—¿Qué dices?—no aguantó más, se levantó de la cama junto a todas las cosas que tenía conectadas a su brazo y fue hacia su amiga bastante mareada.
—¿Qué haces? ¡Tienes que estar en reposo!—la riñó entre lágrimas.
—No importa—estaba más mareada que al principio y tuvo que sentarse—¿Hace cuánto lo sabes?
—Acabo de enterarme—se limpió las lágrimas—Aunque llevaba días sospechándolo. Quería creer que no era cierto. Estoy de muy poco tiempo y…no sé qué debo hacer.
—Tranquila Jen—la abrazó como pudo—Decidas lo que decidas, te vamos apoyar, no lo dudes. Aún hay tiempo para todo.
Los padres de Jen llegaron a la habitación y dejaron de hablar del tema. Lia volvió a su cama antes que alguna enfermera la sorprendiera y le echara la bronca.
Aquella misma tarde Josh fue a visitarlas. El chico notó bastante decaída a Jen, así que no paró hasta sacarle una sonrisa. Era un tipo simpático y divertido, y a Lia le gustaba especialmente que ayudara a su amiga a pensar en otras cosas que no fuera el problema que tenía entre manos. Era justo lo que necesitaba para hacerla olvidar todo lo que había vivido en las últimas semanas de su vida.
Lia desconectó un momento de la conversación de aquellos dos. Cogió su móvil y tenía un mensaje de Ethan.
ETHAN—Ya sé que empiezo a repetirme pero te lo pido una y mil veces. Perdóname por ser un idiota. De verdad que yo no quería hacerte revivir todo lo malo que has tenido que pasar en tu vida. Sólo quiero que sepas algo. Eres una persona maravillosa, nunca dejes que nadie te haga creer lo contrario. Vive tu vida de la manera que tú quieras y sigue siendo tan auténtica como siempre.
Lia volvió a enrojecer y se le escapó una sonrisilla que no pasó nada desapercibida para las dos personas que estaban en la misma habitación que ella.
LIA—Te agradezco mucho tus palabras. No me pidas más perdón, no pasa nada. En cuanto a lo de idiota…Tú y yo sabemos que es inevitable tanto por tu parte como por la mía.
ETHAN—¿Podemos volver a ser amigos como antes? Tengo que reconocer que mi vida es más aburrida desde que dejaste de ir a ver a mi abuela. (Puedes decir que no)
LIA—Por mí, está bien, y dile a tu abuela que pronto iré a visitarla. En cuanto deje de parecer Chucky, doy bastante mal rollo.
ETHAN—Son cicatrices de guerra, los mejores guerreros las tienen. Además tú jamás podrías dar mal rollo aunque te lo propusieras. Pero le diré que vendrás cuando te encuentres mejor.
Kate y Lou llegaron y se encontraron a Josh y Jen charlando alegremente y a Lia escribiendo bastante embelesada en su teléfono.
—Vaya, veo que por aquí andáis muy entretenidas las dos—comentó Kate llamando la atención de ambas.
LIA—Te tengo que dejar, han llegado las chicas y les molesta que Jen esté entretenida con Josh y yo con mi móvil.
ETHAN—¿Josh está ahí?
LIA—Sí, ha venido a vernos. Parece que ha hecho buenas migas con Jen.
ETHAN—Mañana nos vemos, cuídate.
LIA—No hace falta que vengas. Sé que tienes obligaciones muy importantes, como cuidar de Mary Anne. Además, espero que mañana me digan que me puedo ir o me remataré tirándome por la ventana.
Ethan lo leyó, pero no le respondió. Le aliviaba mucho saber que las cosas volverían a ser como antes. Tenía claro que su amistad tenía fecha de caducidad, pero al menos disfrutaría de ella el tiempo que durase.
—Kate, Lou. Él es Josh, uno de los héroes de nuestro rescate. Josh, ellas son nuestras mejores y gruñonas amigas—los presentó Lia.
—Encantado de conoceros—lograron intimidar al pobre chico tan sólo con su presencia.
—Gracias por ayudar a que estén a salvo—Kate fue la que se animó hablarle.
—Y por supuesto, si eres amigo de nuestras amigas, también lo serás nuestro—añadió Lou.
—Muchas gracias chicas, será un placer—si su madre lo viera le diría que debía de tratar de conocer a alguna de ellas.
Josh se quedó un rato más hablando con todas. Se encontraba muy cómodo y eso le sorprendió porque normalmente no se le daba nada bien socializar con chicas.
—Ha llegado la hora que os deje solas—indicó Josh—Me ha encantado conoceros—estaba rojo como un tomate.
—Espero que vuelvas pronto a visitarnos—exigió Lia—Ya sea aquí o en casa.
—Por supuesto, estás más que invitado siempre que quieras venir—insistió Lou.
—Gracias por la invitación. Nos vemos—salió rápido de allí muerto de vergüenza.
—¡Ay, es muy mono!—recalcó Lou—Se le ve súper tímido, me cae bien.
—Creo que lo habéis asustado. ¡Pobre Josh!—se rio Lia.
—Es bastante…particular, pero parece buena persona y es muy divertido.