¡ No sonrías, idiota! (2024)

CAPÍTULO 19

Ese día, Ethan salió antes del trabajo, lo que tomó a Lia por sorpresa al encontrárselo de frente nada más salir de la cocina.

—¿Qué haces tú aquí?

—Vivo aquí, por si no lo sabías. He terminado pronto hoy—le aclaró.

—Estupendo porque me tengo que ir—se excusó—Tengo algo que hacer.

—¿Ya te vas?—preguntó Mary Anne—Aún es pronto, quédate un poco más.

—Me encantaría, pero no puedo. He quedado con alguien y no quiero hacerle esperar. Nos vemos mañana—se despidió de la mujer y salió de la casa ante la atenta mirada de Ethan.

—¿Pasa algo hijo?

—No, nada. ¿Qué hay para comer hoy?—entró en la cocina para averiguarlo y encontró la libreta de Lia con las recetas. Paso los dedos por las palabras que había escrito de su puño y letra.

—¿Tú también me vas a cambiar de tema como lo hace ella?—lo había pillado con la libreta en la mano—Puede que sea vieja y esté enferma, lo que no soy es tonta Ethan. Es evidente que algo os pasa—entrelazó su brazo con el de su nieto—Siempre me has contado todo, hasta las cosas que detesto ¿Por qué no lo haces ahora?—juntos, caminaron hasta el sofá para tomar asiento.

—No sé…es extraño para mí…Por primera vez, no sé que tengo que hacer. Estoy bloqueado.

—¿Tiene Lia algo que ver en eso que te está pasando?

—Sí. Y no sé en qué momento me he metido en este lío—confesó—Nunca me había imaginado que podría pasarme algo así, no por ella sino por mí. Tú lo sabes, siempre he sido frío, frívolo y cínico con todo el mundo a excepción de ti por supuesto—la besó en la cara.

—¿Sientes algo por ella, verdad?

—Eso creo—bufó—Pero Lia piensa que me estoy burlando de ella y eso me duele porque jamás podría hacerle tal cosa.

—¿Y por qué cree eso?—pensaba que no viviría lo suficiente para ver a su niño enamorado, se alegraba de haberse equivocado.

—El otro día coincidimos en un sitio—le resultaba incómodo hablar de esas cosas con su abuela—Ella estaba con sus amigas y unos tipos que no sé quiénes eran. Cuando yo llegué, Lia estaba hablando a solas con uno de ellos, entonces vi como le sonreía y que él trataba de acercársele más de lo debido…Y me puse enfermo sin tener motivos para hacerlo.

—Los celos no son buenos consejeros cariño—quiso reconfortarlo—¿Ella se dio cuenta?

—Por suerte no. Después de eso, estuvimos hablando y bebiendo un rato viendo a Josh y Jen haciéndose ojitos y un poco más tarde, Lia quería irse a casa, empezaba a ser incómodo estar espiando a esos dos mientras se besaban—le explicó—Como no localizó al resto de sus amigas, la acompañé fuera para pedir un taxi. Entonces…no sé que se me pasó por la cabeza y la besé.

—¿Justamente a ella?—Mary Anne sabía lo que aquello significaba.

—Sí…Ahí fue donde me di cuenta que la quiero en mi vida. Pero Lia me rechazó y alegó que sólo lo había hecho porque había bebido. No me gustó que dijera algo así y…eso es todo por mi parte. Si yo supiera que para ella no soy nada, nunca la hubiera besado, te lo juro.

—Desde que la conocí, siempre noté que Lia te mira a ti como no mira a nadie más, así que pienso que ella se encuentra en la misma situación que tú. Pero lo que no entiendo es por qué te rechaza.

—Hay cosas que no sabes sobre la vida de Lia…Debido a eso es comprensible su forma de actuar, aunque a mí me desespere.

—Cariño, ha llegado la hora de confesar todo, desde el principio. Seguramente se sienta mal y se enfadará cuando sepa cómo llegaste hasta ella, pero Lia es una buena persona y si te quiere, tarde o temprano te perdonará. ¿Quién te dice a ti que en un futuro no podáis intentarlo?

—No lo veo tan claro, pero sí, al menos debo sincerarme. Lo que pase después, sólo el tiempo lo dirá.

Después de la comida, Mary Anne se retiró a descansar como hacía siempre. Ethan salió fuera a tomar el aire y a reflexionar sobre la conversación que acababa de tener con su abuela. Deseaba con todas sus fuerzas que la mujer tuviera razón y que Lia sintiera algo por él.

—Hola vecino—le saludó Josh.

—Hola—lo saludó de mala gana—Ya me han contado la buena nueva—hizo una mueca parecida a una sonrisa—Enhorabuena.

—Gracias—Josh sí que sonreía genuinamente—Aún estoy que no me lo creo.

—Te dije que le gustabas—se metió las manos en los bolsillos—Me alegro que finalmente te animaras a dar el paso.

—Lia tuvo mucho que ver en eso—observó como el rostro de Ethan se suavizó al escuchar su nombre—Ella fue la que me tranquilizó y me hizo ver que tanto Jen como yo estábamos en la misma situación y tenía razón. Esa chica es una joya.

—Sí que lo es—era gracioso que Lia fuera capaz de resolver cualquier asunto, excepto los que tenían que ver con ella.

—Por cierto, Ethan. Tengo información pero no sé si te interesará—él también tenía sus sospechas sobre su vecino y la mejor amiga de su chica.

—¿Información? ¿Sobre qué?

—Sobre Lia. ¿Sigue en tu casa o ya se ha marchado?

—Se fue hace un rato. Había quedado, supongo que con alguna de sus amigas




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