—¿Se puede saber que haces tú aquí?—Lia lo miraba con el ceño fruncido—¿Dónde está Josh?
—Creo que no va a poder venir, está un poco… ¿Revuelto?—no sabía el motivo de su nerviosismo… Bueno realmente sí que lo sabía, pero no quería aceptarlo. Lia estaba preciosa… y cabreada, y eso le encantaba—Tendrás que conformarte conmigo—dio una vuelta sobre sí mismo—Me he arreglado para la ocasión.
—¿Qué le has hecho? Quiero la verdad—aunque seguía sentida con él, no podía negar que estaba en modo guaperas total. Con traje oscuro, camisa blanca y sin ningún tipo de adorno… Estaba perdida.
—Digamos que algo de lo que cenamos anoche, le sentó mal—con un giro de muñeca, echó un vistazo a su reloj—Si no quieres llegar tarde, será mejor que dejes tu tercer grado para otro momento.
—Está bien, pero esto no se queda aquí—entró a por su bolso y cerró la puerta mientras cuchicheaba entre dientes algo parecido a la palabra idiota.
Cuando bajaron a la calle, un taxi los estaba esperando y Lia le indicó la dirección de la casa de los padres de Jen. Una vez allí, presentó a Ethan con sus amigas y fue hasta la habitación de Jen, donde ya estaba preparada para las fotos. Estaba guapísima con su vestido de encaje, tal y como ella había imaginado, parecía un ángel.
Salió hasta el enorme salón y empezaron con la sesión de fotos, con los padres, primos, tíos, y finalmente con sus amigas. Kate lucía un vestido de corte imperio negro con un solo tirante y un moño francés, y Lou llevaba un vestido verde agua también largo con una abertura hasta el muslo. La foto de las cuatro amigas sujetando el ramo de Jen hacia delante quedó muy simpática.
—¿Podría hacernos una a nosotros?—esa voz no era otra que la de Ethan—Ven Lia—la cogió delicadamente del brazo y la llevó a su lado—Es para la abuela, le hará ilusión.
Lia y sus amigas no daba crédito, definitivamente Ethan era un descarado.
—Venga señorita, acérquese más a su novio—el flash saltó—Ahora mírense a los ojos—otro flash—Perfecto, que bonitas han salido, como se nota lo mucho que se quieren—el fotógrafo sacó una tarjeta de su bolsillo y se la entregó a Ethan—Espero que si se casan, cuenten conmigo.
Lia salió a la calle, estaba muy molesta ¿Cómo se atrevía a jugar así con ella? Pero no tuvo tiempo para pensarlo porque su tormento particular acababa de hacer acto de presencia.
—Eres idiota ¿Lo sabías?—le gritó en mitad de la calle.
—Sí, algo me olía—la miraba risueño mientras que los ojos de Lia parecían querer abrasarlo—Sólo son unas fotos, no es para tanto.
—¡Encima tienes la desfachatez de decirme que no es para tanto!—lo cogió del brazo y lo llevó hasta el callejón de atrás—Quiero que te largues ¿Me has oído? No he dicho nada ahí dentro porque no quiero jorobarle el día a una de mis mejores amigas. Así que te vas a pillar un taxi y te vas a tu casa—Ethan perdió la sonrisa y Lia intentó salir del callejón, pero él se lo impidió. Delicadamente le puso las manos en sus hombros y se acercó a su cara para hablarle.
—¿Cuál es el problema? ¿Qué te hecho? ¿Por qué de repente parece que no me soportas?—ambos se miraron fijamente a los ojos. Lia no quería su cercanía, sus palabras bonitas, ni sus tonterías que tanto la hacían reír.
Ethan vio en sus ojos que algo no iba bien. No estaban vivarachos y risueños como los tenía siempre que estaban juntos, sólo fue consciente de una cosa, haría lo que fuera para que recuperaran su alegría.
—¡Ey tortolitos!—gritó Kate desde la esquina—Nos vamos, daos prisa.
Rápidamente se separaron y caminaron hacia donde estaban todos.
—Y para que te enteres, no me pienso ir—Ethan pasó por delante de ella sin inmutarse.
A Lia se la llevaban los demonios, siempre se tenía que salir con la suya. Era un chulo, un prepotente y un maldito idiota, pero no le quedaba otra que ir con él a la boda. Esperaba que todo pasara rápido para deshacerse de Ethan.
La ceremonia se celebró en los jardines del restaurante, que se encontraban perfectamente engalanados para la ocasión, había muchísimos invitados, la inmensa mayoría por parte de Carl, el novio. Fue una ceremonia muy emotiva donde los padres de los novios les dedicaron unas hermosas palabras. Una hora después ya se encontraban los invitados dentro del restaurante. Ethan y Lia estaban en la misma mesa de Kate y Lou y varios amigos del novio.
Lia no le dirigía la palabra a Ethan, seguía enfadada y para intentar pasar el rato pidió una botella de vino para ella sola. Al cabo de un rato se encontraba más relajada y sonriente.
—Tengo que ir al baño, disculpadme—se levantó rápidamente y desapareció de su vista.
—¿Se puede saber de qué vas?—preguntó Lou a Ethan—¿No se supone que lo habías anulado todo?
—Así es, y no voy de nada. Somos amigos, nos caemos bien. ¿Dónde está el problema?
—¡Oh sí, se os ve muy amigables!—comentó Kate.
—La verdad que hoy no es nuestro mejor día, pero aún y así somos amigos.
—No queremos que la humilles o le hagas daño. Sé que se lo harás cuando se entere de todo, así que antes de que os hagáis súper buenos amigos, cuéntaselo todo y si después de eso, ella quiere ser tu amiga, no nos meteremos.