EILANA
Después de la apocalíptica escena, los hombres decidieron apartarse a un costado mientras se llevaban a Zack lejos de mí.
Una intervención, pude oír en boca de uno de mis tíos. Solo esperaba que no fuera el tío Albert. Él era el más grande y corpulento de todos, y había sido quién había golpeado a mi novio en su cara.
Lo único bueno de toda la situación es que Zack no parecía enojado sino todo lo contrario, parecía avergonzado al ser obligado a atacar.
Así que cuando había intentado ir hacia mi novio para consolarlo, mis tías terminaron haciendo lo mismo que sus esposos y me llevaron lejos.
Ahora Zack y yo estábamos en lados opuestos del lugar.
Miré con impotencia a mi novio.
Mi tía Mercedes se interpuso en mi vista, e hizo que ya no viera a Zack.
La miré molesta.
Y la esposa de mi tío Albert, sonrió enorme al ver mi mirada.
—No me veas así, queremos hablar contigo.
—¿Sobre qué?—pregunté curiosa.
De pronto, todas mis tías me hablaron al mismo tiempo.
—¿Dónde encontraste ese matón, Lany?—preguntó mi tía Tanía a mi izquierda.
Abrí mi boca para responder, pero la mujer a mi derecha me preguntó otra cosa.
—¿Cuántos años tiene?—interrogó mi tía Virginia.
—Lo mismo que yo—respondí levemente.
—¿Cómo se conocieron?—preguntó mi tía Paola.
Alcé mi vista para verla y abrí mi boca, pero la mujer que estaba enfrente me distrajo.
—¿Cómo se llama?—preguntó mi tía Ximena.
—Zack—respondí débilmente.
—¿Han tenido sexo?—cuestionó mi tía Mercedes.
—¡Mercedes, eso no se pregunta!—regañó mi tía Dalia.
—¿Qué? Tenía la duda.
Mi rostro se ruborizo al oír la última pregunta de parte de mi tía Mercedes.
—No es un matón…—respondí a duras penas a mi tía Tanía y baje mi rostro todo rojo—, y nos conocimos en el colegio.
—¿Estás segura de que no es un matón?—preguntó mi tía Mercedes, volteando a ver a Zack con escepticismo—. El chico realmente parecía que quería hacerle daño a mi marido.
—Lo siento, tía Mercedes.
La mujer que me miraba fijamente y con una sonrisa se encogió de hombros.
—No te preocupes. Eso le enseñará a Albert a no seguir golpeando a la gente como si fuera una bestia sin modales.
Sonreí, ya que tenía razón, su esposo era así, siempre preguntaba después.
Mi tía Tanía me volvió hablar, haciendo que mi atención fuera a la mujer de cabello rojizo.
—Pero dinos, nena. ¿Cómo es que conseguiste a ese chico? Y más importante aún, ¿cómo lo conquistaste?
Mi rostro se volvió a poner rojo.
—Esa es una buena pregunta, tía, y cuando tenga la respuesta serás la primera en saberlo.
Mis tías se echaron a reír.
—¿Y bien?—preguntó mi tía Mercedes—. ¿Cuál es el plan?
—¿Plan?—pregunté dejando de reír, y mirándola sorprendida.
—Si, el plan para evitar que tus tíos golpeen a tu novio
—¿Van a golpearlo? ¿Por qué?—dije asustada y mirando a dónde estaba mi novio.
Para mí alivio, seguía intacto.
—¿No es obvio?—preguntó de vuelta mi tía Mercedes —. Te está robando, nena. Eso merecía una buena golpiza.
—Pero Zack no me está robando, yo quiero estar con él.
Mis tías empezaron a gritar emocionadas, cómo si hubiera dicho algo transcendental.
—Guau, Lany—dijo mi tía Bertha, asombrada—. ¡Cuánto has madurado, pequeña! ¡Ya tienes novio!
Me ruborice.
—Gracias.
—Bueno, por parte de nosotras tienes nuestra aprobación—dijo la tía Fabiola.
—¿La tiene?—preguntó tía Gladys.
—Se enfrento a nuestros maridos, creo que eso sería un sí por completo—contestó mi tía Jacinta.
Mi tía Mercedes se echó a reír.
—Supongo que sí—aceptó mi tía Gladys.
—Y aparte parecía dispuesto a defender a mi cuñado de lo que él pensaba eran unos matones—reafirmó mi tía Mercedes, refiriéndose a mi papá.
—¡Cierto!—aceptaron todas al unísono.
—¡Y lo más importante de todo, él realmente parece quererte!—volvió a decir mi tía Mercedes riéndose.
—¿Cómo lo sabes?—pregunté por mera curiosidad.
Mi tía Mercedes, la más emocionada de que tuviera novio, me vio sonriente.
—En primera, ha estado aguantando todas las miradas hostiles que les mandan tus tíos. Y lo segundo, no deja de verte todo el tiempo.
Editado: 29.05.2024