Y lo sigue siendo. Queremos contratarte para que la animes, salgas con ella que la hagas sentir especial. En fin ya verás lo que haces cuando la conozcas.

—¿Y por qué no me ha contratado ella directamente? Sería lo más lógico.

—¡No! Lia no puede saber que eres un chico de…bueno, eso. Ella es una gran persona que no se valora mucho, no tiene ni idea de lo increíble que es. Es muy tímida, por eso no puede saber que nosotras te contratamos—Jen quería hacerle saber a Ethan que su amiga no era ninguna desesperada.

—A ver, en resumen—aclaró Ethan—Queréis que durante un mes vuestra amiga piense que ha encontrado una especie de príncipe azul… ¿Y qué pasará cuando acabe el mes?—preguntó con incredulidad.

—Pues no sé, puedes decirle que tienes que salir de viaje o que tienes un familiar enfermo, lo que quieras. Lia no te va a acosar si es eso lo que te preocupa. Para su desgracia está acostumbrada a que la dejen.

—¡Lou!—le gritaron sus amigas a modo de reproche.

—¡¿Qué?! Es la verdad, es cruel pero es así.

—De acuerdo, acepto—Ethan cambió su postura en la silla poniéndose de perfil—Hablemos de lo importante. Mis honorarios.

—Esperamos que nos hagas un descuento, es un mes y Lia es un amor. No es un trabajo en el que tengas que hacer un sacrificio muy grande. Ni siquiera va hacer falta que te acuestes con ella. Es una romántica—Ethan no hizo ni una sola mueca ante la parrafada que le había soltado Lou—Vale ¿Cuánto nos cobrarás?

—Doce mil libras, es un trato justo. Tengo que esforzarme en conquistar a vuestra amiga, investigar sus gustos, lugares que frecuenta…en fin.

—Diez mil libras. Nosotras te proporcionaremos la información—Kate, como buena abogada, se le daba bien negociar—Te lo daremos todo masticado.

—Once mil doscientas libras. Es mi última oferta ¿Lo tomáis o lo dejáis?—su expresión se torno fría.

Kate, Jen y Lou se miraron y aún sabiendo que suponía un gran esfuerzo económico, era por Lia, querían verla feliz.

—Hecho—las tres aceptaron y le estrecharon la mano.

—Bien señoritas, da gusto hacer negocios con vosotras. ¿Cuál será la forma de pago?

—Si te parece bien, te pagaremos por semanas y en mano. Nos veremos aquí los viernes a las cinco en punto. Y ahora, toma esto—le pasó una carpeta con la información necesaria acerca de Lia, incluyendo una foto—Aquí está todo lo que necesitas saber de ella.

—Gracias—cogió la carpeta y se levantó—Empezaré en cuanto pueda. Nos vemos el viernes.

Ethan abandonó el establecimiento y las tres amigas empezaron a dudar de en lo que en principio parecía una buena idea. Ese hombre se le veía demasiado frío y calculador como para poder conquistar a la adorable Lia.