En casa, Mary Anne estaba atendiendo a una visita. Josh había llevado a Jen a conocerla, ya que tanto él como Lia, hablaban maravillas de la señora.
—Hola, no sabía que tenías visita. Hola Jen—saludó a la chica.
—Lia y Josh me habían hablado tanto de ella que sentía curiosidad—la mujer le dedicó una tierna sonrisa—Y no exageraban, es maravillosa.
—Gracias cielo, yo podría decir lo mismo de ti. Ahora entiendo porque eres la mejor amiga de Lia. ¿Por qué no te quedas a cenar con nosotros Jen? Luego Josh puede llevarte a casa ¿No?
—Claro, por supuesto—respondió el aludido.
—Ethan cariño ¿Por qué no llamas a Lia para que venga también?—Mary Anne quería tenerlos a todos sentados a su mesa—Josh, avisa a tu madre, no me gustaría que se sintiera excluida.
—Lia no puede venir hoy—todos se quedaron mirándolo—Pero seguro que cualquier otro día podrá.
En cuanto la señora Hope llegó, ella y Mary Anne se pusieron a parlotear en la cocina. El resto, se habían quedado en el salón cada uno pensando en sus cosas.
—¿Por qué sabes que Lia no puede venir? ¿La has visto hoy?—preguntó Jen.
—Sí, la he visto. Jen. Ha pasado algo que tú no sabes—la chica se asustó—No te preocupes, ella está bien.
Ethan le contó todo a Jen mientras la joven rompió a llorar aún sabiendo que su amiga se encontraba bien, el embarazo la tenía muy sensible.
—Tengo que irme—se levantó a toda prisa—Discúlpame con las señoras pero no puedo quedarme aquí, quiero ver a Lia.
—Espera Jen, yo te llevo—se ofreció Josh.
—Os acompaño—él también quería verla aunque fuera sólo un momento.
Mary Anne se desilusionó cuando su nieto le informó que se cancelaba la cena y la señora Hope empezó a farfullar y arremeter contra Jen.
—Que poco me gusta esa muchacha, es una impresentable. Mira que irse así de repente. ¡Menuda maleducada!
—Habrá sido una emergencia mujer. Jen parece una persona sensata y respetuosa—quiso defenderla.
—Ella puede irse al infierno si es que quiere. ¿Pero por qué tiene que disponer de mi hijo a su antojo? Mi Josh es un alma de Dios, no le conviene la amistad con esa mujer.
—¿Por qué hablas de ella como si fuera el mismísimo diablo?
—Una chica que se casa y al poco tiempo deja a su marido y lo calumnia como lo ha hecho ella, es una mala mujer—sentenció—Y la quiero cuanto más lejos de mi hijo, mejor.
—¿Cómo puedes decir una cosa así? A esa muchacha la tuvieron secuestrada mucho tiempo. El desgraciado con el que se casó la maltrataba. Si no es por Lia, aún seguiría encerrada en ese infierno.
—Bueno, lo que sea—al quedarse sin argumentos quiso cambiar de tema—Al final nos quedamos tú y yo a cenar como siempre.
Al llegar a casa, Jen fue a buscar a sus amigas al salón, pero sólo estaba Kate trabajando.
—¿Y Lia? ¿Dónde está? ¿Por qué no me has avisado de lo que ha pasado?
—No quería preocuparte—Kate levantó la vista y vio a Ethan y Josh detrás de su amiga—Traes escolta y todo. Está en su habitación, lleva ahí desde que llegamos—explicó—Me ha echado tres veces, así que supongo que quiere estar sola.
—No creo que sea muy conveniente—apuntó Ethan.
—Ya, pero no es una niña, no podemos obligarla—clavó su fría mirada en el chico—Le diré que habéis venido.
—Es mejor que nos marchemos—dijo Josh—Mañana será otro día.
Jen los acompañó a la puerta y se disculpó por el comportamiento de Kate.
Ethan y Josh subieron al coche y permanecieron en silencio durante un rato. En ese lapso de tiempo, recordó cuando Lia le comentó que Jen y Josh se llevaban especialmente bien.
—Oye Josh ¿Me lo parece a mí o te gusta Jen?—el chico frenó de golpe, no se esperaba esa pregunta.
—¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso?—aunque quiso disimularlo, su vecino pudo ver como Josh había enrojecido.
—Me ha dado esa sensación al veros juntos. Según me han dicho, habéis forjado muy buena amistad en poco tiempo.
—La experiencia que vivió fue horrible y yo sólo quise ser amable con ella. Cuando la saqué de allí, me inspiró muchísima ternura. Estaba temblando y le aterraba que yo me acercara a ella. Lo único que quería era tranquilizarla, que se sintiera a salvo. Igual todo eso hizo que nos hiciéramos amigos con el tiempo.
—Eso no responde a mi pregunta—lo notaba nervioso y se trababa al hablar, eso era una señal—No la he tratado mucho, pero por lo poco que sé, es una buena chica.
—En cuanto a tu pregunta, creo que la respuesta es que sí—Ethan sonrió, ya tenía un cotilleo del que hablar con Lia—Y no sólo eso, siento que puede ir a más. Pero sé que ella de momento tiene sus propias prioridades, no es fácil todo lo que le ha pasado—suspiró—Además, mírame. Soy un tío del montón, de treinta y pocos que vive con su madre. Da igual lo que yo sienta Ethan, sé cuál es mi lugar.
—Pues si te sirve de consuelo, yo creo que no lo tienes tan mal como crees. Así que no deberías ponerte la venda antes de hacerte la herida por si acaso—Josh no quiso seguir hablando del tema y su vecino tampoco quería insistirle.