Lia se fue a la tienda de Jen. Necesitaba distraerse de la conversación que acababa de tener con Ethan. El resto de la tarde pasó muy rápido y consiguió su cometido. Al llegar a casa, se encontraron con la sorpresa de que Lou había vuelto de su viaje de trabajo.
—Esta noche hay que salir—propuso Lou—Hay que celebrar mi regreso ¿No?
—Lou, mañana hay gente que tiene que madrugar para trabajar—añadió Kate. Desde que había regresado su amiga tenía un humor extraño.
—Yo paso de salir con esto—se señaló el brazo—Además, no me apetece nada—comentó Lia.
—Y yo tengo que alejar a mi retoño de los antros de perversión—bromeó Jen.
—¿Me lo estáis diciendo en serio?—las miró a las tres—¿En qué momento os habéis vuelto tan aburridas?
—Desde que salir hasta las tantas, madrugar al día siguiente y trabajar con resaca, dejó de ser una opción—respondió Kate.
—Estoy muy de acuerdo contigo—Lia la apoyó.
—¿Y si lo posponemos al Sábado? Por fa…—Lou trató de convencerlas—Kate, tú no trabajas los Domingos, Lia te puedes quitar ese chisme al menos una noche y Jen, lo mejor para tu hijo es conocer los antros de perversión con su madre y las descerebradas de sus tías. Venga chicas, tenemos que aprovechar el tiempo juntas mientras podamos.
—Vale…me has convencido—claudicó Jen. Y tras ella, el resto de sus amigas.
—¡Si es que sois las mejores!—las abrazó a todas—Pues ya tenemos plan para el Sábado.
Dos días después Lia estaba de camino a casa de Mary Anne como cada mañana. En ese tiempo había conseguido esquivar a Ethan. Cuando llegaba a casa, ella se iba, no le apetecía encontrárselo. Eso sí, como Mary Anne la estaba enseñando a cocinar, él disfrutaba cada día de la comida que preparaba. Estaba comprando en el mercado para llenar un poco la despensa de la mujer cuando Kate la llamó.
—¡Ey! ¿Qué haces?
—Me pillas en el mercado—Lia resopló al ver la cola que había—Estoy comprando provisiones para la siguiente clase de cocina. Creo que le estoy empezando a pillar el gusto.
—Pues a ver cuando nos haces una demostración guapa. Nos dejamos la mitad del sueldo comiendo fuera—la puerta del despacho se abrió, era Ethan. Kate le indicó que pasara y que guardara silencio. Tenía el móvil en altavoz.
—Algún día, ya veréis como os sorprendo.
Kate estaba hablando con Lia en español. Su voz sonaba aún más dulce hablando su lengua materna. Lo que Kate no sabía era que él entendía más o menos español y siguió hablando pensando que Ethan no entendía nada.
—¿Estás preparada para mañana por la noche? Yo aún me estoy mentalizando.
—No. Me encanta estar con vosotras y lo sabéis, pero cada vez que salimos, el resultado siempre es el mismo. Aún recuerdo la última vez.
—¿Qué pasó? Tengo lagunas mentales.
—Te lo resumo. Fue en la supuesta despedida de soltera de Jen, que al final de despedida no tuvo nada porque apareció el psicópata de Carl y tú y Lou os fuisteis con vuestros ligues de turno. Yo me bebí cuatro…no, cinco Gintonics y me…—se detuvo antes de decirle que estuvo con él.
—¿Te, qué? ¿Pasó algo?—recordaba perfectamente que había avisado a Ethan para que fuera hasta allí como parte de su trabajo.
—Me pasé. Cuando bebo hago y digo tonterías, por no hablar de que al día siguiente soy un zombie.
—Pues haz como yo, mentalízate para ser un zombie porque va a volver a pasar. Hay que divertirse de vez en cuando—miró a Ethan y sonrió—Te dejo que tengo aquí a mi asistente personal esperándome.
—¿Qué? ¿Él está ahí? Dime que no tienes puesto el altavoz…
—Sí ¿Por qué? Nadie de aquí habla español, no pasa nada.
—Kate…Ethan no habla español pero entiende bastante—se echó la mano a la cabeza.
La chica levantó la vista y ahora el que sonreía era él, Lia le colgó la llamada.
—Es broma ¿No?—murmuró Kate.
—No. No lo entiendo a la perfección pero de esta conversación he entendido lo principal. ¿Dónde iréis mañana?
—¡Y yo qué sé! Es Lou quien se suele encargar de esas cosas—veía a Ethan muy interesado en saber donde iban a estar.
—¿Sería mucho pedir que me lo dijeras cuando lo sepas? Tengo que disculparme con Lia y de momento, no me puede ni ver. A lo mejor en otro tipo de ambiente más distendido me quiere escuchar.
—Está bien, cuando lo sepa te lo diré, y más te vale que te disculpes como Dios manda, y si se lo pasa bien, mucho mejor.
Todavía no había llegado Lia a casa cuando el resto de sus amigas estaban tiradas en el sofá.
—Mañana nos lo vamos a pasar como enanas, así que espero que os pongáis vuestras mejores galas porque vamos a salir de caza—les informó Lou—Todas.
—No estoy yo muy por la labor Lou, pero os animaré desde la barrera—musitó Jen.
—Por conocer gente nueva no te va a pasar nada Jen. No es necesario ni que te los ligues. Sólo hablar, reír y bailar. Disfruta ahora porque cuando nazca el renacuajo se te acabó el rollo.