¡ No sonrías, idiota! (2024)

CAPÍTULO 14

Ethan se levantó al día siguiente y volvió a su habitación. Lia ya se había ido dejándolo todo tal y como lo encontró. ¡Era una maldita cabezota!

Volvió a la habitación de Mary Anne, ya se había despertado y lo miraba con una sonrisa en los labios.

—Buenos días cielo—su nieto se acercó a darle un beso en la mejilla—¿A qué hora se fue Lia anoche? Me hubiera gustado no quedarme dormida, pero las medicinas me lo impidieron. Pobrecita, estaría más aburrida que una ostra.

—Lia no se fue anoche. De hecho, ha debido irse muy temprano porque ya no está en casa—sonó bastante molesto.

—Ahora entiendo por qué has dormido aquí—su sonrisa se amplió un poco más.

—Me costó convencerla, no quería que pensaras mal de ella.

—Jamás pensaría mal de Lia. Esa chica no tiene ni una pizca de malicia.

—Voy a preparar el desayuno en lo que tú te levantas—salió de allí pensando en lo último que había dicho su abuela y tenía toda la razón del mundo.

 

Cuando Lia llegó a casa, sólo encontró a Kate despierta mirándola con cara larga.

—Hasta que te dignas a aparecer—la regañó—¿De dónde vienes?

—¿Qué eres ahora? ¿Mi madre?—se burló.

—La próxima vez avisa ¿Vale?

—No creo que haya próxima vez, pero lo prometo—levantó la palma de la mano—Oye Kate ¿No necesitáis a alguien que os eche una mano en el bufete?

—En el bufete siempre se necesita ayuda ¿Por qué lo dices? ¿Quieres cambiar de trabajo?

—No, para nada. No cambio yo a mis niños por nada del mundo—le aclaró—Es para un amigo.

—¿Para un amigo o para «tu amigo»—enarcó una ceja.

—Sí, es para él. No me preguntes nada, pero sé que necesita el dinero y creo que por su cuenta no gana mucho y me gustaría ayudarle—Kate bufó—Sabes que no te pediría un favor tan grande si no fuera necesario.

—Lia…¿Él te ha contado a qué se dedica?

—Sí, claro, por supuesto. Es abogado, igual que tú.

—¿Abogado?—«Valiente mentiroso» pensó—Que casualidad.

—No te pido que lo enchufes así porque sí, pero podrías, no sé, recomendarlo o incluso ayudarte a ti o a quien lo necesite. Kate, su abuela está muy enferma y necesita muchas cosas que son carísimas…

—Hablaré con él y a ver qué puedo hacer—cedió, pero no se creía esa trola de que era abogado.

—Muchas gracias Kate—la abrazó efusivamente—Me voy a la ducha.

Kate siguió dándole vueltas a lo que Lia le había pedido. Ya no tenía ningún tipo de duda. Ella sentía algo por Ethan, y no sabía a ciencia cierta si ese tipo se estaba aprovechando de la situación. En cuanto puso un pie en la oficina, tomó una decisión, hablaría con él.

 

KATE—Tengo que hablar contigo. Nos vemos en una hora en la cafetería de siempre. Intenta ser puntual, tengo cosas que hacer después.

 

A Ethan se le hizo raro que Kate quisiera hablar con él. ¿Habría pasado algo con Lia? No podía quedarse con la duda y por supuesto que acudiría a la cita.

Llegó antes que Kate, estaba impaciente por saber qué quería. Poco después la puerta se abrió y la chica llegó hasta su mesa para sentarse con él.

—Ya veo que estás muy interesado en lo que tengo que decirte—lo observó de arriba abajo.

—Más que interesado, siento muchísima curiosidad. Jamás esperaba que alguna de vosotras quisiera hablar conmigo.

—Tengo poco tiempo así que iré al grano—Kate se aclaró la garganta—¿Tú le has pedido algún tipo de ayuda a Lia?

—¡Claro que no! ¿Por qué iba yo hacer algo así?—por su reacción, la chica supo que era sincero.

—No lo sé. ¿Por qué le dijiste que eras abogado?

—Porque lo soy—su respuesta la dejó de piedra—Nunca ejercí por más que lo intenté. Así que tuve que seguir haciendo lo que hago para ganarme la vida—Ethan sabía que Kate no esperaba esa respuesta—¿Por qué te contó eso?

—Eso no importa, sólo dime algo. ¿Te gustaría dejar tu actual trabajo por uno que en principio no estaría tan bien pagado pero te haría dejar de ser un objeto para las mujeres?

—Llevo tiempo pensándolo, pero no he encontrado nada que me haya ayudado a dar el paso. Tengo muchos gastos últimamente…

—Quizá pueda ayudarte—le daría la oportunidad, pero estaría atenta para que la aprovechara de verdad—Necesito una persona que me ayude en el bufete y tú tienes los conocimientos necesarios pero no la experiencia. ¿Aceptarías?

—¿Hablas en serio?—a Ethan se le iluminó la cara.

—Sí. Ten en cuenta que empezarás con las cosas más sencillas. De ti depende ganarte un puesto cada vez mejor o que te echen a patadas.

—Acepto. Kate, te estaré eternamente agradecido—no cabía en sí de gozo.

—No es a mí a quien se lo tienes que agradecer—se levantó de la mesa—Lo hago porque la quiero mucho. Te veo mañana a las ocho aquí—le pasó su tarjeta de visita—No hagas que me arrepienta.




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