No Soy Ella [primera parte]

Capítulo 5

EILANA

La mirada insistente de Mateo, me hacía sentir nerviosa.

—¿Qué?

Me miro exasperado.

—¿En serio no te preocupa lo que acaba de suceder?

Intente hacerlo, de verdad que lo intente, pero tenía tanta hambre...

—Por supuesto que sí, ¿por quién me tomas?

La mirada de él no hizo que dejará de comer. Lo que obviamente era mucho que decir. Sin embargo, cuando parecía que estaba por zarandearme, el timbre sonó y rápidamente me terminé mi alimento. Cuando estaba por entrar a mi salón, Mateo tomó mi brazo.

—¿Ahora qué?

No quise mirarlo, pero al oír la preocupación en su voz, tuve que hacerlo:

—No vayas sola a tu casa, te acompañare.

Quise agradecerlo, en serio que sí, pero aun recordaba su cobardía.

—¿Y qué piensas hacer si aparece el engendro del mal?

El cobarde tuvo la desfachatez de parecer ofendido.

—¿No habías dicho que podía noquearlo?

Me crucé de brazos, y le contesté enojada:

—Sí, y también huiste como el cobarde que eres.

Alzo sus manos de forma dramática.

—Se llama sobrevivencia.

Entrecerrando los ojos, conteste a su comentario:

—¿Incluso cuando tu amiga estaba en peligro de ser descuartizada?

Sonrió divertido.

—Se supervivencia extrema. Además, sigues con vida, y todo gracias a tu príncipe encantado.

Lo mire confundida.

—¿Príncipe encantado? ¿Quién?

Estaba por decir algo, cuando la voz de mi profesor habló:

—Señorita García, ¿acaso no piensa entrar a clases?

—Claro que sí, maestro. Y hare lo que me pides, Mateo, te esperaré.

Lo último que recibí de parte de él, fue una mirada de alivio.

***

Mateo estaba tardando, y, a decir verdad, estaba preocupándome. ¿Y si el anticristo lo había usado como sacrificio...?

De pronto una mano tocó mi hombro, y grité como si mi vida dependiera de ello. Incluso la libreta que estaba en mis manos, fue usada como arma para matar al jodido de...

—¡Eilana, ¿Por qué me estas pegando, carajo?!

Al oír la voz de Mateo, me hizo abrir los ojos. Incluso ni siquiera me había dado cuenta que los había cerrado. Al verlo tallando los golpes que le había dado, terminé por susurrar:

—El anticristo terminará volviéndome loca.

—¿Y ahora que te hizo? ¿Volvió a perseguirte?

Negué con la cabeza.

—No, de hecho, ni siquiera lo he visto. Y eso es lo que más me da miedo. ¿Qué sucede si tiene planeado un ataque sorpresa?

De pronto estuve enfrente de Mateo tomando su camisa entre mis manos, y le continúa diciendo:

—¿Y si lo que busca en vender mis órganos al mercado negro? Oh, Dios, y si piensa...—de pronto la mano de Mateo estuvo impidiendo que dijera otra cosa.

—Para empezar, es mejor que te calmes. Que con tus locuras estas empezándome a dar miedo. Y eso no lo pienso permitir. ¿Qué dirían las chicas si sabes que le tengo miedo a ese chico?

—Dirían que eres inteligente. ¿Acaso no has visto su mirada? Es oscura. —de pronto un escalofrío de terror se me vino al recordarla—. Era maligna.

Sin previo aviso, Mateo se echó a reír.

—Estás loca, Eilana, pero bueno, es mejor que empecemos a ir a tu casa. No quiero llegar tarde a mi casa.

—Bien.

Juntos empezamos a caminar, y ni siquiera habíamos caminado unos metros, cuando una moto se paró enfrente de nosotros. Y si, como lo suponen, era el anticristo.

Oh, ¿y ahora quien podrá defenderme?

Tomando su casco en sus manos, dijo con una sonrisa lúgubre:

—Hola, escurridiza.

Estaba por voltear a ver a mi amigo, cuando observó a varios chicos rodeándonos. Tragando saliva, observé como uno de ellos lleva una navaja. Mierda, piensan asesinarnos.

Sin embargo, ocurre lo inesperado.

Mateo se coloca enfrente de mí, y enfrenta al anticristo mientras dice:

—No te acercaras a ella. Es mejor que la dejes en paz.

Y como en las películas de terror, el anticristo solo sonríe.

Oh mierda, mierda, mierda.

¿Qué sucederá?

 



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En el texto hay: badboy, amorjuvenilhumor, anavalencia

Editado: 01.08.2024

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