No Soy Ella [primera parte]

Capítulo 17


Me sentía vigilada.

Según mi madre, Eilana, o sea yo, tenía un delirio de persecución. La verdad no era así. Realmente estaba siendo seguida. Casi podía sentir como esos ojos malvados, y burlesco me perforan la espalda.

Era casi un milagro que no tuviera un agujero en mi espalda.

¿Quería girarme y comprobar que estaba en lo cierto? ¡Por supuesto que sí!

Pero no. Ni loca iba a voltear. Así que si yo no veía hacia donde estaba la energía oscura, en mi opinión, podía hacerme la desentendida. No vi nada. No sentí nada. Todo estaba tranquilo.

De repente, la sacudida que tuvo mi mano, casi me hace gritar. Casi.

-Eilana, te estoy hablando.

Parpadeando rápidamente para concentrarme en la persona que estaba delante de mí, dije con tono de obviedad:

-Por supuesto que sí.

Mateo me miró con ganar de reírse y matarme al mismo tiempo.

-Por supuesto que sí, ¿qué?

Le hice un gesto con la mano, y le dije con una sonrisa:

-¿Cómo que de qué? De lo que me decías, estoy de acuerdo.

No tenía idea de que estaba de acuerdo, pero no le iba hacer ver que no le estaba prestando atención. Así que cuando dijo:

­-Estaba diciendo que podíamos ir al cine.

Yo dije con voz animada, súper exagerada:

-¡Claro, eso!

Mateo se carcajeo, y me apuntó:

-Eres una vil mentirosa, eso no dije.

Hice una mueca, y esperé a que terminara de reírse.

-Bueno, ahora se me antoja ir al cine. Muchas gracias por eso.

Mateo dejó de reír, aunque tenía una sonrisa, el muy...

-Bien, bien, podemos salir, ¿te gustaría?

Asentí.

-Sí, pero hay que ver las opciones. No quiero nada de sangre.

-Aburrida.

Le saque la lengua.

-Bien, ¿a qué hora nos vemos en el cine?

-Puedo ir a buscarte, es muy peligroso que andes en la noche sola.

Tenía razón.

-Está bien.

De pronto, algo me jalo de mi asiento.

Al levantar la vista, observé la cara furiosa de Deysi.

La bruja malvada había llegado, oh, ¿Qué será de mí?

Ni siquiera tuve tiempo de responder esa pregunta, ella me llevó hasta salir de la cafetería. Pude observar la mirada de interrogación en los ojos de Mateo, pero negué con la cabeza para que no se metiera. Este asunto era algo entre ella y yo.

Estaba segura que, si no comía algo, iba a estar a salvo.

Al estar a solas, me empujo a una pared cercana. El quejido que salió de mi boca fue leve. Pero un sonido que pasó de largo al oír las palabras sombrías de la loca:

­-Escúchame bien, porque solo lo diré una vez...-la miré sin comprender, y ella volvió hablar sin permitirme decir nada-. Le dirás a Zack todo. Qué esas cartas son mías. Qué yo soy quien las ha estado escribiendo. ¿Me has oído? Le dirás o sino...-estaba por golpearme, lo supe enseguida al ver que levantaba su mano, pero otra mano más grande, detenía que eso no pasará.

-¿O sino qué?

Sincronizadas, levantamos nuestros rostros, y justo enfrente de nosotras estaba él.

Zack

Sin embargo, esa mirada fría que siempre daba escalofríos, no estaba dirigida a mí, sino en Deysi, y esta parecía completamente congelada. No podía culparla. Zack daba mucho miedo cuando quería. Él porque estaba evitando ese golpe, era un misterio que ni ella misma sabía. Pero vaya que le alegraba. Muchísimo.

-Zack...-ella hizo una mueca de admiración. La chica sí que deseaba morir.

La primera regla del anticristo era no decirle Zack, aparte de anticristo. Pero esto, era algo que no sabía, así que estaba a salvo. Una palmada para mí.

-Cállate.

Deysi hizo justamente eso. Es una chica inteligente. Suicida sí, pero inteligente.

-Lárgate. -la soltó mientras la observaba de esa manera escalofriante, y con ese tono helado que lo caracterizaba, volvió a decir-: Ahora.

No tuvo que decir más, Deysi simplemente se fue.

Vaya, al parecer no era valiente. Como dije, inteligente. Bien por ella, ¿ahora que iba a ser yo?

Con un paso disimulado mientras él seguía vigilando a Deysi, empecé a retroceder, pero su mano en mi brazo me detuvo. Me quedé quieta. Incluso cerré los ojos.

-¿Ahora que estás haciendo?

-Dice un dicho que, si no lo veo, no lo siento.

Oí una leve risa.

Lo que hizo pensar que tal vez era seguro abrir los ojos. Palabra clave, tal vez.

Abrí un ojo, y lo vi sonriendo. Decidí abrir el otro.

Al verlo claramente, lo observé esperando que dijera algo. Un momento después, esos labios besadores de chicas vírgenes, dijeron:

-¿Harás algo esta noche?

Asentí.

-¿Qué cosa?

-Qué te importa. -Enseguida me tape la boca. Al parecer también era suicida-. Digo, lo normal.

Zack pareció dejar ir la primera frase de mi respuesta, y preguntó:

-¿Qué sería lo normal para ti?

Miré a los lados intentando buscar algo que decir. No, ni una sola idea.

-Lo que hace todo el mundo. Lo normal.

Zack empezó a mirarme de manera extraña. Este chico algo se fumaba. No era común su comportamiento. Era eso, o era una de las tantas señales del apocalipsis.

Iba a morir pura. Tuve ganas de llorar.

¿Por qué a mí? ¿Por qué?

-Bueno, quiero que vayamos hacer algo normal de parejas.

Lo miré confundida, y abruptamente salí de mis pensamientos apocalípticos.

-¿Y por qué conmigo?

-Porque eres mi novia.

Ah caray, ¿y cuando sucedió eso?

-Creo que debes dejar de fumar eso. Te está empezando a dañar el cerebro...-dando media vuelta mientras disimuladamente me alejaba, le volví a decir-: Eres joven y un poco guapo, estoy segura que a las chicas se morirían por estar contigo.

Si, muertas. No, no, me gustaba estar viva, muchas gracias.

-...y tienes toda esa aura de chico malo, y sé que no te caigo bien, así que es mejor que me vaya.

Apenas me preparaba para correr, cuando de nuevo, sujeto mi brazo.

-¿Por qué no quieres ir conmigo al cine?



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Editado: 14.07.2021

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