Lily Potter
Si bien estaba considerando irse dentro de tres semanas al hospital de magia en EUA, intentaría lograr su cometido, encontrar la cura. No pensaba rendirse y si tenía que buscar la ayuda de otros Sanadores, lo haría, ese pobre pequeño no merecía sufrir tanto.
Se dirigía para el laboratorio del hospital, si bien después de haber disfrutado de la noche, no pudo evitar aún sentirse preocupada. Solo de imaginarse en la posición de ese pequeño le hacía temblar. El hecho de no poder disfrutar de comer cualquier cosa, de divertirse como cualquier otra persona, de ver como tus padres se preocupan y sufren en todo momento por ti...
Sin duda alguna, tenía que encontrar una cura lo más pronto posible.
—Lily, pero que jovial estás el día de hoy, ¿Qué te hiciste?
—Nada que sea de tú importancia Charles —Charles era uno de los compañeros en el hospital y de la generación de Albus y Scorpius en Hogwarts.
A decir verdad, Charles era el mejor amigo de Scorpius, pero eso cambió cuando Scor se dio cuenta que tenía malas intenciones en el tiempo en que la pretendía.
—Pero, ¿Por qué tan hostil querida Lily? Tan sólo quiero hablar contigo.
—Creo que no es el momento ni el lugar para comenzar a discutir Charles, por favor, te pido que me dejes en paz —él era una de las pocas personas que le podía sacar de sus cabales rápidamente.
—Pero si no quiero pelear, sólo quiero pasar un buen rato contigo —y de verdad le encantaba molestar, no recuerda un momento en el que no lo haya hecho.
—Te ha dicho que la dejes en paz —habló alguien detrás de su espalda.
Alguien que no quería ver en estos momentos y que no era el indicado en decir esas palabras.
Todavía le dolía su presencia.
Tal vez era rencor la palabra que definía la situación con Ted.
Teddy Lupin
Abril, 2011
" En mi cumpleaños número trece, tú me levantaste con un balde de agua fría con ayuda de James, ese día, me llegó mi carta de ingreso a Hogwarts, me felicitaste, sin embargo, ese día te encontrabas bajoneada, ya que sabías lo que conllevaba ir a Hogwarts... separarnos y estar menos tiempo contigo. Desde pequeña tan inteligente."
No pensaba quedarse de brazos cruzados y entregar a Lily, eso jamás. Encontraría al líder y no tendría compasión, los destruiría. Pero para eso, tendría que encargarse de manejar todo esto en secreto. Cuidar de Lily era la razón por la que se convirtió en Auror.
No pudo dormir en toda la noche, tenía que desarrollar un plan. Mañana comenzaría, quería dejarla sola el menor tiempo posible. Iría al hospital para vigilar que todo estuviera bajo control. Tendría que avisarle a Harry respecto a la carta, pero eso sería después de verla en el hospital.
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Llegó al hospital, para asegurarse de que todo iba en orden, cuando escucha que alguien está tratando de burlarse de Lily.
—Pero si no quiero pelear, sólo quiero pasar un buen rato contigo —al instante le hirvió la sangre ante lo que dijo el sujeto, quién se creía para decirle tales palabras.
—Te ha dicho que la dejes en paz —no podía permitir que se propasara.
—Tú ¿Quién eres? —cuestionó la asquerosidad de tipo que estaba enfrente de Lily.
—Alguien que puede terminar con tu vida al instante —el tipo únicamente sonrió a modo de burla y se fue empujando su hombro.
Cuando volteó a ver a Lily vió que había caminado al lado contrario de donde se fue el tipo.
—¡Espera! —ni él pensó en gritarle, simplemente su subconsciente le traicionó. No volteó, sólo se quedó parada dándole la espalda.
No reaccionó a tiempo cuando de forma veloz se acercó y recibió una cachetada.
Se la merecía.
Se dio la espalda y siguió caminando donde previamente iba.
Vaya que estaba enojada y no la culpaba. Parecía que nunca lo perdonaría.
Lily Potter
¿Qué hice? Se dirigió rápidamente a su oficina en lo que esperaba a relajarse.
—Lily, el paciente con viruela necesita urgentemente una revisión —como pudo ser tan descuidada, problemas personales no se meten con los laborales.
Corrió a cambiarse de ropa para ver cómo se encontraba el pequeño.
—Está teniendo una reacción ante la poción dada Lily.
—Menor sarpullido en la cara y el cuerpo, pero fiebre alta. Se suspende el tratamiento.
—Pero, Lily...
—Este pequeño morirá si no le bajamos ahora la fiebre Abie —al instante le pone paños mojados.
—Creo que no será suficiente, tendremos que traerle una tina helada.
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Salió para toparse con los padres del pequeño Tommy, quien estaba en pronta recuperación.