No Soy Él[segunda Parte]

Extra(4/5)

ZACK

            Estaba acostumbrado a ser observado con cautela, y en otra época, lo hubiera disfrutado demasiado ya que significaba que me tenían miedo. Pero los hombres que me veían con hostilidad no eran cualquier persona, eran la familia de mi novia. No obstante, aunque era clara su aversión hacía, me dio gusto de que decidieran proteger a mi novia de cualquier imbécil que creían que era una amenaza. Y si era sincero conmigo, era una amenaza.

Era cierto, había dejado de lado ser parte del negocio familiar, y había decidido cambiar el rumbo de mi vida por Eilana, pero eso no evitaba que todavía continuaba habiendo algo oscuro por debajo de la superficie, escondido. Y que salía solo cuando era necesario. Así que soporté cada pregunta interrogatorio de los tíos de mi novia.   Su rechazo excesivo no era ofensivo, al contrario, era reconfortante, ya que ellos se daban cuenta de que Eilana merecía algo mejor, algo menos dañado, pero curiosamente, no había nadie que pudiera amarla como lo hacía yo.

            Y con el tiempo se iban a dar cuenta de eso.

            —Pareces delincuente, ¿acaso has asesinado a alguien? —preguntó uno de los tíos de mi gatita. Nadie puso una queja de la pregunta, todos estaban curiosos de mi respuesta.

            Iba a responder cuando una mujer apareció y empezó a gritar que Robert había desaparecido. Entonces uno de los tíos de mi novia me apuntó directamente y me acusó. Todos en consecuencia empezaron a inspeccionarme, como si fueran a hallar sangre en mis manos, o como si no recordaban que llevaba una hora entera hablando con ellos.

            No quité mis manos de mis bolsillos, solo cuando escuché que Eilana gritaba a todo pulmón sobre que no me lastimarán, es que tuve que reaccionar. En mi conjetura, los hombres que estaban a mi lado era más fanfarronería, pero si mi novia estaba preocupada, suponía que debía de haber una razón de peso. De pronto fui rodeado por todos los hombres de la familia de no novia y esperé pacientemente el primer golpe. No iba a devolverlo, pero necesitaba estar preparado en caso de que decidieran atacar en conjunto. Liberé mis manos de mis bolsillos.

            Algunos de los tíos de Eilana lo tomaron como una advertencia, lo que hizo que todo se volviera más complicado de explicar. Sin embargo, antes de que uno de estos hombres decidiera dejar la brabanaría y tomar acciones, mi novia se colocó delante de mí y estiró sus brazos para evitar que uno de sus tíos me atacará. Era una imagen hilarante, ya que por la forma en que los había sometido cuando había llegado, no había posibilidad de que pudieran hacerme daño. Pero estaba contento con la protección de mi gatita. Al parecer sus garras estaban más afiladas de lo que había pensado. La miré fijamente y pensé en lo hermosa que se veía estando enojada.

            —Antes de estar acusando a alguien falsamente—comentó la madre de mi novia, poniendo una expresión molesta a los hombres—. Creo que deberíamos de ir a buscar a Robert.

            Como si hubiera sido una señal de intervención, las tías de mi novia vinieron a buscar a sus esposos. Y se los llevaron, aunque ellos se veían con ganas de seguir interrogándome.

            —Tenemos que ayudar—dijo mi novia, volteando a verme. Sonreí y llevé mi mano a su mejilla, y acariciándola. Era demasiado linda cuando se tomaba el papel de autoritaria.

            —Está bien—consentí—. Podemos empezar desde su habitación.

            —¿Desde su habitación?

            —Sí, quizás hay ahí que pueda indicarnos a donde fue—sonreí a mi novia—. Además, tienes suficientes tíos para rodear todo el alrededor.

            Eilana se echó a reír.

            —Es cierto.

            Fue de esa manera que terminamos llegando a la habitación de Robert, el cual se veía que era aficionado a Eilana. Había un sinfín de fotos de ella.

            —Dios mío…—dijo mi novia jadeando sorprendida apenas entró al santuario que Robert le dedicaba—. El chico sí que tiene un serio problema. Está obsesionado conmigo.

            —Enamorado—corregí, tomando una de las fotos de mi novia donde se veía sonriente y todo a causa de que en ese momento estaba molestando a su hermano—. No puedo culparlo. El chico tiene buen gusto.

            Eilana se ruborizó al oírme.

            —¿Dónde crees que esté? —preguntó ella mientras se abrazaba a sí misma, con una mirada totalmente pensativa y mirando superficialmente a la habitación de Robert.

            Guarde la foto y volteé a ver las demás fotos, buscando alguna imagen donde pudiera estar. Algo como un sitio favorito, pero aparte de las fotos de Eilana, solamente había fotos de su colección de plantas silvestres. Al parecer el chico iba a ser un botánico de grande. O algo relacionado con la fauna.

            —Parece que…—me callé de inmediato cuando algo sonó en el armario. Como si alguien se hubiera golpeado con algo. Le hice un gesto a Eilana de que guardara silencio y ella lo hizo enseguida. Caminé en dirección al armario y lo abrí de golpe, Robert no tuvo oportunidad de esconderse y me vio con una expresión malhumorada. La tensión abandonó mis hombros—. Tu madre ha estado buscándote. ¿Por qué no has salido cuando te ha llamado?

            —No quería hablar con nadie. Quería estar solo.

            —Eres un tonto, ¿o qué? —expuso mi novia molesta, colocándose a mi lado—. Por tu culpa toda mi familia ha estado buscándote.  

            La reprimenda de mi novia hizo que la mirada de Robert se volviera llorosa. Oh demonios, ahora entendía todo. Robert estaba pasando por su primera decepción amorosa.

            —Los dejare solos—comuniqué y miré a Robert—. Creo que necesitan hablar.

            —¿Qué?

            Eilana se veía confundida, pero no respondí, solamente salí de la habitación y me coloqué a un costado, esperé pacientemente la conversación que estaba a punto de suceder.




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