No Soy Él[segunda Parte]

Extra(2/5)

ZACK 

 

—No saldrás con Eilana. Te lo prohíbo.

La sala quedó en silencio a la espera de mi respuesta.

—No estoy solo saliendo con ella—dije—, es mi novia.

Observé como esos ojos cafés se abrieran de golpe, impactado por mis palabras.

—¡Eso no es cierto!

—Cállate, Robert—intervino mi novia, levantándose del sofá para correr al niño que no dejaba de mirarme como si quisiera matarme—, ni siquiera entiendo que estás haciendo aquí.

—Tus padres me invitaron.

—¿Ah sí? —preguntó Eilana mirando a su padre, como si supiera que toda la culpa la tenía él, pero el señor García no mostró vergüenza, se encontraba complacido de que el vecino de diez años estuviera liderando la conversación.

—Robert quería venir, ¿acaso querías que le dijera que no? —contestó el padre de Eilana y me volteó a ver—, ¿o es que te molesta tenerlo aquí? ¿Intimidado de la competencia?

—No, no me molesta.

—¡Pero a mí sí! —dijo Eilana con las manos en sus caderas—. Se supone que vine aquí para estar con mi familia.

—Robert es de la familia.

El niño apenas sabía cómo sacarse los mocos se levantó todo indignado.

—¡Así es! ¡Soy tu futuro esposo, Lany!

—¡Eso no es cierto!

Antes de que todo volviera a convertirse en un desastre, la madre de Eilana apareció con una bandeja llena de cupcakes. Decidí en ese momento que iba a darle un enorme regalo, sobre todo porqué había distraído al mocoso que no dejaba de tirarme tierra en mis intentos de hablar con el padre de mi novia.

—Señor García, quiero que sepa que…—empecé a decir por milésima vez. Pero el padre de Eilana fue más rápido y se levantó de inmediato.

—Esta haciendo demasiado frío, iré por más leña—declaró mientras salía por la puerta principal.

Mi novia me dio un codazo.

—No dejes que se escape, Zack.

Suspiré y asentí.

—Esta bien, gatita. Ahora vuelvo.

—Grita si es que necesitas ayuda.

—Lo tendré en mente.

La madre de Eilana solo me dio una sonrisa divertida cuando pasé por su lado.

—Zack.

Me detuve y la mire.

—Dígame.

—Sé bueno con él, es su única hija.

—¡Oye! ¡¿Acaso estoy pintando o qué?—exclamó Kevin desde el sofá que había tomado para sí mismo.

—Cállate, que no estoy hablando contigo—la madre de Eilana volteó a ver a su hijo menor—. ¿Acaso eres una mujer? Dije hija única, tú eres mi hijo único, chico, no chica. ¿O es que tienes otra cosa entre las piernas que no sepa aún?

—¡Mamá!—gritaron ambos hermanos.

—Ella skdoelflwna dos—dijo Robert mientras aún continuaba comiendo.

La señora García miró al niño.

—Mejor llévale algo a tu mamá. Se va a enojada si vuelves con las manos vacías.

El chico se levantó y asintió con la cabeza. Sin embargo, antes de salir por la misma puerta en qué había salido el padre de Eilana, se volteó y me miró con el ceño fruncido.

—Pelesaksjeinf—dijo sin entenderse bien.

—¡Termina de masticar!

Robert trago rápidamente y me miró de forma retadora.

—Peleare por Eilana a muerte si es necesario.

Asentí. Si yo hubiera estado en su posición, también hubiera sugerido lo mismo.

—Dime la hora y el lugar—contesté serio—. ¿Prefieres un arma o cuchillos!

Robert cómo suponía que iba hacer, salió corriendo mientras gritaba que estaba loco.

—¿Es una broma, verdad?—preguntó la madre de Eilana—. No queremos que Robert se haga daño.

Mi novia se levantó del sofá y vino a colocarse a mi lado.

—¡Por supuesto, mamá! ¡Zack es totalmente inofensivo cómo un cachorrito!

Miré a mi novia.

—¿Cachorrito?

—Si, cachorrito.

—¿De un lobo?

Eilana se rio de forma exagerada y volteó a ver a su mamá.

—Que gracioso.

—Cariño—susurró su madre preocupada por ella—, ¿estás bien?

—Si, si, por supuesto. Es solo que él bromea tan bien que casi no se nota, ¿verdad?—volvio a reír para verme suplicante, y volvió a ver a su madre diciendo entre risas exageradas—. Solo que no puedes entender el humor de Zack, sólo yo puedo.

—Claro—dijo la señora García, nada convencida. Pero tampoco estaba dispuesta a seguir preguntando.

Al ver que no iba a decir nada más, continúe mi camino a la salida. Pensé que iba a tardar en encontrar al padre de Eilana, pero no fue así. Estaba cortando leña, cómo él había dicho que haría.




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