No Soy Ella [primera parte]

Capítulo 26


Definitivamente, había sido secuestrada.

No podía entender quien querría hacerlo. Mi familia no tenía dinero, y tampoco teníamos enemigos. Esta bien, era cierto que una vez había golpeado a un niño por tirarme mi helado, pero no creía que eso fuera motivo de un secuestro. Sin embargo, la evidencia era otra, y yo realmente me encontraba asustada.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero casi podía asegurar que llevaba unas horas atada a esa silla. Además de que sentía que me dolía mi trasero, y por no decir de mis muñecas al estar sujeta con fuerza. La persona que me había secuestrado había sido un buen BoyScoutts. Sus nudos lo decían todo. Al escuchar movimiento afuera del cuarto, dejé de moverme y esperé para ver quién era mi secuestrador.

Unos segundos de tensión, y el culpable apareció. Y mis ojos se abrieron con sorpresa al reconocerlo.

—¡Tu! —Y con un poco de moderación, pregunté confundida—. Pero, ¿Qué te he hecho? ¿Por qué me hiciste esto?

¿Por qué el chico sándwich me había secuestrado? Creía que le caía bien. O sea, me había alimentado. Eso ya era un pase para ser mi amigo. Así que, ¿Por qué me estaba haciendo eso?

No tuve que esperar mucho, el chico empezó hacer su discurso de villano incomprendido:

—Esto no es personal, Eilana. Esto tiene que ver con Zack. Ni siquiera pareces comprender lo mal que es ese tipo. Esto...—me señalo, como indicando mi situación actual—. Solo es la consecuencia de los actos que ha hecho.

No quería interrumpirlo, pero mi boca terminó teniendo otra idea:

—¿Por qué? ¿Qué hizo él para que hagas esto? Y lo más importante, ¿Por qué piensas que soy importante para él? Ni siquiera soy su amiga.

Y dolía tener que decir eso. Estaba segura que ni siquiera sabía que estaba metida en esto. Así que era evidente que nada tenía que esperar que él se diera cuenta de que estaba equivocado.

—En eso te equivocas. Eres su punto débil. ¿sabes? He esperado por tres años para encontrar un punto débil, pero no tiene amigos, y su familia parecía no apegada a él. De hecho, ni lo quieren con él. Y de pronto, apareces tú, y él simplemente parece no dejarte ir. Cuando le advertí que se alejará de ti, eso te hizo más deseable. No creí que funcionaría, pero vaya, que lo hizo. Él parecía buscarte más y más. Incluso te llevo a ver su abuelo, ¿no es cierto?

De pronto, sentí un escalofrío. Realmente no me gustaba como estaba mirándome. Parecía como si hubiera encontrado las respuestas a sus problemas, y algo le decía que si sus planes no salían como él quería, iba a terminar todo mal.

Al ser consciente de eso, empecé a temblar. Y él tocó mi mejilla.

—Tranquila, no pienso hacerte daño. Al menos no ahora. ¿Qué propósito tendría que no lo vea él?

Trague saliva.

—No va venir.

Sonrió como maniático.

—Lo hará, y veras que tengo razón. Le importas más de lo que deja ver.

Estaba seguro que estaba equivocado. Así que cuando empezamos a oír como alguien caminaba del otro lado de la puerta, me puse nerviosa. ¿En serio había venido por ella?

Pero, al abrir la puerta, la decepción le llenó el rostro. Deysi estaba del otro lado, y parecía muy furiosa con ella. De pronto, empezó a caminar hasta donde estaba, y sin previo aviso, terminó golpeándome repetidas veces.

—¡Él es mío! ¡Mío, mío, mío!

No supe cuando dejó de golpear, solo sabía que estaba con el rostro adolorido, y la sangre salía por mi labio. Al levantar la vista, sentí el esfuerzo que tenía por hacerlo. sentía como mi rostro ardía en todas partes. De seguro por el rasguño de sus uñas al golpearme.

Sin embargo, parecía que ese chico estaba furioso por el ataque de su aliada.

De pronto, comprendí que no importaba lo que pasará, la única que perdería sería yo, y todo se debía a una persona que había dejado a entrar en mi vida sin proponérmelo. Quise llorar por la injusticia de todo, pero sabía que eso le haría sonreír a Deysi, y no hice nada, solo la miré.

El tiempo parecía pasar con lentitud, sobre todo cuando observaba la mirada furiosa de Deysi. Pero en un momento que estaba sintiendo las ganas de hacer pis, mi vista se desvió hacia el chico, y con voz temblorosa, susurré:

—Necesito ir al baño.

El chico se levantó, pero Deysi dijo con satisfacción:

—No, deja que se haga encima. Merece recibir su propia mierda.

La miré enojada.

En un momento que estaba por abrir la boca, y mandarla al carajo, todo se volvió un desastre. De golpe, la puerta fue abierta de golpe, y sin previo aviso, tres tipos entraron. Supe que no estaban en el bando del chico cuando empezó a querer disparar, pero su arma estaba muy lejos para eso.

El grito de Deysi, le hizo verla, pero unas manos desconocidas empezaron a retirar el amarre que la había tenido retenida. Al sentir la libertad, no pudo evitar decir entre lágrimas de alivio:

—Gracias.

Sin previo aviso, el que me había ayudado se quitó la máscara que le ocultaba la identidad, y mi cara fue un shock al ver que era Zack.

—Hola, chica escurridiza.

—Zack…—y con incredulidad, pensé: Has venido por mí.

 



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Editado: 14.07.2021

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