¡no soy Ariel!

¿Qué te hiciste Ariel?

¿Cómo se atrevía a decir semejante idiotez? Ni en sus sueños sería su novia ¿Acaso pensaba que me rendiría a sus pies cuando lo dijera solo por ser el playboy? Pues estaba muy equivocado si piensa que soy como la zorra de Kendra o el resto del instituto. No caería en su juego.

Después de enviarlo al infierno entré a mi casa dando un portazo para darle drama a la situación, quería recalcar que mi decisión era final y que lo decía muy en serio. Fui escaleras arriba pisando fuerte cuando un grito desde la sala casi me provoca un infarto.

— ¡Ashton! ¿Ni siquiera saludas a tu propia madre? —gritó mi madre ofendida.

— ¿No llegabas mañana? —pregunté confusa mientras me acercaba a abrazarla.

La había extrañado mucho y a su comida, estos dos días separadas me hicieron darme cuenta que soy una inútil en la cocina. Además, con mi mamá de vuelta Hunter ya no estaría sobre mí con la excusa de "echarme un ojo".

— Terminamos antes y fue todo un éxito, ganamos el contrato ¿Y tú cómo estás? ¿Algo que quieras decirme relacionado con el vecino? —fue al grano y una sonrisa juguetona amenazaba con escaparse de sus labios.

Era de imaginar que estuviera escuchando todo desde detrás de la  puerta como la chismosa que era.

¡Tierra, ya trágame y escúpeme en algún lugar inhóspito!

— No, nada relevante. Todo está bien, aburrido como siempre. Tengo que hacer tareas, te veo al rato —mentí descaradamente y huí de la sala— Me alegra que estés de vuelta —agregué.

No quería contarle a mi madre sobre mis dramas adolescentes con Hunter. Sabía que ella tenía la esperanza de que tuviera novio algún día, sabía que le hacía ilusión de que fuera él ¿Por qué? pues no tenía idea. Por otra parte, hay que ser honestos, Hunter era muy guapo, todas querían estar con él, pero eran unas ciegas porque él era la peor clase de persona.

Me dolía la cabeza. Tenía que hacer algo con respecto a esta situación. Ignorarlo iba a ser más difícil de lo que imaginaba así que tenía que buscar una forma de hacer que se aleje.

¿Y si me conseguía novio para que él me dejara en paz? Y si lo hace, ¿Quién sería el chico con el que saldría?

Me paré frente a mi espejo de cuerpo entero y me vi detalladamente. Mi cabello rojo fuego se ondulaba en todas partes hasta mi cintura, mis pecas resaltaban sobre mi nariz y mejillas, mis cejas eran pobladas, mi cuerpo estaba bien pero mi ropa se veía aburrida. Tal vez el cambio de imagen no sea tan mala idea después de todo.

Me acepto tal cual soy y sé que la persona que me quiera me va a querer tal y como era, pero si quería llamar la atención masculina rápido tenía que empezar a hacer uso de mis atributos.

Todo sea por tener un repelente antihunter y por su puesto para que vea lo que se perdió por imbécil. 

Así que busqué en mi laptop Youtube y busqué tutoriales de belleza, se los digo, lo mejor que hay en la internet es Youtube, y empecé con  mi cambio de imagen. Busqué pinzas y después de los minutos más largos y dolorosos de mi vida logré darle forma a mis cejas, admito que se veían bonitas y mi cara se veía mas definida, ahora era el turno de mi cabello, jamás lo cortaría, solo lo iba a lacear.

Y con solo esas dos cosas me sentía como una persona totalmente diferente, si así me veía hermosa, con maquillaje sería una diosa. Así pasé el resto de la tarde. Buscando y aprendiendo.

Para el momento de ir a cenar con mi madre supe que los pequeños cambios que había hecho si eran más que notorios.

— ¡Estás hermosa! ¿Qué te hiciste? —dijo emocionada tocando mi cara.

— No mucho, la verdad —le resté importancia.

— ¡Quieres conquistar a alguien! —afirmó cubriendo su boca— ¡Es el vecino!

— Jamás. A ese lo quiero muy lejos de mí. No quiero conquistar a nadie, solo quería un cambio, todas las chicas lo hacen y quería probar —aseguré sin revelas mis intenciones ocultas.

— Estoy segura que quedará encantado cuando te vea.

Como siempre, continuó ignorándome y pasó toda la cena dándome consejos de conquista y recordando sus tiempos de instituto, yo solo me limitaba a escucharla y a asentir de vez en cuando para que no pensara que no la escuchaba. Por otro lado, estaba agradecida por tener una cena decente al fin.

La mañana llegó y por primera vez en mi vida me levanté de mi adorada cama con facilidad, mucha determinación y energía. Hasta yo estaba sorprendida.

Me maquillé de forma natural, sin embargo, si cubrí la mayoría de mis pecas, resalté mis ojos con un poco de delineador y mis labios estaban rosa. La parte difícil fue elegir la ropa, por lo que después de revolver mi armario entero encontré una falda negra que me había empezado a quedar pequeña hace un par de años y era bastante corta, menos es mas según dicen, me la puse y la combiné con una camisa azul ceñida al cuerpo, por último mis converse rojas porque me negaba a hacer el ridículo caminando en tacones cuando no sabía caminar en ellos. Tampoco me iba a exceder.

El mundo conocería una nueva yo, una Ashton hermosa, sexy y llena de confianza. Bajé las escaleras y salí por la puerta principal. 

¡Prepárate mundo porque voy por ti! 

— ¿Pero qué te hiciste, Ariel? 

Y como el primer día que nos vimos, todo lo que llevaba en las manos fue a dar al suelo.

Jodido Hunter.
 



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En el texto hay: comedia, romance, amor

Editado: 03.03.2021

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