¡no soy Ariel!

Apuesta

Algo estaba raro. El día transcurría tranquilamente sin ningún incidente, a lo cual estaba muy agradecida. Sin embargo, al no haber tenido un día así desde que Hunter entró en mi vida, tenía la sospecha de que el estado de relativa paz podía cambiar de un momento a otro.

El causante de todos mis males había desaparecido desde hace dos días, al menos yo no me había topado con él durante clases y ese hecho para mí resultaba bastante placentero.

No comprendía totalmente la fijación de Hunter por querer siempre avergonzarme o molestarme con insinuaciones sin sentido. No me agradaba y él lo sabía. Me ponían los nervios de punta sus acciones, sin mencionar los pequeños ataques cardíacos que causaba su cercanía y el hecho de tener ese tipo de reacción causaba que me molestara aún más con él.

Estaba saliendo del instituto con rumbo a casa hasta que apareció Sam y propuso ir a Bird's por un café.

Nunca podía negarme a uno de esos cafés y menos a la oportunidad de ver a Hottie.

— ¿Y bien? ¿Cuándo piensas contarme cómo te fue en la cita del sábado? —inquirí, ella se removió un poco incómoda en su silla y al cabo de unos segundos respondió.

— Fue genial, mucho mejor de lo que esperaba. Él es tan atento y divertido, tiene una sonrisa hermosa y unos ojos ¡Dios, que ojos! —reveló con una sonrisa de idiota y con sus mejillas teñidas de rosa.

— Entiendo, él es de ensueño. Cuéntame ¿Dónde lo conociste? ¿Cuándo me lo presentas? —pregunté emocionada por ella.

— ¡Aquí, hoy! Le envié un mensaje y dijo que se acercaría, espero que no te moleste, además dijo que venía uno de sus amigos con él, así no te sientes incómoda —dijo rápidamente antes de que discrepara diciéndole que sería mal tercio.

Por un momento me sentí ansiosa uniendo los cabos sueltos... si lo conoció aquí en Bird's eso quería decir que... No podía ser posible... ¿o si? Él tenía una sonrisa hermosa y unos ojos... ¡Ay, no!

— No muy digas que es... —y señalé hacía la caja registradora.

— ¿Hottie? Tranquila, no es él, además dudo mucho que le parezcan atractivas las mujeres—aclaró tranquilamente.

Sentí que un balde de agua fría se había derramado sobre mí.

— No me digas que no lo habías notado —continuó Sam sorprendida.

— ¡Deja de bromear! Sabes que he tenido un flechazo por él desde que lo vi, ya casi tengo reunido el valor suficiente para hablarle —gemí con frustración.

— No es broma, Ash. Pensé que ya lo sabías, es bastante obvio.

— ¡No lo creo hasta que lo vea! Necesito evidencias.

— Por Dios, Ash, tienes al chico más guapo del instituto tras de ti y tú ni le das la hora, pero si te gusta el chico gay ¿Quién te entiende?

— El corazón no decide de quien se va a enamorar —hice un patético intento de puchero y ella sólo puso sus ojos en blanco.

Hottie no podía ser gay. No tenía nada contra ellos, de hecho quería a un mejor amigo gay. Sin embargo, era algo que no me esperaba, llevaba largos meses viniendo aquí sólo para verlo a él. Me encontraba en negación.

Sam siguió hablando de la vez que lo vio acompañado de un chico en el parque de diversiones cerca de la rueda de la fortuna, y yo sólo asentía sin nada que agregar.

La campana que indica la llegada de un nuevo cliente sonó por todo el local llamando nuestra atención. Entraron cuatro chicos y entre ellos Hunter y el imbécil rubio que me asustó en el callejón. Aquí moría mi buena suerte.

— ¡Llegó, es él, Ash!

— ¿Quién? —pregunté posando mi vista sobre los otros dos chicos que habían ingresado.

— ¡Disimula, mujer! Es el que está al lado de Hunter.

¿Qué! ¿Sam salía con el amigo de Hunter?

— ¡Pero miren quienes son, mi par favorito! —dijo Hunter tomando asiento a mi lado y su amigo al lado de Sam dándole un beso en la mejilla.

— Hola, Ash. Sam me habló de ti. Creo que no nos presentaron adecuadamente la última vez, soy Lucas —y extendió su mano.

— Ashton —dije estrechándola con incomodidad.

Sam me envió una mirada interrogativa y yo fingí demencia. No le había contado lo que sucedió el sábado por la noche, ella no tenía ni idea de donde conocía a su actual novio.

— ¿Qué cuentan? —habló Hunter rompiendo el silencio que se había instaurado.

— Ash, no acepta que el chico que atiende la caja registradora es gay.

— Vamos, Sam, es que no lo parece.

— ¿Se refieren a Adam? —Sam y yo lo miramos esperando que Lucas continuara—. Lo conozco de la primaria, nunca dio señales de que le gustaran los hombres.

— ¿Ves? Por eso no creo lo que dices de él, Sam —ella se encogió de hombros.

— Hagamos una apuesta entonces —propuso Hunter.

— ¿Qué pasa si no lo es? —pregunté curiosa.

— Todos aquí hacemos lo que nos pidas —lo cual generó quejas por parte de Sam y Lucas.

Eso sonaba muy tentador, podía vengarme de él y además demostrarle a Sam que se equivocaba. Puede que el acompañante de Hottie haya sido sólo un amigo o un familiar de visita en la ciudad.

— ¿Y qué pasa si lo es? Ash, no puede salir ilesa. Además nos metiste a Lucas y a mí.

— Tranquilos, chicos. Ella no saldrá ilesa, ella tendrá que besarme —aseguró Hunter.

Ahí si tuve que haberme detenido a pensar bien las cosas pero moría de ganas por mandarles a hacer algo vergonzoso así que sin pensar mucho firmé mi sentencia.

— Estoy dentro.

Sin perder tiempo Hunter se levantó con una sonrisa seductora y se encaminó hacia Adam. Intercambiaron unas cuantas palabras y entonces pasó... Hottie le enviaba una de sus matadoras sonrisas y le entregaba un café.

Hunter volvió a la mesa con una sonrisa triunfal y me entregó el café. Fijo mi vista en el envase y en marcador negro estaba plasmado un número telefónico y abajo se leía "Llámame".

Sam rió sonoramente y Lucas intentaba disimular la gracia que le causaba la situación tomando del chocolate caliente de su novia.



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En el texto hay: comedia, romance, amor

Editado: 03.03.2021

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