No Soy Ella [primera parte]

Capítulo 7

EILANA

 

Nadie tenía que decirme lo que ya sabía.

Era tonta al venir con él, pero simplemente no podía dejar que le hicieran daño a Mateo. «Y también sabía que me estaba oyendo como esas tontas protagonistas de novelas que haces cosas estúpidas» Pero en el momento de la verdad, no se piensa en nada. Solo en vivir.

Ni siquiera se piensa en  lo más inteligente era pedir ayuda o algo. Solo en hacer algo todavía más estúpido, como, por ejemplo, subir a la moto del anticristo. Sin embargo, él no había dicho nada sobre planear asesinarme. «Aunque pensándolo un poco…, tampoco había dicho que me deseaba viva. ¡Rayos!»

Así que, al detenernos en una casa abandonada, supe que éste era mi final. Después de todo, ¿para necesitarías una casa a las afueras de la ciudad?

Temblé y le tendí su casco de regreso, y con terror en las venas empecé a bajar de esa monstruosidad que él llamaba moto. Temblé en todo el proceso. Sobre todo, cuando tuve que colocar mis manos sobre sus hombros para poder bajar hacia el suelo empedrado.

Me dije que podía verlo a los ojos para averiguar sus propósitos siniestros, pero sabía que podría estar sonriendo por mi miedo hacía él, así que no lo hice y continué bajando sin verlo.

«Era realmente molesto saber que me tenía en sus manos»

Suspiré de alivio cuando mis pies tocaron el piso. Casi de inmediato, el anticristo también empezó a bajar de su moto. Al estar a salvo sobre mis propios pies, mi mente visualizó varios escenarios. Cada uno peor que el otro, y en todos ellos, estaba yo ensangrentada.

Justo cuando estaba por enloquecer completamente, él empezó hablar con una sonrisa:

—Ahora estamos completamente solos, y eso significa una cosa: Estas atrapada conmigo.

La sonrisa, pero sobre todo su postura intimidante, me hizo tragar saliva.

No entendía cómo era posible, pero era capaz de ver como su cuerpo crecía cada vez más, hasta convertirse en una cosa enorme y yo en una muy pequeñita. Era algo completamente terrorífico. Incluso empecé a ver sus músculos como armas de oficio. Era una monstruosidad. Aunque siendo honesta conmigo misma, no es como si fuera demasiado musculoso, pero considerando mis brazos escuálidos, pues no tenía ninguna oportunidad con él. Estaba tan muerta que ya hasta visualizaba mi funeral.

Observó mi reacción a sus palabras y preguntó con sorna:

—¿Te han comido la lengua el ratón?

Mis ojos se abrieron de golpe mientras lentamente empezaba a negar con la cabeza.

—Dime algo, Eilana. —un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar mi nombre en su boca y eso era por una sencilla razón: me había investigado. «Dios…»—. ¿Me tienes miedo?

«Ciertamente sí»

—Si

La sonrisa se extendió por todo su rostro al oír el pánico en mi voz. Y aunque había sido una sencilla palabra de dos letras, fue difícil pronunciar.

Se cruzó de brazos y mis ojos se desorbitaron al observar sus músculos grandes. «Madre mía, es enorme…» Ajeno a mi terror—o al tal vez no—preguntó con curiosidad mórbida:

—¿Por qué?

Mis ojos completamente abiertos se desviaron de su físico mortal, y consideré la pregunta.

«¿Debía decirle que pensaba que era el Anticristo o que mataba chicas para conseguir sus órganos para poder venderlos en el mercado negro? Tal vez…, no era buena idea hacerlo»

En vez de decirle eso, respondí:

—Me has traído aquí.

«Uff vaya, nadie podía decir que era una cobarde. Había dicho cuatro palabras»

—¿Y por qué piensas que lo he hecho? —«¿Para matarme?» Me encogí de hombros sin saber cómo responderle. Mi acción de incertidumbre le hizo quitar la sonrisa burlona para convertirla en una sombría y decirme con una letal calma—: Te he traído por dos razones, pero la principal es que dejes de escribir esas estúpidas cartas.

«Si por mi fuera, idiota, ni siquiera recibirás nada para navidad. Santa no debería traerte regalos»

Pero no dije eso, ni loca.

—Bien.

—¿Y dejaras de acosarme?

«¿Acosarlo? ¿En qué momento lo hice? Si desde que tengo memoria, he estado huyendo de ti. Incluso tuviste que secuestrarme para venir aquí»

No obstante, eso tampoco se lo dije, al contrario, simplemente asentí estando de acuerdo con sus deducciones falsas:

—Claro.

Parecía irritado en que confirmé sus demandas de forma rápida.

—También quiero que entiendas que jamás estaría con una chica como tú—me miró con burla y arremetió con saña—: No eres mi tipo.

«¿Qué no soy su tipo? ¿Una chica como yo? ¿Qué significa eso? ¿Acaso decía que no era bonita?» Pero de pronto lo entendí. Él pensaba que diciéndome esto, dejaría de "quererlo en secreto". Estaba rechazándome. Aunque de alguna manera era insultante, entendí la esencia de esto.

No tendría que verlo más.

Intenté que la sonrisa no se notara en mi rostro, pero pude sentir como el alivio se mostraba en mi rostro.

—Está bien.

Frunció el ceño.

—¿Solo así? — preguntó. Por la forma en que me veía, parecía desconcertado y confundido.

—Sí, lo entiendo— Asentí con una sonrisa pequeña—, nunca me querrás.

¡Gracias Dios!

Al ver la sospecha en sus ojos, me di cuenta que no estaba actuando como una chica con el corazón roto. Así que quité la sonrisa rápidamente para bajar mi cabeza y parecer apenada.

—Eres extraña—comentó.

«No tanto como tú»

—Lo soy.

«¡Oh sí, oh sí, él no me quiere! ¡Oh yeah!»

La vida era increíble.

—Supongo que lo entiendes todo.

—Completamente. No me quieres, no soy tu tipo—negué con la cabeza como para enfatizar mis palabras—, ahora nunca tendrás que verme la cara. Lo prometo.

El silencio perduró y no supe como preguntarle: ¿En qué momento nos iríamos?



#203 en Joven Adulto
#1324 en Otros
#391 en Humor

En el texto hay: badboy, amorjuvenilhumor, anavalencia

Editado: 14.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.