¡ No sonrías, idiota! (2024)

CAPÍTULO 22

Le supo mal tener que despertarlo porque dormía profundamente pero quería evitarle el interrogatorio al que le someterían sus amigas si se enteraban que habían pasado la noche juntos. Cuando estaban a punto de alcanzar la puerta para salir, Lia apareció por ella quedándose atónitos.

—¿Acabas de venir de la calle?—le preguntó su amiga.

—¿De dónde más si no?—se quedó observando a la pareja—Será mejor que te vayas o Kate y Lou no te dejarán salir vivo sin someterte al tercer grado—le dijo a Josh.

—¿Cuánto tiempo llevas fuera Lia?

—Unas horas, me gusta pasear—se encogió de hombros y se abrió paso entre ellos.

—Es peligroso que salgas sola de madrugada, no deberías hacerlo—le aconsejó el chico—Hay mucho degenerado por las calles. ¿No te da miedo?

—No. A estas alturas de mi vida no le temo a nada ni a nadie—añadió—Buenas noches, o más bien, buenos días—entró en su habitación para encerrarse de nuevo.

—Está peor de lo que pensaba—susurró Jen mientras la veía desaparecer—Si tan sólo quisiera hablar de ello…Queremos ayudarla, pero no nos deja acercarnos a ella y no sé qué hacer Josh.

—No puedes hacer nada más que esperar a que sea ella la que venga a ti.

Josh le había contado lo sucedido con Ethan y Lia. Ahora podía entenderla un poco más. Estaba asustada, para su amiga el inesperado sentimiento por parte del chico hacia ella, era una novedad.

—Eso haré—lo abrazó por última vez y abrió la puerta—Nos vemos luego.

Justo cuando Josh se fue, se topó con dos pares de ojos observándola esperando una respuesta.

—Sí que se le ha hecho tarde a Josh ¿No?—Lou la miraba con sonrisa pícara.

—Un poco—tenía confianza con sus amigas pero para ciertas cosas era muy reservada.

—Se supone que aquí no pueden dormir el ligue de ninguna de nosotras—añadió Kate.

—Pero Josh no es un ligue como tal—apuntó Lou—Es su novio oficialmente, así que yo creo que podemos hacer una excepción con él.

—Técnicamente es un vacío legal, pero estoy de acuerdo contigo. ¡Pero que no se acostumbre!—bromeó Kate.

 

Un mes después, Lia parecía ir recuperando el ánimo, poco a poco salió de su encierro y trataba de hacer vida normal con sus amigas. Pero nunca les contó la razón de por qué su estado de ánimo estaba tan bajo. Para distraerse, se iba con Jen a la tienda y los días pasaban rápido que era lo que ella necesitaba.

La relación de Jen y Josh iba viento en popa a pesar de la señora Hope que no había cambiado su opinión respecto a la chica. Un día de los que Lia no estaba ayudando a Jen, recibió la visita de la madre de Josh.

—Hola—saludó la señora Hope mirándolo todo a su alrededor.

—Buenos días—se asombró al verla allí—¿Puedo ayudarla en algo?

—Así que aquí es dónde trabajas. ¿Es tuya?

—Sí, es mi propio negocio—la mujer no le quitaba el ojo de encima—¿A qué ha venido?

—No lo sé. Supongo que por curiosidad—tenía que reconocer que Jen la había sorprendido—Pero no te preocupes, ya me marcho—estaba en la puerta cuando un individuo con la cara tapada la empujó al suelo violentamente.

—¡Dame todo el dinero que tengas en el local! ¡Rápido!—le gritó a Jen mientras zarandeaba a la señora Hope.

—Tranquilo, te daré lo que pidas, pero no le hagas daño—estaba tan nerviosa que no acertaba con el código de la caja registradora.

—¡Socorro! ¡Qué alguien nos ayude!—la mujer gritaba en busca de auxilio—¡Nos están atracando!

—¡Cállate vieja cacatúa!—le asestó un puñetazo en la cara—¡Y tú, rapidito que no tengo todo el día!

—¡Te he dicho que no le hagas daño!—trató de lanzarle un jarrón pero falló.

—¡Ahora sí que la vieja se muere!—puso el antebrazo contra la garganta de la mujer apretando con fuerza.

Jen sacó el dinero de toda la semana de la caja y se lo dio al ladrón para que dejara en paz a la madre de Josh.

—¡Ten, es todo lo que hay, pero suéltala de una vez!—gritó desesperada mientras la veía poniéndose cada vez más roja debido a la falta de oxígeno.

—No es suficiente. Busca más o se muere—la amenazó—Tu misma.

A Jen no le quedó más remedio que entrar en el almacén y sacar los pocos ahorros que tenía en su caja fuerte. Se iba a quedar sin nada.

—¡Toma, son todos mis ahorros, no tengo más lo juro! ¡Déjala y vete por favor!

—Buena chica—se guardó el dinero rápidamente y empujó a la mujer contra ella, trastabilló y terminaron cayendo al suelo, después de eso, el tipo huyó.

—¿Está bien?—Jen se preocupó por ella a pesar del dolor que sentía en su bajo vientre.

—Sí…estoy bien—respiraba con dificultad—¿Por qué lo has hecho?

—No iba a dejar que le hiciera daño—torció el gesto cuando trató de levantarse.

—No debiste hacerlo yo…—la señora Hope se sentía avergonzada, a pesar de su comportamiento con Jen, ella la salvó—Gracias—cuando la ayudó a levantarse, vio que la chica tenía sangre en el pantalón—Jen, no te asustes pero…—le señaló la mancha.




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