¡ No sonrías, idiota! (2024)

CAPÍTULO 11

Josh fue precavido y había seguido a Lia hasta verla entrar en un edificio. Estuvo mucho rato esperándola, según el teléfono, ella seguía allí, pero el chico se estaba quedando sin batería. Tenía que volver a casa por si Lia se volvía a poner en contacto con él.

Llegó a su casa casi sin batería, pero finalmente puso el móvil a cargar y comprobó una vez más que la ubicación de Lia seguía siendo la misma. Entonces tuvo una idea, iría a buscar a Ethan para ver si a él se le ocurría qué podían hacer.

—Mamá ¿Podrías hacerme un favor?

—¿Cuál?—su madre lo veía de arriba abajo. Desde que había llegado de la calle tan exaltado, sabía que algo le estaba pasando.

—¿Podrías ir a casa de Mary Anne y decirle a Ethan que venga? Es importante.

—¿No sería más fácil que vayas directamente?

—Mamá, por favor. No quiero que ella se entere, podría ponerse mal—trató de convencerla.

—Está bien—farfulló de mala gana—Supongo que tendré que quedarme con ella.

—Gracias mamá—le dio un beso para agradecérselo.

La mujer se preparó para ir a casa de su vecina, ya le sonsacaría después a su hijo qué era lo que estaba pasando. Ethan no tardó en aparecer, supo por su abuela que había enviado a Josh a buscar a Lia, eso le interesaba. Una cosa es que no la viera y otra cosa era que no quisiera saber nada de ella.

—¿Qué quieres Josh? ¿Qué es eso tan importante que tienes que contarme?

—Verás…Mary Anne me envió a buscar a Lia, quería saber cómo estaba y eso…

—¿Y bien? ¿Cómo está?—ese chico le ponía de los nervios con su parsimonia.

—Cuando yo la vi, estaba aparentemente bien—le aclaró—Pero después…

—Pero después ¿Qué, Josh?—estaba empezando a perder la paciencia.

—No lo sé. Por eso quería hablar contigo, para que me ayudes…No sé qué hacer…

—¡Quieres hablar claro Josh!—le gritó prácticamente en la cara—¿Sabes dónde está?

—Sé dónde está…Pero no sé si estará bien—le mostró la pantalla de su teléfono, pero donde debía aparecer la ubicación de Lia, no había nada.

—¿Me puedes explicar qué está pasando?—al final había conseguido enfadarlo.

Josh le contó todo. Desde la conversación que habían tenido sobre la desaparición de su amiga hasta la persecución sobre Carl.

—Se suponía que había compartido conmigo su ubicación en tiempo real, pero ha dejado de hacerlo. No sé si se habrá quedado sin batería o…alguien la ha desactivado. La última vez que la miré, no se había movido del mismo sitio.

—¡Tenemos que ir ya!—le instó Ethan—¿Cómo se te ocurrió dejarla sola? ¡Eres un imbécil!

—¡Ella no me dejó, ya te lo he dicho! ¡Yo no quería hacerlo!—le gritó.

—Será mejor que vayamos para allá. Y espero por tu bien que ella esté perfectamente—la mirada de Ethan sobre su vecino aterró a éste último.

Enseguida subieron al coche y se dirigieron a toda velocidad hasta el edificio donde Josh la vio por última vez.

 

Estaba aturdida y le dolía la parte trasera de su cabeza. ¿Qué había pasado? Escuchaba gente hablando, pero no era capaz de identificarlas. Cuando consiguió abrir los ojos, vio la silueta de una mujer con lo que parecía un vestido de novia. Intentó enfocar la vista y supo de quién se trataba.

—¡Jen!—quiso acudir a su lado.

—Yo que tú, me estaría quietecita—Carl la levantó violentamente y apretó su cuello con una mano—Bastante has hecho ya, no deberías haber venido—la empujó contra una pared golpeándose de nuevo en otro lugar de la cabeza—No te pega el papel de heroína.

—¡Eres un monstruo!—el hombre volvió apretar su garganta hasta dejarla casi sin aire.

—Te lo advierto Lia, no me provoques.

—¡Carl, suéltala! Ella no tiene nada que ver con esto—Jen suplicaba por la integridad de su amiga.

—Sí, claro. Ahora mismo la dejo ir—se burló—¿Eres estúpida? Lo primero que haría es ir a la policía y contárselo todo. Y tú no quieres que se acabe nuestra eterna luna de miel ¿A qué no?—las observó a las dos. Jen estaba acurrucada en una esquina de la habitación atada de pies y manos, mientras que Lia estaba tirada en el suelo tratando de recuperarse de los golpes de Carl, ella sólo estaba atada de manos—Os dejo solas, tendréis muchas cosas de las que hablar—cerró la puerta de la habitación y se fue a ver la televisión como si nada.

—Jen—se levantó despacio y llegó hasta su amiga, lo que vio la horrorizó. Tenía la cara desfigurada por los golpes que le había propinado ese desgraciado—¿Por qué te está haciendo esto?

—Está loco—susurró entre lágrimas—Si hubiera sabido cómo era, jamás me habría casado—tenía la mirada perdida—A vosotras no os lo conté pero hace tiempo encontré a Carl siéndome infiel con otra mujer. Me enfadé con él, quería dejarlo, pero él parecía arrepentido e hizo de todo para que lo perdonara.

—Esas cosas no se perdonan por muy arrepentido que hubiera estado—recalcó Lia.

—Después me amenazó con que si lo dejaba, se iba a suicidar—confesó—Yo lo quería y me asusté cuando me lo dijo, no tuve más remedio que volver con él.




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